Cómo es el parto en una embarazada de más de 40 años
Puedes tener un mayor riesgo de cesárea
Cuando la embarazada tiene más de 40 años, los riesgos de que se complique el parto son mayores. Aunque no siempre es así y depende mucho del estilo de vida que la futura mamá tenía antes del embarazo.
Riesgos del parto con 40 años y más
Dar a luz cuando se han superado los 40 años puede tener más riesgo. Es una realidad que hoy los médicos conocen bien por el aumento de la edad de maternidad en nuestro país. “Estadísticamente a medida que aumenta la edad se incrementan los riesgos de problemas en el parto en las mujeres. Pero esto es hablando a nivel poblacional”, advierte el doctor José Luis Prieto, ginecólogo del Hospital Nuestra Señora del Rosario, de Madrid. Es decir, si tomamos todas las mujeres mayores de esa edad, se observa que los riesgos son mayores que en las mujeres más jóvenes. Pero a nivel individual no tiene por qué ser así.
El riesgo va a depender de varios factores, como el estilo de vida de la mujer, si practica algún deporte o lleva una vida sedentaria, si tiene una alimentación sana o su dieta deja que desear desde el punto de vista de la nutrición, o si padece alguna enfermedad previa, como obesidad, hipertensión, diabetes… También influye si la mujer antes dio a luz o no. “Si se han tenido partos anteriores, aunque solo sea uno, el embarazo y el parto suelen ser más fáciles”, afirma el doctor Prieto.
La vida sana te protege de las complicaciones
En general, si la mujer llevaba una vida sana, sin consumo de alcohol, tabaco o drogas, se mantenía activa antes del embarazo, durante el mismo practicó ejercicio físico moderado, y no faltó a ninguna de las pruebas y citas que su ginecólogo recomendó, no tiene por qué suceder nada grave y el parto se desarrollará sin complicaciones.
Más riesgo de parto prematuro
Muchas mujeres mayores de 40 años dan a luz antes de la semana 37. Muchos de estos partos pretérmino ocurren como consecuencia de las enfermedades que con más frecuencia se dan entonces y que obligan a adelantar el parto. Cuando la embarazada tiene 40 años o más aumentan los riesgos de preeclampsia y/o eclampsia, una grave enfermedad de la gestación que se caracteriza por un aumento de la tensión arterial y las proteínas en la orina. A menudo si no se consigue controlar, se tiene que adelantar el parto.
Diabetes gestacional
Tener niveles elevados de glucosa en sangre en el embarazo, es frecuente, incluso en mujeres menores de 40 años.
Pero el riesgo es mayor cuando ya se tiene esa edad, a veces porque la mujer ya padecía algún tipo de diabetes antes del embarazo. Si la diabetes está controlada no suele representar ningún problema. pero si no está vigilada puede causar parto prematuro.
Gestaciones múltiples: más mellizos y gemelos
Muchas de las mujeres que se quedan embarazadas a partir de los 40 años lo consiguen gracias a técnicas de reproducción asistida. Es frecuente que tras la fecundación in vitro (FIV) a la mujer le transfieran dos embriones, por hay más posibilidades de embarazos de gemelos. Diferentes estudios han comprobado que en el parto prematuro se da en el 50% de las gestaciones de mellizos o gemelos.
Desprendimiento de placenta
Ocurre cuando antes de comenzar el parto, la placenta se desprende de la pared uterina. Es una complicación muy grave que puede poner en peligro tanto la vida del bebé como la de la madre, ya que provoca una importante hemorragia y reduce el aporte de oxígeno al bebé. “El desprendimiento de placenta está relacionado, entre otras causas, con la hipertensión”, explica el doctor José Luis Prieto y el riesgo de tensión alta aumenta con la edad materna.
Inducción en partos lentos y complicados
Al cuello uterino de las mujeres mayores de 40 años que no han tenido hijos antes, le cuesta más ablandarse y dilatarse, lo que dificulta que parto natural se inicie de forma espontánea. Por eso, muchas veces los ginecólogos tienen que inducirlo. Te explicamos por qué. Cuando las mujeres dan a luz por primera vez, su cuello uterino se ablanda, se acorta progresivamente y se ensancha. Es lo que se conoce como borramiento del cérvix. Es una fase previa a la dilatación del cuello para el bebé nazca. En las mujeres que ya han tenido más hijos, el borramiento y la dilatación ocurren simultáneamente: por eso el parto de los segundos y sucesivos hijos suele ser más corto. Cuando la mujer tiene más de 40 años la elastina (una proteína que proporciona elasticidad a los tejidos) disminuye y al cuello le cuesta más modificarse, sobre todo si no pasó antes por otro parto.
El útero se contrae peor
Al mismo tiempo, la musculatura del útero tiene menos capacidad para contraerse. La consecuencia es que si antes de las semanas 39 o 40 de gestación si no se ha iniciado de forma espontánea el médico recomiende inducirlo o provocarlo. No hay que olvidar que la placenta tiene una “fecha de caducidad” y que a partir de entonces, no es tan efectiva en el suministro de oxígeno y nutrientes al feto.
Más cesáreas y partos instrumentales
Por esa falta de elasticidad en las fibras de la musculatura del útero en las mujeres con más de 40 años, aumenta el riesgo de que el parto sea por cesárea en lugar de parto vaginal, sobre todo si se trata del primer parto de la mujer.
También en las mujeres que superan los 40 años es más frecuente que a la hora de dar la luz que el ginecólogo tenga que recurrir a instrumentos como el fórceps o la ventosa. “Las alteraciones en la contracción uterina son más frecuentes y menos eficaces”, explica el doctor José Luis Prieto. Cuando esto ocurre, las contracciones son más débiles y no son efectivas, lo que dificulta la salida del bebé.
El posparto de las madres mayores
Las dificultades que tiene el cuello del útero o cérvix para dilatarse y el útero para contraerse durante el parto también aparecen después de dar a luz. “La complicación más frecuente en el posparto inmediato es la hemorragia, por la peor contractibilidad del útero”, afirma el doctor José Luis Prieto. Una vez que el bebé nace, el parto no finaliza.
Las contracciones continúan para expulsar la placenta, lo que se llama alumbramiento. Una vez que la placenta se ha desprendido de la pared uterina y ha sido alumbrada, el útero sigue con contracciones para reducir su tamaño y cerrar la herida que dejó la placenta en sus paredes. Esas contracciones son los llamados entuertos. Si no se producen -o no logran que las paredes uterinas se contraigan- puede provocarse una grave hemorragia uterina.
Buenas noticias: menos depresión posparto
Dar a luz cuando se han superado los 40 años tiene su lado positivo: la depresión posparto es menos frecuente. La depresión posparto ocurre a los pocos días de dar a luz y se caracteriza por una especie de melancolía, tristeza, ansiedad y dificultad para dormir. En general, se relaciona con los cambios hormonales que se producen después de dar a luz, pero también con problemas emocionales, como sentirse incapaz de cuidar al bebé. También, el embarazo no planificado o deseado es un factor de riesgo.
Son madres más maduras emocionalmente
Según el doctor José Luis Prieto, estas circunstancias no se suelen dar en las mujeres que se quedan embarazadas después de los 40 años y por eso la depresión posparto no les afecta tanto. “En general son embarazos más buscados y deseados, y en mujeres más maduras emocionalmente”, subraya.