Cómo afecta el estrés de la embarazada al desarrollo del bebé
El útero, el primer hogar del bebé, y puede ser incluso más importante que su hogar físico de la infancia. Lo explica una de las autoras de una investigación que concluye que el estrés físico y psicológico de la madre durante el embarazo puede tener consecuencias en el desarrollo del bebé. Se trata de uno de los resultados del estudio realizado por expertos del Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia Vagelos y Hospital Presbiteriano de Nueva York, publicado en la revista “Proceedings of the National Academy of Sciences”.
Los investigadores analizaron 27 indicadores de estrés psicosocial, físico y de estilo de vida entre 187 mujeres embarazadas con edades comprendidas entre los 18 y los 45 años:
- Un 17% de ellas (32 gestantes) presentaba altos niveles de estrés y signos clínicos de depresión y ansiedad.
- Otro 16% de las embarazadas ofrecía signos físicos de estrés: mayor presión arterial diaria y una mayor toma de calorías que el resto de las gestantes estudiadas.
- Cerca del 67% restante (125 mujeres) tenía un estado saludable.
El estrés influye en el sexo del bebé
Según este estudio, las gestantes que sufrieron estrés físico y psicológico tienen menos posibilidades de gestar un varón. Como media, nacen 105 niñas por cada 100 niñas. Pero en la muestra estudiada de mujeres con estrés físico y psicológico se produjeron más nacimientos femeninos.
La explicación de los expertos es que los fetos de niños son más vulnerables a situaciones adversas en el preembarazo. Se sabe que hay mujeres sometidas a mucho estrés pierden embarazos de bebés varones y que en ocasiones las madres no saben ni siquiera que están embarazadas. Por ejemplo, después de los ataques terroristas del 11-S disminuyó el número relativo de nacimientos de niños en la ciudad de Nueva York.
Más posibilidades de parto prematuro
Que se adelante el parto es otro de los posibles efectos del estrés físico en las madres, especialmente entre las que tienen más presión sanguínea y han mantenido una mayor ingesta de calorías. Además, el estrés puede afectar al sistema inmune de la embarazada, lo que puede repercutir en el desarrollo neurológico y conductual del bebé. Los niveles de cortisol elevados en el útero llegan al feto y podrán provocar trastornos físicos y mentales (como trastorno por déficit de atención con hiperactividad y ansiedad).
Es significativo que un 30% de las embarazadas afirme sufrir estrés psicosocial por estrés laboral o relacionado con la depresión y la ansiedad.
Redes familiares, de amigos y madres
- Cuanto más apoyo social y familiar tienen las madres, más posibilidades existen de que den a luz bebés del sexo masculino.
- También reduce las tasas de parto prematuro en todos los grupos de embarazadas estudiados.
- La presencia de familiares, amigos y grupos de apoyo a la lactancia son muy beneficiosos para la salud mental de la madre en el embarazo y la crianza del bebé.