El desarrollo del sentido de la vista del bebé
La formación de los ojos del bebé: el DHA y la luteína construyen juntos
Si observamos una ecografía de las primeras semanas de embarazo, cuando el bebé es un embrión de cuatro o cinco semanas, a ambos lados de lo que en pocos días se convertirá en su cabeza, ya se perciben unas diminutas manchas negras. No podemos decir que son los ojos de tu bebé, porque aún no se han formado, pero sí su esbozo y el lugar donde crecerán.
En estas primeras semanas del embarazo (cuando quizás tú aún no eres consciente de la revolución que se está produciendo en tu interior y apenas notas unos síntomas propios del embarazo), los ojos del embrión están muy separados, situados todavía a ambos lados de la cabeza y no al frente. A medida que trascurran las semanas, los ojos se reubicarán en su parte central y para la semana 18ª su carita ya tiene un aspecto reconocible. Las estructuras del ojo y las conexiones neuronales, que permitirán que tu pequeño vea, se desarrollarán lentamente.
La retina está formada en la semana 24
La verdad es que dentro del útero, tu bebé tiene poco que ver, a pesar de que su retina esté formada en la semana 24. Además, hasta entonces el párpado inferior y superior están cerrados. Es precisamente, a partir de esa semana cuando tu bebé empieza a abrir y cerrar los ojos. No es un parpadeo. El bebé tiene casi siempre los ojos cerrados, pero en ocasiones los abre. Así practica lo que será el reflejo del parpadeo para cuando nazca.
Hacia el 7º mes de embarazo la retina es sensible a la luz. Pero dentro del útero todo es oscuridad. Solo si se acerca una importante fuente de luz (como una potente linterna) a la tripa de la madre puede atravesar la pared del útero y llegar muy atenuada a su interior. Al mismo tiempo que se forma la estructura del ojo, se crean en el cerebro neuronas y comienzan a conectarse entre sí, lo que le va a permitir que el sentido de la vista se empiece a desarrollar. En las últimas semanas de embarazo, cuando el parto está cerca, su visión será muy parecida a la de un recién nacido.
¿Qué es el DHA y qué papel tiene en el crecimiento del feto?
El DHA (ácido docosahexaenoico, en inglés) es un tipo de ácido graso omega 3 que se encuentra de forma natural en muchos alimentos, como el pescado azul.
- El DHA constituye el 25% de los ácidos grasos del cerebro.
- Las concentraciones de DHA en la retina son muy altas: hasta el 70% de los ácidos grasos de esta.
El cerebro del feto madura cuando las neuronas se conectan entre sí, para enviar información y mensajes. Pero para ello es necesario un proceso que se conoce como mielinización: las neuronas se recubran de una sustancia llamada mielina, compuesta por ácidos grasos esenciales como el DHA.
El DHA contribuye a la función visual.
- Aunque los ácidos grasos se pueden conseguir con la alimentación, según el estudio Ingesta de ácidos grasos poliinsaturados omega 3 y omega 6, determinantes y fuentes dietéticas en la población española: resultados del estudio Anibes, publicado en Nutrients, en España el 83,5% de las mujeres en edad fértil no cumple los objetivos nutricionales EPA+DHA.
- Los organismos científicos internacionales y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia recomiendan aportar DHA como forma de omega 3 a lo largo de todo el embarazo.
¿Qué es la luteína?
La luteína es un carotenoide, un tipo de vitamina que se encarga de dar color a los alimentos.
- La luteína es el carotenoide más abundante en el cerebro y el único presente en la mácula del ojo.
- También es el carotenoide más abundante
sen la placenta y en el cordón umbilical y su concentración depende de los niveles de luteína en la sangre materna. - Se encuentra en el ojo del bebé a partir del segundo trimestre de embarazo.
El cuerpo humano no puede producir luteína y depende de la dieta para conseguirla. Su cantidad en el embarazo y el bebé depende de la ingesta que haga la madre de este carotenoide. Está presente en algunas verduras, frutas y huevos.
3 Curiosidades de los ojos de tu bebé al nacer
- Al nacer, la agudeza visual de tu chiquitín será muy pobre. El recién nacido no puede fijar la vista, a veces desvía un ojo y los objetos lejanos no le interesan… En realidad, solo tendrá ojos para ti, porque apenas es capaz de ver entre 15 y 25 cm, la distancia en tu cara y la suya cuando le des el pecho o el biberón. Por eso, te mirará fijamente.
- Los bebés caucásicos al nacer tienen los ojos azules o grises porque la melanina, la sustancia responsable del color del iris, no se ha terminado de “fabricar”. A lo largo de su primer año de vida, sabrás el color definitivo de sus ojos: a más melanina, más oscuros. Lo que influye para que tu bebé tenga ojos oscuros o claros es la herencia que tú y el futuro papá le habéis trasmitido en los genes.
- Los bebés nacen con el reflejo del parpadeo. Este reflejo protege sus ojos y si tocas su naricita, acercas una luz brillante o soplas, inmediatamente cierra sus ojos.