Cinco hábitos maternos saludables para prevenir la obesidad infantil
La obesidad infantil se ha convertido en un grave problema de salud que, además, va en aumento. Según la Organización Mundial de la Salud en los últimos 40 años el número de niños obesos se ha multiplicado por 10. Estos niños sufren más trastornos de salud, tienen más riesgo de padecer enfermedades metabólicas, cardiopatías o diabetes tipo II. Ante estas cifras, la prevención se convierte en herramienta fundamental para luchar contra esta epidemia que afecta a países de todo el mundo, tanto desarrollados como en desarrollo.
Con esta idea, científicos de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard han hecho público un informe en el que han estudiado la relación existente entre la obesidad infantil y los hábitos maternos.
No sólo influye la genética
Durante cinco años, estos investigadores evaluaron a casi 25.000 niños y adolescentes entre los 9 y los 18 años y han llegado a la conclusión de que los hábitos saludables de las madres influyen positivamente en los hijos. Los expertos se centraron en la evaluación de cinco hábitos:
- No fumar
- Seguir una alimentación saludable
- Hacer ejercicio de forma regular (más de 30 minutos al día con intensidad moderada)
- Mantener un peso adecuado (IMC o índice de masa corporal entre 18,5 y 24,9)
- Consumo moderado de alcohol (entre 5 y 15 gramos para mujeres)
Los menores cuyas madres seguían estos cinco hábitos tenían un 75% menos de probabilidades de sufrir obesidad que los de las mujeres que no los siguieron.
El estilo de vida saludable de las madres tiene una repercusión real y beneficiosa en el peso de sus hijos, explican los investigadores, que destacan que se trata del primer estudio que lo demuestra. Lo que más afecta al peso de los niños, según las conclusiones del informe, es que las madres sean obesas, fumen o no practiquen ejercicio, que serían, por tanto, los hábitos que más directamente influyen en la salud infantil. Además, cuando las madres tienen un índice de masa corporal adecuada (entre 18,5 y 24,9) sus hijos tienen un 56% más de posibilidades de mantener también un peso adecuado. Si las progenitoras no fuman, este riesgo disminuye en un 31%.
Los hábitos nutricionales de la madre no tuvieron una relación demasiado significativa con la obesidad de sus hijos. Los autores explican que esto podría deberse al hecho de que la dieta de los niños también se ve afectada por otros factores, como los comedores escolares o las opciones de restauración que existen en sus zonas de residencia.
Obesidad infantil y riesgos de salud
La obesidad infantil es, según la Organización Mundial de la Salud, uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. Más de 41 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso o eran obesos, según cifras de 2016 de la OMS. En España, según los datos de la Encuesta Nacional de Salud, dos de cada diez niños tienen sobrepeso y uno de cada diez, obesidad. Estos niños tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más riesgo de padecer a edades más tempranas enfermedades cardiovasculares o diabetes.