Cómo sé si sufro preeclampsia o eclampsia
Notas ganancia de peso súbita o hinchazón de cara y manos
Se trata de dos enfermedades que solo se dan en el embarazo, muy peligrosas, tanto para la madre como para el feto. El principal síntoma es la tensión alta, pero no es el único. Te detallamos cuáles son los signos, señales y síntomas de preeclampsia y eclampsia (la complicación más grave), y su tratamiento.
¿Qué son la preeclampsia y la eclampsia?
La preeclampsia suele aparecer en el segundo trimestre de embarazo, a partir de la semana 20. Los síntomas al principio no son muy alarmantes. “Un poco de edema y la tensión arterial algo alta. Pero la embarazada no se suele encontrar mal”, nos explica la doctora Nieves Martell, jefe de la sección de la Unidad de Hipertensión y Riesgo Vascular del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, y expresidenta de la Sociedad Española de Hipertensión. Por eso es importante acudir a las citas médicas, donde el médico o la matrona toma la tensión arterial y, de esta forma, para poder atajar cualquier cambio a tiempo.
No se sabe por qué ocurre pero sí sus consecuencias: los vasos sanguíneos que nutren la placenta se alteran, lo que provoca que el feto no reciba el oxígeno y los nutrientes que necesita.
Eclampsia, la complicación más grave
Si la preeclampsia no se trata de forma adecuada puede derivar en una eclampsia, una grave enfermedad que puede poner en riesgo la vida de la madre y el feto, ya que la gestante empieza a sufrir convulsiones y puede provocar el desprendimiento de la placenta. Esta complicación, como nos informa la doctora Nieves Martell, en algunas ocasiones, muy raras “se da en el posparto”.
¿Cuáles son los síntomas de la preeclampsia
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Presión arterial alta
Según la especialista Nieves Martell, “en el embarazo la tensión arterial baja en el primer trimestre y en el segundo y tercer trimestre sube, hasta ponerse en niveles de antes de la gestación”. Pero cuando la mujer desarrolla la preeclampsia “esa norma no existe. La tensión arterial no baja o se eleva poco o mucho”. Se considera preeclampsia leve cuando la presión arterial está entre 140/90 mmHg y 160/110 mmHg. A partir de estas mediciones, se habla de preeclampsia grave, que si no se consigue controlar puede derivar en una eclampsia.
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Proteinuria
“La preeclampsia cursa con un problema renal, al producirse una pérdida de proteínas”, afirma la doctora Nieves Martell. Esas proteínas salen de la sangre y llegan a la orina, por eso se detecta en los análisis de orina que se prescriben en cada uno de los tres trimestres del embarazo.
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Hinchazón generalizada: cara y manos
Es cierto que en el embarazo siempre se produce una pequeña hinchazón o edema. Por ejemplo, es frecuente que los pies se dilaten algo hasta el punto de tener que usar una talla más. Pero en la preeclampsia esa hinchazón “es generalizada y se muestra en la cara, o en las manos”, señala la doctora Martell.
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Dolor de cabeza tensional
“Cuando la tensión arterial sube la madre puede experimentar dolor de cabeza”, afirma la doctora Nieves Martell. Es un dolor muy característico que no remite con los analgésicos permitidos en el embarazo.
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Aumento súbito de peso
Por supuesto que en el embarazo se engorda, pero se coge peso de forma paulatina. Engordar en una semana o incluso en un día dos kilogramos, quiere decir que algo va mal, y hay que acudir al médico. Ese repentino aumento de peso puede deberse a que hay una retención de líquidos que los riñones no son capaces de eliminar.
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Náuseas y vómitos que no cesan
Cuando este síntoma aparece de forma repentina en el segundo trimestre de embarazo, es un síntoma de preeclampsia, si se acompaña de cefalea y dolor de estómago Es cierto que muchas mujeres experimentan náuseas y vómitos al comienzo del embarazo, y que unas pocas padecerán los que se llama hiperémesis gravídica, es decir, que no dejan de sufrirla a lo largo de todo el embarazo. Pero cuando se trata de un síntoma de preeclampsia o eclampsia aparece de nuevo cuando semanas antes habían desaparecido.
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Alteraciones visuales graves
Es un síntoma muy grave notar pérdida transitoria de visión, sensación de destellos, auras, sensibilidad a la luz y visión borrosa.
¿Cómo se diagnostica?
En las citas rutinarias que la embarazada tiene con su ginecólogo, se realizan diferentes pruebas precisamente para hacer un diagnóstico temprano de la preeclampsia y prevenir las fatales consecuencias que puede acarrear. Estas pruebas son:
- Toma de tensión arterial.
- Analítica de orina: se realiza uno por trimestre, pero si la tensión está alta, te tomarán una muestra para comprobar si existe proteinuria.
- Analítica de sangre: también se realiza uno por trimestre y se comprueba que los niveles de plaquetas son los adecuados y la función hepática y renal.
- Ecografía y electrocardiograma para comprobar el estado del feto, si existe falta de bienestar fetal y si la cantidad de líquido amniótico es la adecuada.
Si además se observa alguno de los síntomas antes mencionados, el médico diagnostica una preeclampsia. Si la mujer presenta convulsiones, se trata de una eclampsia.
¿Cuál es el tratamiento?
Si la preeclampsia se trata desde el principio se puede prevenir que derive en una eclampsia o que la situación sea grave de tal forma que sea preciso adelantar el parto.
- Medicamentos contra la hipertensión. “La embarazada puede tomar algunos (no todos) medicamentos para la hipertensión compatibles con el embarazo”, nos informa la doctora nieves Martell.
- Suplementos de calcio. Según la doctora Nieves Martell se pueden prescribir estos suplementos, pero “de forma controlada”.
- Dieta rica en lácteos. Se aconseja tomar cuatro raciones de lácteos al día.
- Dieta rica en proteínas. “Las necesidades de proteínas en el embarazo se multiplican y si bajan los niveles en sangre puede subir la tensión arterial”, apunta la doctora Martell. Se recomienda tomar dos raciones de más de 150 gramos de carnes o pescados al día.
- Ácido acetilsalicílico. Cuando la embarazada se presenta un riesgo alto de desarrollar la preeclampsia “se prescribe dosis de ácido acetilsalicílico desde la semana 12”, añade la experta.
- Sal. Respecto a la sal, así como en las personas hipertensas se suele aconsejar su restricción en el caso de las embarazadas no se toca. "No se aconseja reducir su ingesta y menos cuando hay edemas porque puede precipitar la severidad del cuadro”, afirma la doctora Martell.
Eclampsia: hay que adelantar el parto
- La eclampsia es una situación tan grave que lo único que se puede hacer es interrumpir el embarazo.
- Para ello se realiza una cesárea de urgencia y se extrae al bebé lo antes posible.
- Con la preeclampsia no es necesario, siempre y cuando esté controlada y el médico -con los controles ecográficos- comprueba que el feto recibe los nutrientes necesarios y se desarrolla sin contratiempos.
- Pero si por las pruebas prevé que se la preeclampsia puede agravarse, es probable que prescriba administrar corticoesteroides a la madre para ayudar a la maduración de los pulmones del bebé, y en algunos casos se indica la cesárea.
Factores de riesgo de la preeclampsia
- La obesidad de la madre.
- Tener más de 40 años. Precisamente el incremento que se ha producido en los últimos años de esta patología se debe al aumento de la edad de la maternidad. “Muchas de estas mujeres antes del embarazo ya tenían una hipertensión”. En estos casos conviene que acudan a la consulta preconcepcional antes de quedarse embarazada para que se adapte la medicación al nuevo estado que persigue. “Se prescribe el tratamiento adecuado para el empezar el embarazo”, afirma la doctora Martell.
- Gestaciones múltiples.
- Haber sufrido una preeclampsia en un embarazo anterior.