La dieta materna durante el embarazo determina la flora intestinal del bebé
La forma en que se alimenta la embarazada mientras espera la llegada de su bebé tiene consecuencias en la evolución de la gestación y en la salud de la futura madre y su hijo. Así lo han puesto de manifiesto numerosos estudios y por ello es fundamental que la mujer cuide lo que come durante la gestación. Una reciente investigación publicada en la revista Microbiome apoya estas afirmaciones y demuestra que la dieta que sigue la madre durante el embarazo, e incluso durante los primeros meses de lactancia, puede condicionar la composición de la flora intestinal de su bebé.
La dieta materna estaría directamente relacionada con el microbioma intestinal del bebé, formado por las bacterias que viven en el intestino y que componen la flora intestinal, según el estudio desarrollado por el Centro Médico Dartmouth-Hitchcok de Estados Unidos. Esta conclusión puede ser clave para aplicar recomendaciones dietéticas a las mujeres embarazadas, de forma que resulten beneficiosas para sus bebés.
La investigación analizó el microbioma intestinal en los bebés seis semanas después del parto y descubrió que estaba compuesto principalmente por "Enterobactericeae" (20 por ciento), "Bifidobacterium" (18,6 por ciento), "Bacteroides" (10,44 por ciento) y "Streptococcus" (8,10 por ciento).
Similitudes en la flora intestinal de los bebés
Los expertos identificaron tres grupos diferentes de microbios en los intestinos de los 97 bebés incluidos en el estudio que habían nacido por vía vaginal. En el grupo 1 encontraron gran cantidad de "Bifidobacterium", en el grupo 2 predominaron los "Streptococcus" y "Clostridium" y en el grupo 3, los "Bacteroides".
También observaron a 48 bebés nacidos por cesárea en los que el grupo 1 tenía gran abundancia de "Bifidobacterium", el grupo 2 mostraba altas concentraciones de "Clostridium" pero bajas de "Streptococcus" y el grupo 3 contaba con gran cantidad de "Enterobactericeae".
En un primer momento podría parecer que la composición de la flora intestinal de los bebés estaba condicionada fundamentalmente por el tipo de parto, pero los investigadores descubrieron que el factor determinante era la alimentación de la madre.
En los recién nacidos de parto natural, la probabilidad de encuadrarse en el grupo 2 creció hasta 2,73 veces por cada pieza de fruta diaria adicional que consumieron sus madres durante el embarazo. Además, la cantidad de bifidobacterias disminuyó en los bebés que nacieron de parto natural, pero aumentó en los nacidos por cesárea cuyas madres consumieron mucha carne roja o procesada. En el caso de los bebés nacidos por cesárea, la probabilidad de pertenecer al grupo 2, con gran cantidad de "Clostridium" y bajos "Streptococcus", aumentó 2,36 veces por cada lácteo adicional que tomaron sus madres.
Influencia de la dieta materna también en la lactancia
Estos resultados llevaron a los investigadores a concluir que el tipo de alimentación que sigue la madre durante el embarazo es el factor determinante en la composición de la flora intestinal de los bebés. Además, puntualizaron que no se debe descartar que la dieta de las madres durante la lactancia también puede influir, ya que los bebés analizados tenían seis semanas de vida.
Para reforzar los resultados, los investigadores analizaron muestras de heces de 145 bebés inscritos en el "New Hampshire Birth Cohort Study", un proyecto de investigación que evalúa cómo diversos factores afectan a la salud de las mujeres embarazadas y sus hijos. La mayor parte de estos niños nacieron por parto vaginal y se alimentaron exclusivamente con leche materna en las seis primeras semanas. Además, se recogió información sobre la alimentación de las madres durante el embarazo entre la semana 24 y la 28 de gestación.
Los autores del informe advierten que la generalización de los hallazgos puede ser limitada, ya que sólo analizaron individuos del norte de Nueva Inglaterra, y que los efectos del estudio también pueden deberse en parte a la dieta materna seguida durante la lactancia. Sin embargo, destacan la trascendencia que puede tener conocer la relación entre la alimentación que sigue la madre en el embarazo y la salud de los lactantes.