Episiotomías, sólo en los partos justos y necesarios
Las episiotomías se practican con menos frecuencia en los últimos años. Aunque todavía es muy común esta incisión que se hace en la zona del perineo en el momento del parto para facilitar el nacimiento del bebé, su número está disminuyendo en la mayor parte de los hospitales.
Entre los años 2006 y 2012, el número de episiotomías se ha reducido considerablemente en Estados Unidos, según un estudio publicado en la revista "The Jama Networks". En 2004, estas incisiones quirúrgicas se realizaban en uno de cada cuatro partos vaginales (25%). En 2006 el porcentaje bajó al 17,3% y en 2012 descendió al 11,5%. En seis años, las episiotomías en los hospitales estadounidenses han caído un 5,8%.
El informe excluyó los partos en los que el bebé presentaba sufrimiento fetal, anomalías en la frecuencia cardiaca o distocia de hombros (cuando el hombro del feto queda trabado detrás de la pelvis materna tras la salida de la cabeza), porque en estos casos la episiotomía estaba recomendada. Los investigadores observaron a 2.261.070 mujeres que dieron a luz entre 2006 y 2012. Se les practicó una episiotomía a 325.193 de ellas.
Los ginecólogos recomiendan no abusar de la episiotomía
Las episiotomías, aunque se realizan de forma rutinaria, no gozan de apoyo total en la comunidad médica. En 2006 el Colegio Americano de Ginecología y Obstetricia se manifestó en contra de que se practicaran de forma normal. Dos años después, el National Quality Forum advirtió que reducirlas sería beneficioso para las mujeres.
Por lo general, en los últimos años se recomienda limitar su uso, sobre todo por los efectos adversos que puede presentar, como las lesiones en el suelo pélvico, incontinencia fecal y desgarros o complicaciones de la propia episiotomía. Algunos especialistas añaden que, además de estos riesgos, tampoco están comprobados claramente los supuestos beneficios.
Sólo en partos que lo requieran
En España, la episiotomía se practica casi de forma sistemática en los partos vaginales, aunque la tendencia actual es hacerla de forma más selectiva sólo a las mujeres que la necesiten. Se estima que en el primer parto se realiza en el 80-90% de los casos y a partir del segundo se practica en torno al 50%.
La episiotomía consiste en la incisión quirúrgica en la zona del periné para ensanchar el canal del parto, facilitar la salida del feto y acortar el periodo expulsivo. Con ella se tratan de evitan desgarros que pueden producirse al nacer el bebé y que tienen una curación más complicada que la incisión quirúrgica. Entre las complicaciones que pueden aparecer tras una episiotomía, se encuentran el riesgo de sangrados, edema (acumulación de líquido), hematoma, cicatrización dolorosa e infecciones. También pueden provocar lesiones en los músculos del suelo pélvico, incontinencia fecal y desgarros posteriores a la propia episiotomía.