Alcohol y embarazo: El bebé puede sufrir síndrome alcohólico fetal
Cada año nacen en el mundo unos 119.000 niños afectados por el síndrome alcohólico fetal (SAF), según un estudio que ofrece las primeras estimaciones a nivel mundial de esta afección realizado por el Centro de Adicción y Salud Mental de Toronto (Canadá). Este síndrome causa importantes secuelas físicas y neurológicas en los niños que se manifiestan al poco tiempo de nacer y se mantienen de por vida, ya que no tienen cura.
Se calcula que en torno al 10% de las mujeres beben alcohol durante el embarazo en cifras globales, pero la investigación muestra diferencias significativas entre los países. En algunos esta tasa puede elevarse hasta el 45%.
Los países donde es más elevado el consumo de alcohol durante el embarazo son Rusia, Reino Unido, Dinamarca, Bielorrusia e Irlanda. Europa, de hecho, es una de las zonas más afectadas por este síndrome, con una prevalencia 2,6 veces más alta que la media mundial.
Los niveles más bajos de consumo de alcohol durante la gestación y de SAF se observan en la parte este del Mediterráneo y en las regiones del sureste asiático, donde las tasas de abstinencia del alcohol son más altas.
Abstinencia durante el embarazo
Los autores del informe señalan que no todas las embarazadas que beban alcohol tendrán hijos con este síndrome. Estiman que afectará a una de cada 67 madres bebedoras. Sin embargo, sus consecuencias no tienen cura, por lo que sólo queda la prevención, que en este caso supone no ingerir alcohol durante la gestación.
Tampoco se conoce qué hace a un feto más susceptible a este síndrome. El alcohol puede dañar cualquier órgano o sistema del feto durante su desarrollo, sobre todo el cerebro, pero todavía no se sabe cuál es el grupo de riesgo. Se cree que junto a la cantidad o frecuencia del consumo de alcohol durante el embarazo, podrían influir otros factores, como la genética, el estrés, el tabaquismo y la nutrición. Por ello, los autores recomiendan que lo más seguro es abstenerse por completo de beber alcohol durante toda la gestación.
Secuelas del síndrome alcohólico fetal
El síndrome alcohólico fetal incluye una serie de deficiencias físicas y mentales entre las que se incluyen poco peso al nacer, microcefalia, crecimiento escaso y estatura inferior a la normal, fallos y defectos orgánicos, anormalidades faciales (ojos pequeños y mejillas aplanadas), epilepsia, problemas en el sistema locomotor, dificultades de aprendizaje y sociabilidad, hiperactividad o problemas de concentración.
No se conoce la cantidad de alcohol necesaria para que se produzcan estos daños, pero los especialistas subrayan que el alcohol es capaz de atravesar fácilmente la barrera de la placenta, de forma que el feto alcanza la misma concentración en sangre que la madre. Además, el hígado del futuro bebé todavía no está plenamente desarrollado y no puede degradarlo con rapidez.