¿Puedo bañarme en la piscina estando embarazada?
Muchas embarazadas tienen dudas sobre la conveniencia o no de acudir a la piscina y de bañarse en ella en verano por los riesgos que puede acarrear. A este respecto pueden recibir informaciones contradictorias. Los baños, y sobre todo el ejercicio en el agua, es uno de los más recomendados durante toda la gestación por sus efectos beneficiosos. La actividad física acuática es adecuada para favorecer la circulación, mantener la flexibilidad y evitar una ganancia excesiva de peso durante el embarazo. Además evita los edemas en piernas y mantiene una buena musculatura que puede favorecer el periodo expulsivo del parto, donde se precisa la mayor colaboración materna.
Por otro lado, existen algunas publicaciones que encuentran que los baños durante las últimas semanas de embarazo pueden ser causa de alteración de la flora normal vaginal de una embarazada. El agua dentro de la vagina puede alterar los bacilos y bacterias que viven normalmente y pueden favorecer la colonización de ésta por otros organismos. Estos pueden sobrecrecer y generar una alteración en la mucosa vaginal, que en el momento del parto pueda generar mayor riesgo de erosiones o de pequeños desgarros.
Existen también estudios sobre la posibilidad de que los baños puedan favorecer la llegada de microorganismos al líquido amniótico y producir infección intrauterina, rotura de bolsa y parto prematuro. Estos estudios no han conseguido concluir al respecto un efecto negativo. Por lo tanto ante la evidencia actual no parece que exista un riesgo aumentado de estas patologías por los baños de las gestantes.
Embarazo: consejos en la piscina.
- Una gestante debe bañarse siempre en una piscina con los niveles de cloro y con un pH recomendado.
- Debe extremar las precauciones en las zonas húmedas para evitar resbalar o caer, ya que su equilibrio se encuentra muy afectado, sobre todo al final del embarazo.
- Tras el baño, debe de secar bien la piel y los genitales externos, así como cambiar la ropa de baño por otra seca y secar de forma cuidadosa los pies. Con estos sencillos consejos pueden evitarse la mayoría de las infecciones por hongos.
- El calzado de piscina habitual puede favorecer los tropiezos y caídas, asociado a un equilibrio menor de la embarazada, por lo que el cuidado debe ser extremo, empleando calzado de suela antideslizante.