"¿Qué puede producir malformaciones en mi bebé?"
La mayor preocupación de cualquier embarazada es la salud de su bebé. Para ello las mujeres se cuidan, dejan de consumir tóxicos, evitan comer determinados alimentos y cualquier exposición a lo que consideran peligroso.
Existen algunas malformaciones que nunca son consecuencias de los efectos del ambiente sino que son hechos intrínsecos e inevitables. Se trata de malformaciones derivadas de defectos genéticos, mutaciones o enfermedades hereditarias. Por lo tanto, una mujer embarazada no puede sentirse responsable de la aparición de toda secuela o resultados desafortunados en sus hijos. Otras malformaciones no asocian una alteración genética o hereditaria y se producen simplemente por un defecto en la formación del embrión durante las primeras semanas de desarrollo.
Evita malformaciones evitando los teratógenos
¿Qué es un teratógeno? Todo aquello que puede alterar la función o la forma de los tejidos de un embrión que se encuentran en formación o crecimiento. Por lo tanto, cualquier embarazada debe estar prevenida sobre cuáles son los principales agentes teratogénicos y que son potencialmente peligrosos para el desarrollo de su bebé. Las medidas preventivas para evitarlos son un pilar fundamental del cuidado de cualquier gestación.
Cuando hablamos de afectación fetal, no sólo debemos saber que tipos de teratógeno existen para evitar su contacto. También hemos de conocer que el efecto que puedan generar en el bebé dependerá de otros factores:
- Momento en el que acontece la exposición
- Dosis o cantidad administrada
- Susceptibilidad de cada mujer a cada tóxico
Quizá te sientas amenazada o preocupada ante la cantidad de agentes que podrían afectar a su bebé. Pero no es nuestra intención asustarte ,sino informarte para que puedas minimizar y prevenir las posibilidades de contacto con cualquiera de los tóxicos de forma eficaz. Éstos se clasifican en cuatro grandes grupos que repasamos a continuación.
Infecciones que pueden causar malformaciones
Son las más conocidos y habituales. Hace años suponían un problema habitual y en la actualidad existe un repunte en su frecuencia. Entre ellos se encuentran la toxoplasmosis, el citomegalovirus, el parvovirus, la rubéola, el herpes, el parvovirus o la sífilis entre otros. Habitualmente en el control de una gestación, se realizan analíticas serológicas para establecer el riesgo de contagio y diagnosticar un posible contagio. Entre las enfermedades infecciosas que se criban durante el embarazo se encuentra la toxoplasmosis, la rubeola, el zika y la sífilis.
En España la posibilidad de infección por rubéola es baja, ya que existe campaña de vacunación universal de rubéola a todas las niñas en edad puberal desde hace décadas. Pero los últimos años la inmigración a hecho que muchas mujeres sin vacunación previa se encuentren gestantes y por lo tanto, con riesgo de infección.
El agente teratogénico por excelencia y más conocido por la población es la toxoplasmosis. Es un parásito que puede atravesar la barrera placentaria y afectar al desarrollo embrionario. Se contagia comiendo carne de animales contagiados o ingiriendo verduras o frutas con restos de tierra que pudieran estar contaminadas.
Otro agente infeccioso es el citomegalovirus (también conocido como la "enfermedad del hermano mayor") que supone la infección congénita más frecuente en nuestro medio. Su prevención y tratamiento son dos aspectos muy discutidos y controvertidos por los ginecólogos en la actualidad, sin existir un protocolo universal para su diagnóstico y tratamiento.
Medicamentos, drogas, detergentes...
Todo medicamento prescrito a una embarazada debe de ser previamente estudiado para conocer su seguridad. Debe de seguirse la norma de evitar cualquier fármaco en cualquier embarazada sin previamente haya sido valorada su idoneidad por un médico.
Las drogas, el tabaco y el alcohol producen efectos sobre el desarrollo embrionario generando malformaciones además de los efectos adictivos. Al igual que una mujer puede tener síndrome de abstinencia los niños que han sido expuestos durante el embarazo a una sustancia adictiva, presentarán un síndrome de abstinencia tras el nacimiento. Otros químicos que deben evitarse son los que pueden estar presentes en el aire de la contaminación, detergentes o ciertos cosméticos.
Rayos X y fiebre en la embarazada
Los Rayos X son considerados peligrosos por las embarazadas y se emplean en radiografías, escáneres y otras pruebas de imagen. Toda embarazada o mujer con posibilidad de estarlo debe de evitar cualquier exposición a este tipo de radiaciones. El otro agente físico, el calor, no es tan conocido por sus efectos teratogénicos y por lo tanto las embarazadas no suelen tenerlo en cuenta.
Los efectos peligrosos no suelen producirse por el calor ambiental, sino cuando una embarazada eleva su temperatura corporal, esto es cuando tiene fiebre. Por ello es importantísimo en una gestante con fiebre poder bajar la temperatura, ya sea con fármacos o mediante aplicación de agua fría. Muchas mujeres son reacias a tomar fármacos antitérmicos durante el embarazo, pero deben ser informadas de la posibilidad de efectos teratogénicos de la fiebre en sí, para decidir con buen criterio sobre la toma los fármacos recomendados.
Enfermedades maternas peligrosas
Hablamos de diabetes, hipertensión, así como las alteraciones uterinas que pueda presentar, como un tabique o malformación. Para evitar sus efectos en el caso de las enfermedades estas deben estar previamente controladas de forma previa al embarazo y deben ser asesoradas de cómo hacerlo y el seguimiento que deben seguir.