La SEGO aconseja suplementos de yodo en el embarazo y la lactancia
Los ginecólogos españoles han elaborado un nuevo documento para el cuidado del embarazo que son las líneas básicas que todos los obstetras deben tener presente en sus consultas. Uno de los puntos más importantes de este documento se refiere a las vitaminas y minerales que influyen en el desarrollo del feto y del embarazo, como el ácido fólico, la vitamina D o el yodo, y que las embarazadas deben ingerir en suficientes cantidades para que el bebé se desarrolle adecuadamente .
Respecto al yodo, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) señala que en las consultas preconcepcional y prenatal “se debe recomendar la ingesta de alimentos ricos en yodo, fundamentalmente lácteos y pescado, así como fomentar la utilización de sal yodada por la mujer durante el embarazo y la lactancia”.
Pero también recomienda realizar un “suplementación farmacológica con yoduro potásico” en las mujeres embarazadas y que estén dando el pecho. La dosis recomendada del suplemento farmacológico es de 200 microgramos al día.
Cómo beneficia el yodo al desarrollo del bebé
El yodo es un mineral imprescindible en el embarazo y la lactancia, ya que la madre proporciona este micronutriente al feto y al bebé, necesario para la formación de hormonas tiroideas que afectan al funcionamiento de todos los órganos y son fundamentales para el normal desarrollo del cerebro y el sistema nervioso del bebé.
En los cinco primeros meses de gestación el feto adquiere la cantidad de una hormona, la tiroxina, mediante la aportación de yodo materno, puesto que sus glándulas tiroideas no tienen capacidad para producirla. Sin embargo, en ese periodo es cuando se forma la corteza neuronal y para ello es imprescindible esta hormona. De hecho, está comprobado que el déficit de yodo conlleva una disminución del cociente intelectual del niño
Pero esas necesidades se mantienen después del nacimiento, en la lactancia. Hay que tener presente que el recién nacido no ha completado aún la maduración cerebral. Una cantidad apropiada de yodo en la dieta es imprescindible para que haya una buena función tiroide para terminar ese proceso. Por eso, es importante que la leche materna contenga una dosis de yodo adecuada.