La madre, el padre y el bebé en el parto natural
Los tres, protagonistas del parto
¿Cómo afronta la embarazada el parto natural? Antes de decidirse por esta opción, debe tener en cuenta algunas aspectos importantes, como las posibles complicaciones médicas. El papel del padre es también esencial en este tipo de parto porque ha de ayudar y acompañar a su pareja en todo momento. Lo principal es que no exista sufrimiento fetal y que el bebé llegue al mundo con todas las garantías.
La madre en el parto natural
- Decisión informada: La madre es la persona que tiene derecho a elegir el modo de llevar a cabo el parto de su bebé. Para llevar a cabo la elección deben conocerse todos los pros y contras del parto natural, e informarse por medio de su médico de las opciones que existen en su hospital, si las hay, o fuera de él.
- Responsabilidad desde el comienzo: La decisión de llevar a cabo un parto natural conlleva una gran responsabilidad antes del parto ya que requiere una preparación exigente, tanto física como mental. Especialistas pueden entrenar a la madre utilizando alguno de los métodos que hemos descrito anteriormente. De cualquier otro modo, el parto natural tendría riesgos innecesarios que pueden poner en peligro al bebé y a la madre.
- Conociendo los límites: La embarazada debe ser consciente de las características de su embarazo y de ella misma, y si estas permiten un parto natural o no. A veces la anatomía de la mujer o su salud, impiden el parto vaginal y la cesárea se convierte en la única alternativa desde el principio. Las medicinas y técnicas obstétricas existen para eliminar complicaciones y no deben rechazarse si son necesarias.
El bebé en el parto natural
- Sano y preparado: Nunca podemos olvidar que el bebé es el punto final de un buen embarazo, para asegurarnos que está preparado para un parto natural no se puede dejar de lado las revisiones médicas oportunas hasta los últimos días antes del parto. Si el feto presenta algunas características que pueden poner en peligro su bienestar durante el parto (como crecimiento retardado, macrosomía o tamaño demasiado grande). Un parto natural no debe tolerar el sufrimiento fetal.
- Revisión del bebé: Una vez que ha nacido y tras el contacto materno, el bebé debe ponerse en manos de especialistas que valoren su estado inmediato y a corto plazo. No es suficiente con una matrona, que siempre debe estar presente en el parto; es preferible que sea un pediatra el que valore el al bebé.
El padre en el parto natural
- Apoyo emocional: No se puede obviar que no tiene porqué ser el padre del bebé quien acompaña a la madre durante el parto, puede ser una familiar o amiga de la confianza de la embarazada y, en ocasiones, una mujer con experiencia en el acompañamiento de los partos (una doula).
- Durante el parto: El padre debe aportar su apoyo emocional a la madre, esto no significa simplemente permanecer a su lado, sino que debe asumir una actitud activa. Decir frases de ánimo, mantener un contacto físico y atender a las necesidades de la mujer son algunas de sus funciones. Además, en el contexto de los partos naturales, el que el padre esté presente en el momento del nacimiento favorece el ambiente íntimo que se desea durante y después del parto.
- Responsabilidad desde el inicio: Al igual que la madre, el compañero durante el parto debe ser muy consciente del papel que le toca jugar y para ello debe prepararse asistiendo a clases con la mujer. Cuando se elige llevar a cabo un parto natural, la responsabilidad es aun mayor y el padre debe recibir un entrenamiento que le permita estar preparado para asumir papeles que son más o menos importantes según el método de parto natural que se elija.
- Fuera y dentro del parto natural: El rol del compañero durante el parto es esencial tanto en los partos naturales como en los partos humanizados que se realizan en los hospitales de rutina. Está demostrado que el apoyo emocional que recibe la madre disminuye la sensación subjetiva de dolor, acorta la duración de la expulsión y favorece que la madre mantenga un buen recuerdo de sus partos. La Organización Mundial de la Salud ha reconocido el derecho de las embarazadas a tener este apoyo y los beneficios que conlleva.