Dar de mamar al bebé puede prevenir la dermatitis o alergias
Unas pequeñas moléculas presentes en la leche materna podrían reducir la probabilidad de que los bebés desarrollen alergias alimentarias o dermatitis atópica.
Los médicos ya observaban que los bebés que se alimentaban con la leche del pecho de sus madres padecían menos estas afecciones, pero desconocían la causa. Era evidente que intervenía algún componente de la leche materna, pero ¿cuál?
Un estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania (EE.UU.) parece que ha encontrado el motivo. La investigación, publicada en la revista científica American Journal of Clinical Nutrition, afirma que se debe a unas moléculas (ácidos micro-ribonucleicos) que están presentes en todo nuestro organismo, y por lo tanto en la leche materna.
Las alergias alimentarias, el asma y la dermatitis atópica se dan en un tercio de los niños. El motivo está en su sistema inmunitario, que no reacciona como debería cuando se exponen determinadas sustancias.
Unas minimoléculas que regulan el funcionamiento de los genes
La investigación se centra en la relación entre el entorno, la biología y el desarrollo de los niños, y en unas moléculas diminutas (ácidos micro-ribonucleicos) que regulan el funcionamiento de los genes. En la leche materna humana existen casi 1.000 tipos diferentes de estos ácidos micro-ribonucleicos (miARN) y su composición varía según algunas características de la madre, como su peso, la dieta que sigue, su genética. La hipótesis de los investigadores es que cuatro de estos miARN protegen de las alergias.
Para ello estudiaron a 163 madres que pensaban dar el pecho durante al menos cuatro meses y a sus bebés desde que nacieron hasta que cumplieron su primer año. Además de tener en cuenta durante cuánto tiempo amamantó cada bebé y midieron la composición de la leche materna a lo largo de la lactancia y la concentración de miARN. De esta forma, pudieron calcular la cantidad de miARN que tomaban los bebés. Al mismo tiempo observaron que el 25% de los niños padecía dermatitis atópica, el 33% desarrolló alergias alimentarias y el 6% sufrían sibilancias a lo largo del estudio. También comprobaron que los que no tuvieron piel atópica consumían a través de la leche materna mayores cantidades de un tipo de miARN.