"He salido de cuentas y no estoy de parto"
Cuando llega la fecha probable de parto (lo que se llama “salir de cuentas”) y el parto no llega… se multiplican la inquietud, la preocupación y las dudas: ¿Será algo normal? ¿Le pasará algo a mi bebé por esperar más tiempo? ¿Llegaré a ponerme de parto? ¿Qué puedo hacer yo para favorecer el inicio de las contracciones? Todas estas preguntas y algunas más sobre el embarazo postérmino asaltan la mente de la futura mamá. Vamos a intentar contestarlas.
Embarazo de más de 40 semanas, ¿normal?
Sabemos que un parto puede adelantarse una, dos o incluso tres semanas a la fecha probable y este hecho se asume como algo completamente normal. Sin embargo, la sensación de normalidad no es la misma cuando el parto se retrasa. Pues bien, debes saber que tan normal es una cosa como la otra. Esperar unos días más allá de la fecha probable de parto antes de indicar un parto inducido o provocado es la mejor opción en la mayoría de los casos.
Por supuesto, hablamos de gestaciones que hayan cursado con normalidad, que llamamos “de bajo riesgo” y siempre bajo la vigilancia adecuada a cargo de tu obstetra y de tu matrona.
Puede estar indicada la finalización de la gestación en la semana 40, entre la 41 y la 42, haciendo un seguimiento más estrecho durante esta semana, o bien terminar el embarazo en la semana 42 provocando o induciendo el parto.
Hay que individualizar según el caso, pero nunca se aconseja prolongar el embarazo más allá de las 42 semanas, ya que la placenta tiene “fecha de caducidad” y pueden aparecer complicaciones. En las gestaciones calificadas como de alto riesgo por algún motivo (por causas maternas o fetales), es frecuente que no se esperen estos días de más a partir de la fecha probable de parto, e incluso, que se indique adelantarlo respecto a esa fecha.
¿Cómo ponerte de parto?
Y en cuanto a las recomendaciones para favorecer el desencadenamiento del parto:
- Mantente activa. Simplemente caminar a buen ritmo todos los días, subir y bajar escaleras, hacer sentadillas, sentarse en cuclillas… todo lo que ayude a que la cabeza apoye sobre la pelvis, ayuda a estimular el inicio del parto y la dilatación.
- Ejercicio con pelota de pilates. Estos ejercicios se pueden realizar en casa de forma muy sencilla. Se trata de realizar movimientos suaves, basculando la pelvis hacia delante y detrás o hacia los lados, y ejercicios de contracción del suelo pélvico cuando estás sentada sobre la pelota.
- Mantener relaciones sexuales. No están contraindicadas durante la etapa final del embarazo (a no ser que tu obstetra te haya recomendado lo contrario). Estimulan la producción de oxitocina (la hormona que produce las contracciones uterinas) y esto puede aumentar la frecuencia de las contracciones de Braxton-Hicks. Además, el semen contiene unas sustancias llamadas prostaglandinas, que favorecen la maduración del cuello del útero (ambas sustancias, prostaglandinas y oxitocina, son las que utilizamos cuando inducimos un parto)
- Osteopatía y/o fisioterapia: Sobre todo si padeces lumbalgia, sínfisis del pubis o dolores pélvicos, este tipo de tratamientos ayudarán a aliviar áreas contracturadas, a mejorar la movilidad y flexibilidad de la columna vertebral, así como la correcta movilidad de la pelvis materna. Aliviando tensiones musculares en la zona, la futura mama se sentirá más relajada y confortable, el bebé se colocará de la forma más correcta y se favorecerá tanto el desencadenamiento como el proceso del parto.
Por lo tanto, si llega tu fecha probable de parto y no tienes contracciones, puedes estar tranquila. Ahora ya sabes que es normal que el parto pueda producirse entre la semana 37 y la 42 en las gestaciones que han cursado con normalidad, y que la fecha probable de parto no es más que (como su propio nombre indica) una fecha probable. Solo falta esperar un poco más para el gran día de poder, por fin, conocer a vuestro bebé.