¿Por qué tomar aceite de oliva virgen y nueces durante el embarazo?

La buena alimentación materna influye en el bebé

aceite de oliva en el embarazo

Los cambios en el estilo de vida han propiciado que cada vez nos alejemos más de las dietas equilibradas, incluso durante el embarazo. El cambio de hábitos está propiciando la ingesta desproporcionada de mayores cantidades de hidratos de carbono (pan, bollería, repostería, arroz, pasta...), en detrimento de otros alimentos más saludables en la gestación, como las verduras, hortalizas, grasas poliinsaturadas de cadena larga en forma de aceite de oliva virgen extra, nueces o pescados como sardinas o salmón.

Este exceso de hidratos de carbono favorece la aparición de importante número de mujeres con diabetes mellitus gestacional (DMG), que puede llegar hasta un 17% de la población gestante. El aumento de la glucosa en sangre (hiperglucemias) es un factor de peor pronóstico para el feto, porque aumenta las posibilidades de un parto pretérmino, hipoglucemias con disminución del potasio y del calcio al nacer, así como posibilidad de tener bebés más grandes (macrosómicos), con todas las consecuencias que puede tener a la hora del parto.

Prevenir la diabetes gestacional con la alimentación


Pero no solamente afecta al feto sino que también puede tener repercusiones sobre la madre en el futuro, como mayor riesgo de diabetes gestacional en futuros embarazos, desarrollos de glucemias basales alteradas, intolerancia a los hidratos de carbono y diabetes mellitus tipo 2 o del adulto.

Estas mujeres además sufren de tasas más altas de enfermedades cardiovasculares o coronarias. Suelen terminar siendo mujeres obesas, hipertensas y con alteración del perfil lipídico (elevación del LDL colesterol o colesterol malo, disminución del HDL o colesterol bueno y aumento de los triglicéridos) y terminando en el conocido síndrome metabólico, de consecuencias funestas para estas féminas.

Sabemos que una vez diagnosticada la DMG, el realizar una dieta mediterránea con menos cantidad de hidratos de carbono y más grasas poliinsaturadas, verduras y pescados hace que se controle adecuadamente. Lo que aún no se ha constatado de modo científico es si el hacer una dieta mediterránea antes de quedar embarazada o por lo menos a partir de que se sabe que está embarazada, disminuya el número de mujeres con diabetes gestacional. Casi seguro que se producirá un efecto beneficioso incluso en aquellas mujeres con factores predisponentes como historia familiar de diabetes tipo 2, edad avanzada o síndrome de ovario poliquístico.

Por todo ello os aconsejamos la dieta mediterránea, es decir:

  • Dejar de tomar galletas, bollos, bebidas azucaradas, cafés y carnes rojas.
  • Comer más fibra, vegetales, frutas, cereales, alimentos con bajo índice glucémico y alimentos ricos en grasas poliinsaturadas como el aceite de oliva virgen y 30 gramos de nueces al día. Si tomáis buenas ensaladas con abundante aceite de oliva no engordaréis, pues no tomareis un plato de macarrones o arroz, por ejemplo.

Si la embarazada "come mal", lo transmite al bebé


El no hacerlo así puede ocasionar cambios epigenéticos a nivel celular: son variaciones químicas que se producen en el ADN y en la estructura de la cromatina sin alterar su secuencia con el fin de regular la transcripción genética. Esto que acabo de comentar es algo complejo pero viene a decir que una misma célula puede alterar su ADN dependiendo de lo que comamos. En pocas palabras, provocamos una importante disminución de las sustancias antioxidantes, lesionándose de esta forma el ADN. La susceptibilidad de estos cambios en el epigenoma es desigual en diferentes etapas de la vida siendo muy importante durante la gestación.

Pero lo más interesante de este asunto es que las madres que "comen mal" trasmiten a las células de sus hijos en el desarrollo embrionario las alteraciones epigenéticas de su ADN y serán niños obesos, hipertensos y diabéticos. Quiero deciros con esto que una buena alimentación durante el embarazo hará que también tengáis hijos sanos sin problemas genéticos en el futuro.

¡Ah, y no os olvidéis del ejercicio físico durante el embarazo!

Dr. Miguel Ángel Herraiz Martínez
Jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Clínico San Carlos y Catedrático de la Universidad Complutense, de Madrid