Posparto: Cómo descubrir y fortalecer el suelo pélvico
Trabajar la respiración y ejercicios para disminuir la presión
Hagamos un experimento rápido y sencillo: cierra tus ojos, localiza y aprieta los párpados durante unos segundos. Seguramente no has tenido problema en hacerlo, has localizado rápido el músculo y ha seguido tus órdenes sin problema. Igual sucedería con el abdomen, los hombros, los glúteos y la mayor parte de nuestros grupos musculares. Pero la mayor parte de las mujeres no son capaces de detectar y dirigir su suelo pélvico a voluntad. ¿La razón? Seguramente tiene mucho que ver el gran olvido al que se ha desterrado a este grupo muscular.
El buen estado del suelo pélvico es fundamental para el bienestar de la mujer. Así que vamos a descubrir qué es y cómo trabajarlo con la fisioterapeuta Caroline Correia, especializada en obstetricia y uroginecología, y coautora del libro "Embarazada, ¿y ahora qué?”, que ha escrito junto a la presentadora Pilar Rubio.
Suelo pélvico: qué es y cómo funciona
El suelo pélvico es el conjunto de músculos y tejidos situados en la parte inferior de la pelvis, entre el pubis y el coxis, alrededor de la vulva y el ano. Y su trabajo es muy importante: controla los esfínteres, se contrae durante las relaciones sexuales aportando placer, además de sostener la vejiga, el útero, la vagina y el recto. Es más importante de lo que pensamos aunque no lo veamos.
Tras el parto puede haber lesiones en los ligamentos y músculos implicados, especialmente en el suelo pélvico. La fisioterapeuta compara el parto con un esguince para el suelo pélvico de la mujer. Y como en cualquier lesión, hay que trabajar para conseguir una buena rehabilitación y que el músculo vuelva a funcionar como debería. Para ello acuden muchas mujeres a la clínica en la que trabaja para mejorar su suelo pélvico.
Presión: toser, estornudar o sentarse en el servicio
El trabajo de esta profesional se centra en terapia manual y ejercicios para quitar presiones del suelo pélvico: se trata de un músculo que siempre está recibiendo presiones de los órganos. Por ejemplo cuando caminamos, cuando hacemos cualquier tipo de ejercicio, incluso al toser o estornudar, se está ejerciendo presión sobre el suelo pélvico.
Esta experta además trabaja un cambio de los hábitos posturales: “Es muy importante la forma en que la persona hace sus necesidades en el servicio. La forma de sentarse en el váter [la correcta es con la espalda recta y con los pies algo elevados con rodilla por encima de la cadera] es fundamental para el suelo pélvico, ya que al evacuar se pueden producir daños. El estreñimiento es un factor de riesgo para el suelo pélvico” explica Correia.
Ejercicios de fortalecimiento
Este trabajo lo complementa con ejercicios de fortalecimiento combinados con terapia manual y con ejercicios que disminuyen la presión del suelo. Todos los ejercicios educan la respiración, para seguir después aislando y trabajando los músculos del suelo pélvico.
Como ya hemos indicado, a muchas mujeres les cuesta detectarlos. Para que la mujer pueda localizar y trabajar mejor su suelo pélvico, Caroline Correia se centra en ejercicios respiratorios que consiguen disminuir la presión del suelo y su fortalecerlo, utilizado los ciertos músculos, y completando con los del abdomen y glúteos.
¿Ejercicios de Kegel o bolas chinas?
Lo primero que nos viene a la cabeza son los ejercicios de kegel, pero la fisioterapeuta insiste en que no se puede centrar la rehabilitación sólo en eso. Es importante el trabajo manual, los hábitos y la postura. Y reniega de otro de los nombres que siempre vienen a la cabeza cuando se habla de suelo pélvico: las bolas chinas.
Bolas chinas, siempre bajo supervisión
A Correia no le gustan las bolas chinas: “Es cargar al músculo todo el día con un peso que no ayuda. Igual que si vas todo el día con un bolso muy pesado te haces daño en el hombro, no lo fortaleces, lo mismo pasa con el suelo pélvico y las bolas chinas”. Explica que no son para caminar y andar por la calle, sino para ponérselas un rato en casa y en ese momento hacer el ejercicio de forma activa. Y si se van a usar, esta fisioterapeuta recomienda acudir a un especialista para que le diga qué peso de bola china es la adecuada. La razón es que que una persona con una debilidad pélvica no puede trabajar este músculo con cualquier peso. Lo mismo ocurre con las mujeres con hipertonía de suelo pélvico (músculos rígidos, con poca flexibilidad): el uso de las bolas chinas puede ser perjudicial.
Ejercicios hipopresivos, los grandes aliados
Para ayudar al suelo pélvico lo primero es quitar la presión y para ello se suelen hacer ejercicios hipopresivos. Un conjunto de técnicas respiratorias y posturales que fortalecen el suelo pélvico. Estos ejercicios son muy útiles para mujeres con prolapsos (de útero o vejiga), ya que se hace una ascensión de los músculos.
Aunque tal y como nos explica la fisioterapeuta Caroline Correia, especializada en obstetricia y uroginecología, “el grado de descenso de la vejiga es muy fuerte o el útero se hace cirugía, pero aun así la debilidad muscular continúa, así que hay que trabajarlo”.
Pero una vez que sabemos dónde está el periné y cómo hay que entrenarlo se trata de ser constante. El suelo pélvico es un grupo muscular y como el resto de músculos, si no se trabaja se queda flácido. Por eso la fisioterapeuta conseja a todas las mujeres a “trabajar su suelo igual que entrenan otros músculos. Si quieres unas piernas bonitas o un vientre plano haces ejercicio. Lo mismo pasa con el suelo pélvico”.