Cómo manejar la ingurgitación mamaria

No hay que vaciar el pecho totalmente pues producirá más leche

La ingurgitación mamaria es un proceso fisiológico de la lactancia, pero suele ser un momento de abandono de la misma. Sin embargo, manejándola correctamente puede pasar casi sin darte cuenta.

Imagina que ya estás en casa y notas la subida de la leche: tienes el pecho más lleno y sensible. Tras la toma, todavía lo notas así, ya que el bebé no está acostumbrado al nuevo volumen de leche y se sacia antes de que notes alivio. 

¿Qué se puede hacer? Extraer leche. ¿Hasta cuándo? Hasta notar alivio. ¿Y no hay que vaciar el pecho? No, pues entonces mandarías la orden al cerebro de que hay que producir más para la siguiente toma, con lo que la llamada ingurgitación mamaria sería mayor.

mama lactancia

Cómo aliviar la ingurgitación


Existen otras medidas que también producen alivio:

•    Aplicar calor antes de la toma.

  Idealmente calor húmedo. De esta manera la leche fluye más fácilmente y es más fácil que el bebé la extraiga.

•    Extraer la leche

  Estimulando lo menos posible el pecho. El mejor extractor de leche materna es tu bebé. Si aun así necesitas extraer más (por orden de estimulación de menos a más):     

  • En la ducha, simplemente con el calor húmedo.
  • Extracción manual.
  •  Extracción con sacaleches (manual o eléctrico según comodidad).

•   Aplicar frío tras la toma.

  Frío húmedo o bolsa congelada (siempre envuelta en paño) disminuye el dolor y la inflamación.   

•   Tomar algún antiinflamatorio.

  Siempre prescrito por el médico (suele indicarse en el informe de alta). El paracetamol es sólo analgésico, no antiinflamatorio, por lo que no sería tan eficaz.

Soluciones a la ingurgitación mamaria paso a paso


La mama se inflama por el aumento de la cantidad de leche que se da por el paso del calostro a la leche de transición. Es bastante frecuente y, si se maneja bien no supone un problema, desaparece en pocos días sin resultar molesto.

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Lucía Moya
Matrona