Cómo afecta estrés materno al desarrollo del bebé

El estrés materno acorta los telómeros del bebé

Los autores del estudio han hallado evidencias sobré cómo el estrés de las madres en el embarazo -y en la etapa preconcepcional- acorta los telómeros de los bebés. La menor longitud de los telómeros (pequeños fragmentos de ADN que se sitúan en los extremos de los cromosomas) indica una mayor predisposición del niño a sufrir enfermedades como el cáncer, enfermedades del corazón o muerte en edades tempranas. Los expertos creen que el impacto del estrés en las primeras etapas de la vida puede hacer mella en la salud del bebé, provocando enfermedades como el trastorno metabólico y otras dolencias cardiovasculares mucho antes de lo previsto.

A más estrés prenatal, más enfermedades futuras

¿Cómo se llegó a estas conclusiones? El estudio recopila datos de 111 madres estadounidenses y sus hijos, a los que siguieron durante el embarazo y la primera infancia. Los investigadores tomaron muestras de ADN del interior de las mejillas de los niños entre los 3 y los 5 años y las compararon los niveles de estrés intraútero (durante el embarazo) que habían recogido previamente en sus madres. Los autores del estudio han encontrado evidencias que relacionan una longitud de los telómeros más corta con una mayor exposición a estrés prenatal.

Ya se conocía que los bebés expuestos a gran nivel de estrés durante el primer y tercer trimestre de embarazo podían tener más predisposición a enfermar en edades tempranas. Ahora se confirma que los niveles de estrés antes del embarazo también influyen en el desarrollo de los niños, así como durante el segundo y tercer trimestre. Los expertos han advertido periodos en el tercer trimestre de embarazo en los que los niveles de estrés maternos pueden influir mucho en el bebé.

El estrés también provoca partos prematuros

La embarazadas que sufren altos niveles de estrés tienen más riesgo de dar a luz antes de tiempo, según un estudio publicado en la revista Annals of Behavioral Medicine. Para ello, se entrevistó a 360 gestantes, muchas de ellas muy vulnerables, y de una gran diversidad de razas y entornos socioculturales. Los expertos concluyeron que las madres que sufrían un nivel de estrés bajo o medio, tenían unos embarazos más largos que las mujeres con más estrés.