Semana 24 del embarazo gemelar monocorial
La medición del cuello uterino ayuda a prevenir el parto prematuro
Llegamos a la semana 24 de embarazo gemelar mococorial, en el que los bebés comparten la placenta. Lo primero que te harán en la consulta del ginecólogo es una ecografía. ¿Con qué fin? Para comprobar el latido cardiaco de cada bebé y examinar el crecimiento de ambos, mediante la medición de varios parámetros:
- Cabeza (diámetro biparietal).
- Abdomen (circunferencia abdominal).
- Longitud del fémur.
- Cordón umbilical: también se puede realizar un estudio "doppler" (exploración de la arteria umbilical) de ambos fetos, como medida complementaria del bienestar fetal.
A través de la ecografía, se valorará la cantidad de líquido amniótico de cada bolsa, medida según las denominadas columnas máximas de líquido amniótico. Al mismo tiempo, se medirán los tamaños de las vejigas de los fetos. Si en una bolsa la columna máxima de líquido amniótico es menor de 2 centímetros y en la otra es mayor de 10 centímetros, podemos decir que estamos ante un síndrome de transfusión fetofetal.
Medición del cuello uterino y pesario cervical
De nuevo es importante que te realicen una cervicometría o medición del cuello uterino, independientemente de que hayas o no tenido contracciones. Si el cérvix es menor de 25 milímetros, se valorará la colocación de un pesario cervical en los centros donde se coloquen. Aún así, debes saber que tienes que restringir tu actividad física porque esto puede contribuir al desencadenamiento de contracciones. La cervicometría en las gestaciones gemelares monocoriales no se realiza en cada visita sino en visitas alternas cada cuatro semanas, a no ser que la paciente refiera contracciones uterinas.
Test de glucosa y anemia durante la gestación
Esta es la semana en que se realiza el análisis del segundo trimestre y el test de la glucosa. La analítica de sangre consta de un hemograma, que valora el grado de anemia -a través de la hemoglobina y el hematocrito- y la cantidad de glóbulos rojos de la sangre. La anemia también se valora a través del perfil férrico, cuantificando la ferritina, el hierro y el índice de saturación de transferrina. Asimismo, se valora el número de glóbulos blancos y de plaquetas.
Si los glóbulos blancos están muy por encima de los valores normales, puede indicar que hay o ha habido una infección. Si las plaquetas están muy bajas, la llamada trombocitopenia, puede haber un mayor riesgo de sangrado durante el parto y el posparto.
Los datos del hemograma del segundo trimestre se comparan con los realizados en el primer trimestre. Lo lógico es que los glóbulos rojos, la hemoglobina y el hematocrito vayan disminuyendo de forma más rápida que en las gestaciones únicas porque hay dos fetos que van creciendo y sus necesidades de hierro cada vez son mayores.
La anemia ferropénica (por falta de hierro) se multiplica por seis con respecto a las gestaciones únicas. En estas semanas de gestación, casi todas las gestantes de gemelos son suplementadas con algún tipo de hierro oral, bien sea en forma de comprimidos, como en viales bebidos o sobres. La anemia hace que te encuentres más cansada y mareada. Puedes estar más pálida y el cabello se te caerá más.
La trombocitopenia o disminución en el número de plaquetas es más frecuente en las gestaciones gemelares. Generalmente suele ser una alteración transitoria que revierte tras el parto. Si el número de plaquetas baja por debajo de 100.000, se debe derivar a la gestante a una consulta de hematología para valorar la administración de corticoides. Un recuento de plaquetas por debajo de 100.000 aumenta el riesgo de sangrado y prohíbe que te pongan la anetesia epidural.
Te solicitarán de nuevo la serología de toxoplasmosis y el citomegalovirus en el caso de que no estés inmunizada. En esta analítica, se analizarán de nuevo las hormonas tiroideas (TSH y T4 libre). Las hormonas tiroideas se alteran con más frecuencia en las gestaciones gemelares, por lo que sois mujeres con más predisposición a tener hipotiroidismo en el embarazo. Este hipotiroidismo puede ser el causante del cansancio y la sequedad de la piel. Se solventa con la administración de una pastillas que contengan hormona tiroidea.
Cómo se realiza el test de O´Sullivan
Quizá la prueba más importante de esta semana de gestación en el test de la glucosa, llamado técnicamente test de O´Sullivan. Sirve para detectar las gestantes con más riesgo de desarrollar diabetes durante el embarazo. Tendrás que citarte previamente en el laboratorio donde realices los análisis. Irás en ayunas, te sacarán sangre y cuantificarán los niveles basales de la glucosa en sangre. Luego te darán un zumo muy azucarado con 50 gramos de glucosa. Este zumo puede ser de limón o de naranja.
Ahora tendrás que esperar una hora sentada, sin pasear, ni beber nada, y posteriormente te volverán a sacar sangre para cuantificar los niveles de azúcar en sangre. Si estos valores son mayores de 140, querrá decir que tienes más posibilidades de ser diabética y habrá que confirmarlo mediante la sobrecarga oral de glucosa de 100 gramos o también llamada "curva larga". Esta vez te sacarán sangre en ayunas, te darán un zumo muy azucarado con 100 gramos de glucosa en vez de 50 gramos y te volverán a sacar sangre a la hora, a las 2 horas y a las 3 horas. Si se obtienen dos valores alterados, por encima de los parámetros de referencia, indicará que eres diabética gestacional y deberás controlarte el embarazo en una unidad de tocología de alto riesgo con un obstetra y un endocrinólogo.
Debes saber que las gestantes de gemelos, tenéis más predisposición a desarrollar una diabetes gestacional. Aún así, casi un 70 por ciento de vosotras tendrá un test de O´Sullivan positivo (es decir, alterado) y luego tendrá una sobrecarga oral de glucosa de 100 (curva larga) normal.
Movimientos del bebé
A partir de ahora ya es normal que empieces a notar a tus hijos moverse diariamente, ya que en la semana 20 todavía hay muchas mujeres que no los notáis. Este movimiento será más evidente por la noche, cuando estés tumbada. Puedes empezar a ponerles música y a hablarles. Como ya sabrás los sexos de los bebés, puedes incluso empezar a pensar en los nombres. Muchos expertos recomiendan que empieces ya a hablarle y llamarles por sus nombres cuando te dirijas a ellos, porque así aumentarás el vínculo entre tú y tus hijos. Todavía en estas semanas pueden moverse tanto que a veces no identificas bien a uno de otro y el que estaba a la derecha se coloca a la izquierda, y el de arriba a abajo. Lo importante es que percibas que hay dos bebés moviéndose dentro de ti y esa es una experiencia que solo vosotras, las embarazadas de gemelos podéis experimentar. Siempre recuerda que habrá uno que se mueve más que otro o que no siempre se mueven a la vez porque uno de los dos puede estar dormido mientras el otro no para de dar patadas.
El abdomen va creciendo a medida que crece el útero y en estas semanas puede llegar casi a reborde costal. Es decir, que el útero de una embarazada de gemelos es mucho mayor que en un embarazo único y a veces te preguntarán si te queda poco para el parto.
El ombligo puede aplanarse o salirse hacia fuera en forma de hernia. Los músculos que forman la pared del abdomen se llaman rectos abdominales y se estiran hacia los lados, pudiéndose separar en la línea media. Si esto ocurre se produce la llamada diástasis de rectos. Lo verás de forma más evidente cuando te tumbes y levantes la cabeza mirando al abdomen, pues aparece como un bulto en la línea media. No es doloroso y no es peligroso ni para ti ni para tu bebé. Además, notarás más fácilmente moverse a tus hijos. En el caso de que exista una hernia umbilical, la notarás más evidente cuando te sientes o te pongas de pie. En el caso de que se estrangule puede producir mucho dolor y deberás acudir a urgencias. Tanto si tienes diástasis de rectos como si existe una hernia umbilical, se aconseja que te pongas una faja para llevar bien sujeta la pared abdominal.
Hinchazón de tobillos y muñecas en la semana 24 de embarazo
Los tobillos y muñecas pueden hincharse, sobre todo al final del día y si pasas muchas horas de pie, debido a la compresión de las venas inguinales por parte del útero que dificultan el reflujo venoso. También los cambios hormonales del embarazo contribuyen a esta retención de líquidos. Generalmente os levantáis con las manos y la cara hinchada y a medida que pasa el día, se os van deshinchando ambas para hincharse los tobillos y las piernas. Estos síntomas pueden ocasionarte gran pesadez de piernas e incluso hormigueo en pies y manos.
Es conveniente que estires las piernas cuando estés sentada y hagas movimientos con los pies hacia arriba y abajo o en círculo para favorecer el retorno venoso. Camina una hora al día a paso ligero y evita permanecer muchas horas de píe sin moverte. Cuando te acuestes, pon un cojín debajo de los pies. Meter los pies y las manos en agua fría con sal gorda puede hacer disminuir la hinchazón y la sensación de pesadez.
Un masaje linfático aplicado de forma correcta puede también mejorar la circulación y disminuir la hinchazón de pies. Además las medias de compresión graduada para embarazadas pueden facilitar el retorno venoso y mitigar la pesadez. Por último, es importante que comas con poca sal y bebas al menos un litro de agua al día.
A veces, la hinchazón y la pesadez de piernas pueden ocasionar trastornos circulatorios y varices. Estos edemas (retención de líquidos) y varices son mucho más frecuentes en las gestantes de gemelos que en las gestaciones únicas. Te recordamos que las varices no sólo pueden aparecerte en las piernas: también son frecuentes en la vulva, la tripa y las mamas. Antes de salir de la consulta te deben pesar y tomar la tensión.