Cesárea y lactancia: cómo dar el pecho sin dolor
Las posturas más adecuadas
- Transcurridas unas horas de la realización de la intervención quirúrgica, y bajo las indicaciones del personal sanitario, se animará a la madre a levantarse de la cama (en principio sentada, luego levantada y siempre con la ayuda de alguien por si se marea) para prevenir problemas circulatorios. Siempre según protocolo de cada centro médico.
- A la hora de alimentar a tu bebé sentada, pon una almohada sobre tus piernas y coloca a este sobre ella. Así evitarás molestias en la zona de la herida. O bien colocar la almohada a tu lado en posición transversal apoyando sobre ella la espalda del bebé, de tal manera que su cara queda de frente a la tuya a la vez que sujetas su cabeza con tu mano, facilitando su enganche al pecho.
- Otra postura muy cómoda para amamantar al recién nacido tras la cesárea es ponerte tumbada de lado junto a él, de manera que su barriga esté frente a la tuya, para ofrecerle el pecho
- Cuando sostengas al bebé en brazos, siéntate correctamente apoyando los brazos.
- Algunos ginecólogos recomiendan una faja posparto para que la madre se encuentre con el vientre más protegido. En cambio otros la desaconsejan, ya que impide que los músculos del abdomen recuperen antes su tono. La recomendación ideal es que si se usa, que sea el menos tiempo posible y en determinados momentos puntuales del día. La mejor faja postparto son nuestra propia musculatura abdominal, que poco a poco se irá fortaleciendo.
Consejos para cuando llegues a casa
- Ya instalada en casa, hay que continuar con los cuidados y descansar en lo posible; no obstante, se recomienda levantarse con frecuencia, evitar levantar cosas pesadas, ejercicio intenso o las sentadillas (posición en cuclillas). No dudes en pedir ayuda a tu familia, amigos y/o pareja para las tareas de la casa, compras... Lo fundamental es que tú te recuperes y cuidar del bebé.
- No cojas peso hasta pasadas seis u ocho semanas de la intervención. Si tienes que coger algo del suelo, flexiona las rodillas, cuerpo bien alineado, espalda recta (el trabajo lo hacen los músculos de las piernas). No dobles la cintura, pies separados y apóyate con una mano en algún sitio para no perder el equilibrio. Debes coger el peso cerca del cuerpo.
- Si tienes un acceso de tos, estornudos, ganas de respirar profundamente o cualquier movimiento que aumente la presión abdominal, pon una mano sobre la cicatriz y aprieta la zona uniformemente; de esta manera la molestia será menor.
- No debes estar mucho tiempo de pie parada. Si tienes que estar un rato en esta postura, alterna el peso de cada pie sobre un apoyo algo más alto para alternar el descanso de ambas piernas y columna.
- Para levantarte de la posición horizontal, ponte primero de lado utilizando los brazos como punto de apoyo y después sentada. Tras asegurarte de que no te mareas, puedes ponerte de pie.