Por qué los niños son más vulnerables al cambio climático
Más débiles por su pequeña estatura y sistema inmune inmaduro
Los niños son el colectivo que más sufre y sufrirá las consecuencias del cambio climático, por sus características anatómicas, cognitivas, inmunológicas y psicológicas. Es la advertencia que lanza una investigación de la Universidad de Columbia en la que se subraya que bebés, niños y adolescentes son particularmente vulnerables a la deshidratación y al estrés provocados por calor.
Más contaminación por las olas de calor
¿Cuál es la causa? Debido a su pequeña estatura, durante las olas de calor se agravan en ellos los efectos de las enfermedades respiratorias, renales, los desequilibrios electrolíticos y la fiebre.
Los expertos de la escuela de Salud Pública Mailman y del Centro Médico Irving, ambos de la Universidad de Columbia, también han demostrado que durante las olas de calor empeoran la contaminación del aire y los alérgenos que afectan más a los niños que a los adultos debido a que su sistema inmunológico y el respiratorio aún no están suficientemente desarrollados y a que respiran a un ritmo más rápido que los adultos.
Atentos a la lluvias torrenciales
Los tormentas de gran intensidad son otra consecuencia del cambio climático que debe poner ojo avizor a las familias, especialmente si se encuentran en un desplazamiento en coche. La última producida en España ha tenido lugar en la isla de Mallorca. Los meteorólogos explican que fenómenos como el producido en la localidad mallorquina de San Llorenç tienen lugar una vez cada mil años. Un niño de 5 años, víctima de estas lluvias torrenciales, aún no ha sido localizado por la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Su madre, que también falleció a causa de la espectacular tormenta, logró poner a salvo a su hija mayor de 7 años sacándola del vehículo. Pero el coche fue arrastrado luego por la corriente de agua.
Más enfermedades en la edad adulta
Las altas temperaturas, explican los autores del estudio, también pueden expandir la gama de enfermedades transmitidas por vectores, como el virus Zika, que afecta principalmente a los menores y a sus familias en América Latina y el Caribe. La investigación considera que incluso niños asintomáticos al nacer pueden desarrollar trastornos a lo largo de su vida, incluso cuando ya sean adultos.
Los expertos que han participado en el estudio observaron los efectos del huracán ‘María’, que afectó a Puerto Rico en el año 2017. Tras su paso, los médicos se encontraron con un importante aumento de algunas patologías como la gastroenteritis, el asma y ciertas infecciones de la piel. El riesgo de contraer enfermedades transmitidas por mosquitos como Chinkungunya y Dengue también se disparó sensiblemente, así como la leptospirosis por consumo de agua contaminada.
Precisamente en España se acaban de diagnosticar los dos primeros casos de dengue contraídos en la Península Ibérica: dos personas de la misma familia que viajaron juntos Cádiz y Murcia: se habrían infectado durante el mes de agosto de 2018.
Huracanes más potentes
Estas observaciones llevan a los investigadores de Columbia a concluir que el cambio climático está aumentando la intensidad de los huracanes del Atlántico Norte y la probabilidad de que aumenten las consecuencias graves para la salud de los niños, al que señalan como el colectivo más vulnerable.
También las familias que viven en condiciones de pobreza y en entornos rurales las sequías pueden tener un sensible impacto. Estos efectos pueden notarse especialmente en el desarrollo infantil por la inseguridad alimentaria y los cambios en la dieta de los menores, que se unen a los conflictos y la migración forzada en lugares de escasos recursos, lo que aumenta la vulnerabilidad infantil.
Cómo proteger a los niños
Para abordar las necesidades específicas de los niños que se enfrentan a desastres relacionados con el cambio climático, los expertos de la Universidad de Columbia proponen varias medidas:
Estudios de expertos: Un consorcio internacional de especialistas que desarrolle protocolos médicos y de conducta para abordar las necesidades específicas de los niños en los desastres naturales relacionados con el clima.
Nuevas estrategias de salud infantil: Desarrollo de guías que recojan buenas prácticas para la planificación de eventos relacionados con el cambio climático y que incluyan estrategias dirigidas a la salud infantil.
Preparados ante las catástofes: Diseñar ayudas para las naciones más vulnerables a prepararse y responder a los desastres provocados por el clima, cubriendo siempre las necesidades de la salud de los niños.