Dolor de tripa en el embarazo: causas y señales de alerta

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Dolor abdominal en el embarazo
20 Mar 2025

El dolor de tripa o abdominal en el embarazo es común y, en la mayoría de los casos no representa un problema grave, y se deben a los cambios corporales que se producen por la gestación No obstante, es importante saber qué tipo de dolores son preocupantes y necesitan que un profesional médico los valore..

Causas normales del dolor abdominal en el embarazo


Existen varias razones fisiológicas por las que podrías sentir dolor de tripa o abdominal durante el embarazo.

Estiramiento de los ligamentos

El útero se encuentra anclado a la pared de la tripa por unas estructuras que se llaman ligamentos. A medida que el útero crece, los ligamentos que lo sostienen, especialmente los ligamentos redondos, se estiran y pueden provocar una sensación de tirantez o pinchazos en la parte baja del abdomen. Este dolor suele ser más marcado en el segundo trimestre y se intensifica cuando cambias de postura de forma brusca. En ocasiones, durante el primer trimestre, en las primeras semanas, se pueden experimentar molestias en la parte baja del abdomen similares a las que se producen durante la menstruación. Esto se debe a los propios cambios que se producen a en el útero y que en ocasiones pueden ocasionar dolor.

Gases e indigestiones

Los cambios hormonales del embarazo provocan cambios también en el resto del organismo. Conforme avanza el embarazo, se incrementa una hormona conocida como progesterona, que provoca que la digestión y los movimientos intestinales sean más lentos. Esto puede causar acumulación de gases, sensación de hinchazón, cólicos leves y estreñimiento.

Para evitar estos síntomas o al menos mitigarlos, es importante tener una dieta saludable, manteniendo una correcta hidratación y una importante ingesta de fibra que evite el estreñimiento. Lo ideal es seguir una dieta mediterránea, con frutas y verduras. Por otro lado, comer en porciones pequeñas y evitar alimentos que produzcan gases puede ayudar a minimizar estas molestias.

Contracciones de Braxton Hicks

Las contracciones de Braxton Hicks son contracciones leves e irregulares que pueden comenzar en el segundo trimestre y son más evidentes en el tercero. Estas contracciones ayudan a preparar el útero para el parto, pero no son señal de parto real. Se diferencian porque no son dolorosas, no aumentan en intensidad ni frecuencia y desaparecen con el reposo.

Presión del útero en órganos vecinos

A medida que el útero crece, puede presionar órganos como el intestino o la vejiga, y causar incomodidad o molestias abdominales leves, sobre todo al orinar o evacuar.

Causas del dolor de tripa que requieren atención médica


Aunque el dolor abdominal en el embarazo es muchas veces inofensivo, hay algunas situaciones en las que puede indicar un problema que requiere valoración médica.

Embarazo ectópico

El embarazo ectópico ocurre cuando el embrión se implanta fuera del útero. Lo más frecuente es que se implante en las trompas de Falopio.

Conforme avanza la gestación, empieza a manifestarse como un dolor abdominal intenso, localizado en un lado del abdomen, que puede estar o no acompañado de sangrado vaginal. Es importante tener en cuenta que, ante la persistencia de un dolor abdominal durante las primeras semanas del embarazo, que no cede y que se intensifica con el tiempo, es necesario acudir a una valoración médica urgente para que realicen un correcto diagnóstico y tratamiento.

Amenaza de aborto

Si el dolor abdominal se acompaña de sangrado vaginal, podría tratarse de una amenaza de aborto. En estos casos, una valoración inicial por un especialista puede facilitarnos un diagnóstico. Es fundamental acudir al médico para evaluar la situación y tomar medidas en caso de que sean necesarias.

Desprendimiento de placenta

En el tercer trimestre, un dolor abdominal intenso y repentino, junto con sangrado y contracciones fuertes, podría indicar un desprendimiento prematuro de placenta, lo que pone en riesgo al bebé y a la madre. Es una emergencia que requiere atención inmediata.

Infecciones urinarias

Las infecciones de orina son comunes en el embarazo y pueden causar dolor abdominal bajo, ardor al orinar y necesidad frecuente de ir al baño. Es necesario proporcionar un tratamiento antibiótico adecuado. Si no se tratan, pueden derivar en infecciones renales más graves que pueden afectar el embarazo.

Preeclampsia

Si el dolor en la tripa es intenso y se localiza en la parte superior derecha del abdomen, acompañado de hinchazón, dolor de cabeza, visión borrosa o hipertensión arterial podría ser señal de preeclampsia, una condición seria que requiere control médico urgente.

Trabajo de parto prematuro

Si estás de menos de 37 semanas y experimentas dolor abdominal rítmico (es decir, contracciones del útero), dolor en la parte baja de la espalda y cambios en el flujo vaginal podría tratarse de un parto prematuro y, en esos casos, es necesario acudir al hospital.

Otras causas médicas

Aunque una mujer esté embarazada, puede presentar dolor en la zona de la tripa por causas médicas que no estén en relación con su embarazo, como una apendicitis, un cólico biliar o un cólico ureteral. Ante la presencia de dolor abdominal en una gestante, hay que hacer una valoración completa, tanto de la gestación como de su estado médico general, y valorar todos los órganos y las posibles alteraciones que puedan ocasionar el dolor.

Cuándo acudir al médico por dolor abdominal en el embarazo


Consulta a tu ginecólogo si además del dolor en la tripa experimentas alguno de los siguientes signos de alarma:

  • Dolor abdominal intenso y persistente
  • Sangrado vaginal.
  • Fiebre o escalofríos.
  • Mareos, desmayos o dificultad para respirar.
  • Contracciones regulares antes de la semana 37.
  • Disminución en los movimientos del bebé.
  • Vómitos persistentes y alteraciones del tracto digestivo.

Consejos para aliviar el dolor abdominal leve en el embarazo


Si el dolor abdominal no está asociado a signos de alarma, algunas medidas pueden ayudar a aliviar la molestia:

  • Descansar y cambiar de posición para reducir la tensión en los ligamentos.
  • Mantener una buena hidratación y una alimentación equilibrada.
  • Realizar ejercicios de estiramiento suaves, como yoga prenatal.
  • Aplicar compresas tibias en la zona adolorida.
  • Evitar movimientos bruscos al levantarse o acostarse.
Virginia González González
Ginecóloga en Sanitas y Hospitales Quiron