Desarrollo del feto en la semana 38: Pulmones listos para funcionar
El lanugo casi ha desaparecido
Aunque se encuentra preparado para nacer en la semana 38 de gestación, no quiere decir que el desarrollo del bebé se haya completado. El pequeño aún tiene tiempo para seguir gestándose hasta la semana 42 de embarazo.
En la semana 38 de embarazo, su cerebro sigue creciendo (de hecho continuará haciéndolo incluso meses después de nacer) y bajo su dermis prosigue acumulando grasa que le va a proteger de las "bajas temperaturas" del mundo exterior tras el nacimiento. Ocupa prácticamente todo el útero. Por eso apenas se mueve, pero cuando lo hace, tiene mucha "fuerza". El parto se aproxima.
Cómo es un bebé de 38 semanas
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El lanugo que cubría su cuerpo prácticamente ha desaparecido, así como la vérnix casesosa, la grasilla que también cubría su cuerpo. Aunque esté listo para nacer, no pasa nada porque se quede dentro de ti dos semanas más.
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Sus pulmones se encontrarán más preparados para recibir la primera bocanada de oxígeno. Recuerda que esos órganos han sido los últimos en desarrollar. De hecho los alvéolos continúan su desarrollo hasta los dos años de vida.
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Tampoco sus huesos han completado su formación…¡aún le queda mucho por crecer! Tiene 215 huesos, nueve más que un adulto. Y es que algunos se fusionarán a lo largo de la infancia. Por ejemplo, el sacro, que ahora consta de cuatro vertebras completamente independientes entre sí.
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Y aquellas vigorosas patadas… son un recuerdo imborrable para cualquier mamá. Apenas le queda espacio para moverse con la libertad de hace un mes.
Qué siente la madre en la semana 38 de embarazo
En esta semana quizás te hagan el último análisis de sangre que incluyen pruebas de coagulación. Ten en cuenta que en el parto tras el desprendimiento de la placenta, en el útero se produce una gran herida, que se va cerrando a medida que el útero se vuelve a contraer; pero, mientras tanto, es necesario que la coagulación de la sangre materna sea buena, porque si no, se produciría una gran hemorragia.
Si, por el contrario, la tasa de coagulación es muy alta, existe riesgo de trombosis, que se puede prevenir con una profilaxis a base de heparina. Además, si te ponen la anestesia epidural y tu coagulación no es adecuada, se puede formar en la zona de la punción un hematoma que presione la médula espinal y tener graves consecuencias.
Un consejo para alimentarte mejor
El parto va a suponer un gran esfuerzo para tu organismo. Aunque las digestiones sean muy molestas -tu enorme útero tiene “acorralado” al aparato digestivo-, no debes dejar de comer, aunque sea en pocas cantidades.
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Es muy probable que tengas pérdidas de sangre, por lo que debes incrementar el consumo de alimentos ricos en hierro, como la carne, los cereales integrales, las legumbres y los berberechos.
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Como necesitarás mucha energía, tendrás que tener buenas reservas. Por lo tanto, no dejes de tomar platos preparados con pastas integrales o arroz y desayuna con cereales.
Un truco para sentirte mejor
Dormir con una tripa de 38 semanas resulta complicado. Es frecuente que la futura mamá sufra de insomnio por la noche, que se despierte muy a menudo y que tenga que hacer varias siestas durante el día. Túmbate siempre de lado, mejor sobre el izquierdo. Si te acuestas boca arriba o boca abajo, además de aumentar las molestias en la espalda, se comprime la aorta y puede dificultar la circulación sanguínea hacia la placenta. Coloca una almohada debajo de la tripa. Te encontrarás más cómoda.