Nacer por cesárea: Más riesgo de ser un niño obeso
La lactancia materna mejora la microbiota del bebé
Un estudio publicado en la revista científica “JAMA Pediatrics” afirma que el parto por cesárea puede convertir a los bebés en niños obesos. Después de hacer un seguimiento durante 16 años a más de 22.000 personas, los investigadores han encontrado esta relación de causalidad entre obesidad y parto por cesárea.
La conclusión es que los bebés nacidos por esta intervención quirúrgica tienen un 15% más de riesgo de desarrollar obesidad que los nacidos por vía vaginal. Y en el caso de los hermanos sucesivos este porcentaje se eleva al 64%. ¿Qué factores que se tuvieron en cuenta en este estudio? La masa corporal de las personas que participaron en la investigación, si nacieron por cesárea o no, y en el caso de los nacimientos mediante intervención quirúrgica, si las madres tenían cesáreas anteriores.
No es el primer estudio que indica esta relación causal entra la vía de nacimiento y la obesidad posterior de la persona. Los expertos así lo indican, ya que existen investigaciones anteriores que apuntaban hacia la misma dirección. En España, el 25% de los nacimientos se producen por cesárea, frente al 10-15% recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque muchas de estas operaciones salvan vidas de madres y bebés, los médicos insisten en que no están libres de riesgos.
Microbiota del bebé: por qué es tan importante
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Parto vaginal.
Pero, ¿qué tiene que ver la forma de nacer con el metabolismo del bebé? Para empezar, las bacterias que adquiere el bebé a través del canal del parto al nacer por vía vaginal, que conforman la llamada microbiota. Según los expertos, éstas (bacterias vaginales y anales maternas) son muy beneficiosas y las primeras que se implantan en el intestino del bebé y son las primeras el colonizan y estimulan el colon del bebé.
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Nacimiento por cesárea
Los niños que nacen por cesárea no atraviesan el canal del parto y no se benefician de dichas bacterias. Las que colonizan su intestino son las bacterias de la piel de la madre y del personal sanitario que atiende el parto. En estos casos, la microbiota del recién nacido es más pobre y su intestino más propenso a las enfermedades del tracto digestivo.
Lactancia materna y flora bacteriana
Uno de los grandes aliados de la flora intestinal del recién nacido es la lactancia materna, capaz de restaurar la microbiota del bebé empobrecida por el nacimiento mediante intervención quirúrgica. No obstante, la cesárea puede ser un obstáculo para dar el pecho, aunque en teoría no existe contraindicación:
- La cirugía hace que la subida de la leche materna sea más lenta.
- Algunas madres dejan la lactancia antes de lo que quisieran por el dolor de la herida de la cesárea al dar el pecho si no logran adoptar una postura cómoda.
Los probióticos y prebióticos ayudan
Los especialistas hablan de otra opción para mejorar la microbiota empobrecida de muchos bebés: dar a la madre durante el embarazo y la lactancia prebióticos y bacterias prebióticas a través de suplementos o productos alimenticios. El objetivo sería mejorar la composición de la flora intestinal del bebé y equilibrar su metabolismo a través de la lactancia materna.