El cuidado del bebé desde su concepción
Embarazo, parto y primeras semanas de vida del niño
El cuidado del niño empieza antes de la gestación. Los hábitos y estado de salud de la futura madre tienen importancia: su organismo ha de estar preparado físicamente, por el importante esfuerzo biológico que implica la formación de un nuevo ser, y psicológicamente, por la transcendencia de la tarea que ha aceptado. Este objetivo de bienestar físico y psíquico es deseable durante la gestación, cuando el cuidado del niño pasa por el cuidado de la madre: controles obstétricos de la embarazada y exámenes de salud del feto.
En el momento del parto el cuidado del niño sigue estando ligado de modo muy intenso al de la madre. Las consecuencias de las condiciones de higiene en que se desarrolle y la atención a las posibles complicaciones que pudieran presentarse tendrán consecuencias para ambos. Por ello, no debemos separar el cuidado del niño del cuidado de la madre.
Durante el periodo neonatal el niño va a sufrir una serie de adaptaciones a la vida extrauterina; es el momento de detección precoz de enfermedades y malformaciones. Ya desde estos primeros días de vida cobra todo su sentido el concepto de salud como ausencia de enfermedad y bienestar emocional.