"¿Tengo los pezones planos o invertidos?"
¿Hay que preparar el pezón en el embarazo para la lactancia?
Dar el pecho cuando la madre tiene sus pezones planos o invertidos puede dificultar la lactancia, pero no impedirla. Nuestra matrona especialista en lactancia materna, Cristina González Hernández, nos cuenta cómo puedes amamantar a tu bebé aunque tus pezones no sean prominentes.
La mayoría de las mujeres tiene pezones que protruyen ligeramente cuando están en reposo y se hacen más prominentes al estimularlos, lo que favorece el agarre del bebé. No obstante, algunas mujeres presentan variaciones anatómicas de la normalidad que pueden interferir de manera negativa en el agarre y que, en ocasiones, necesitan apoyo precoz especializado para conseguir un amamantamiento exitoso.
Según la Sociedad Española de Senología y Palogía Mamaria (SESPM), su origen puede ser congénito o adquirido. Estos últimos tienen mayor prevalencia. Afecta a entre el 2% y el 10 % de la población general.
Tener los pezones planos o invertidos puede influir en la lactancia materna, pero eso no significa que sea imposible dar el pecho al bebé, aunque sí que se requiere un buen asesoramiento, perseverancia y paciencia. La mayor parte de las madres con esta forma en sus pezones puede alimentar a sus criaturas con lactancia materna si es su deseo. Esto se debe a que, en muchas ocasiones, gracias a la succión del bebé, los pezones protruyen.
"¿Cómo sé si tengo los pezones planos o invertidos?"
Para averiguarlo, basta con apretar la areola entre los dedos índice y pulgar. Cuando el pezón es plano, a pesar de que se produzca el estímulo, su anatomía no varía.
Hay distintos tipos de pezón invertido:
- Los que se manipulan y salen al exterior.
- Los invertidos “reales”. Son mucho más raros y no salen al exterior con manipulación, succión ni extracción, sino que, por el contrario, se introducen más en la areola. En este caso, la forma se asemeja a un ombligo, por eso también se denomina pezón umbilicado.
La mayoría de las mujeres con pezones invertidos no tienen problemas y pueden amamantar porque el pezón queda moldeado en la boca del bebé durante la succión.
Los verdaderos pezones invertidos en los que los filamentos musculares que hacen salir el pezón no existen o son muy cortos. Son muy raros y comportan serios problemas para el inicio y establecimiento de la lactancia. El intento de amamantar o extraer leche causan un dolor intenso, ya que el pezón sale a costa de romper los tejidos internos. Incluso una madre muy motivada para amamantar puede tenerlo imposible.
¿Se puede corregir la forma del pezón en el embarazo?
En internet encontrarás muchas opciones, como los conocidos ejercicios de Hoffman, que consisten en coger los pezones suavemente entre los dedos y estirarlos hacia fuera durante unos segundos
También puedes encontrar técnicas la realización de masajes, ejercicios con jeringa o el uso del sacaleches y las pezoneras como mecanismo de tracción.
También existen dispositivos específicamente diseñados que generan vacío en el pezón y ayudan a extraerlo. Pero pueden ser molestos y ocasionar daño en la piel del pezón.
¿Hay que intentar sacar el pezón en el embarazo?
"No. Por un lado, los ejercicios de estiramiento y tracción suelen acabar lesionando los pezones. Por otro, los profesionales sanitarios insistimos en los riesgos que conlleva estimular los pezones durante el embarazo, puesto que fomenta la producción de oxitocina y, en algunas mujeres, eso puede provocar contracciones y aumentar por ello el riesgo de parto prematuro.
Además de no haberse demostrado su efectividad, todos estos métodos están haciendo sentir a la madre que sus pechos no son válidos para la lactancia y predisponiéndola a fracasar".
Cristina González Hernández, matrona