¿Por qué mi bebé se ve pequeño en la ecografía?

La mayoría de los fetos pequeños no tiene patologías

ecografia

Los conceptos de fetos pequeños para su edad gestacional (PEG) y fetos con crecimiento intrauterino restringido (CIR) son a veces confundidos. Como ya sabéis, el crecimiento fetal lo reflejamos en forma de percentiles. Cuando decimos que un feto tiene un percentil 50 (p50) estamos diciendo que tiene un peso adecuado para su edad gestacional. Los fetos más grandes estarán por encima del p50 y los más delgados, por debajo.

Ahora bien, solo consideramos patológicos aquellos que están en percentiles extremos, es decir por encima del p90 o por debajo del p10. Por tanto, definiremos a un feto pequeño para su edad gestacional cuando sus medidas realizadas por ecografía estén por debajo del p10; para ello debemos utilizar tablas de población española y no nos valen las tablas americanas o de otros países que vienen incorporadas en los ecógrafos.

Por ejemplo, si una gestante va a consulta a realizarse una ecografía a las 30 semanas y tras medirle el diámetro biparietal (DBP), la circunferencia abdominal (CA) y la longitud del fémur (LF) da un peso de 950 gramos, se le comunicará que tiene un p10, ya que debería pesar en ese momento unos 1.500.

Bebés pequeños por constitución, la mayoría


Todos los bebés pequeños para su edad gestacional no padecen crecimiento intrauterino retardado. Entre el 50 y el 70 por ciento de los PEG son constitucionales, solo hay que ver a los padres. Estos fetos son absolutamente normales: si les hacemos una serie de ecografías veremos que tienen líquido amniótico normal, se mueven adecuadamente; son pequeños pero proporcionados y su crecimiento estará siempre paralelo a la curva del p10. Además, la ecografía Doppler de la arteria umbilical será normal lo que denota que la placenta está funcionando adecuadamente y los registros cardiotocográficos, lo que llamamos monitorización, serán normales. Lo único que debemos hacer con estos fetos es vigilarlos y, si todo va bien, no hace falta hacer nada especial con ellos porque su potencial de crecimiento es el adecuado.

Fetos con malformaciones, los menos


Entre el 10 y el 20 por ciento son fetos anómalos pequeños para su edad gestacional. Ya desde el primer trimestre vemos que existen problemas como alteraciones genéticas, malformaciones, infecciones tempranas por virus o bacterias o por la toma de fármacos inadecuados o tóxicos. Pues bien, estos fetos son verdaderos CIR tempranos: su potencial de crecimiento está restringido desde el principio y no se desarrollan adecuadamente.

Salir de dudas: pruebas diagnósticas


  • Al realizar las ecografías nos daremos cuenta de que hay algo que está produciendo este problema: unas veces serán malformaciones en el feto, otras sospecharemos de alteraciones genéticas o infecciosas y para diagnosticarlas realizaremos amniocentesisbiopsia corial , estudios inmunológicos en sangre materna... El hecho en sí es que llegaremos en muchos casos al dictamen correcto antes de las 22 semanas de embarazo. Se lo comunicaremos a los padres y serán ellos los que decidan seguir o no con la gestación adelante.
  • Entre el 20 y 30 por ciento de los CIR lo son por un mal funcionamiento de la placenta. Su frecuencia varía del 2 al 10 por ciento de todos los partos y se asocian a prematuridad, con lo que empeora el pronóstico. Alrededor del 20 por ciento de los fetos con crecimiento intrauterino retardado son pretérmino, con mayores tasas de mortalidad, asfixia al nacimiento, hipotermia, hipoglucemia y aspiración de meconio o secuelas neurológicas.
  • El diagnóstico se hace por la ecografía realizada en el tercer trimestre. En ella se observa que las medidas del diámetro de la cabeza y el fémur son normales pero la circunferencia abdominal está muy disminuida, es decir son fetos de crecimiento asimétrico, delgados pero con la cabeza y fémur adecuados. Las causas son variadísimas. Entre la más frecuentes citamos: tabaquismo, drogas, historia previa de fetos con CIR, índice de masa corporal <19, malformaciones uterinas, miomas, edad materna avanzada (más de 40 años), enfermedades maternas -sobre todo renales, neumopatías y vasculares-, complicaciones de la gestación por trastornos hipertensivos o diabetes e inserciones placentarias anómalas.

Examen de las arterias del cordón umbilical


Estos fetos se diferencian de los bebés pequeños por constitución en primer lugar, porque su crecimiento es asimétrico y de inicio tardío, en el tercer trimestre; y en segundo lugar porque en ellos se observan alteraciones en los flujos arteriales del cordón umbilical y al final en los flujos de las venas más importantes como es la cava o el llamado ductus venoso. Es decir, un feto CIR es un bebé pequeño para su edad gestacional pero con alteraciones en los flujos.

El examen Doppler de la arteria umbilical está alterado porque la placenta no funciona y no es capaz de darle al feto el suficiente oxígeno y alimento. El bebé se defiende mandando toda la sangre que puede a su cerebro, corazón y glándulas suprarrenales, no moviéndose nada para no gastar energía y no produciendo líquido amniótico, al no recibir tanta sangre los riñones. Lo mejor es ingresar a la embarazada y vigilarla muy estrechamente: en el momento que el Doppler de la arteria umbilical se altera de forma grave, hay que hacer una cesárea para que el bebé pueda desarrollarse adecuadamente fuera del útero materno.

Para finalizar, os comentaré que se estima que los fetos con CIR representan el 40 por ciento de los bebés que nacen muertos causa desconocida, el 30 por ciento de los fallecidos por muerte súbita y tienen una mortalidad infantil ocho veces mayor que los fetos con un peso adecuado para su edad de gestación.

Dr. Miguel Ángel Herraiz Martínez
Jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Clínico San Carlos y Catedrático de la Universidad Complutense, de Madrid