Protectores solares, ¿son seguros para la embarazada?
Desde que hace unas semanas apareciera la noticia de un estudio llevado a cabo por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sobre la idoneidad de los protectores solares infantiles. En este estudio concluían que dos protectores solares conocidos presentaban menor protección de la que informaban por lo que no recomendaban su empleo e incluso requerían su retirada del mercado. La alarma, injustificada, se ha extendido a la población embarazada sobre la seguridad del empleo de protectores solares.
La realidad es que los productos comercializados en España presentan una seguridad corroborada en el embarazo, estando exentos de productos como parabenos que pudieran perjudicar la salud de la madre o del bebé. Los que han pasado los controles sanitarios están exentos de contener productos teratogénicos, que son aquellas sustancias que pueden comprometer el desarrollo o crecimiento normal de los órganos en desarrollo del bebé.
Y lo cierto es que la embarazada tiene mayor sensibilidad cutánea a padecer enfermedades de la piel o manchas oscuras tipo cloasma secundario al estado hormonal de la gestación. Por ello, es siempre aconsejable el uso de un protector solar con filtro alto en cualquier exposición solar que vayamos a realizar.
Cómo protegerte del sol y del calor
En el embarazo es aconsejable el empleo de protecciones o filtros solares con un factor de protección alto o muy alto, aplicándolos entre 20 y 30 minutos antes de la exposición solar y aplicándolos de nuevo tras cada baño o cuando han transcurrido dos horas desde la aplicación previa.
No son sólo seguros sino muy recomendable su empleo además de tener en cuenta unas consideraciones adicionales:
- Una embarazada es mucho más sensible a los efectos del calor, por lo que los golpes de calor y la deshidratación son mucho más frecuentes.
- Por ello, el empleo de un protector solar con alta SPF no quiere decir que pueda prolongarse la exposición al sol en el tiempo, ni que se deban de disminuir las precauciones.
- Debe mantenerse una hidratación adecuada y evitar las horas de mayor calor.
- Además, en el caso de las mujeres embarazadas, es muy típico que aparezcan de forma más severas pequeñas hipotensiones cuando nos exponemos a temperaturas elevadas.
- Por ello, se debe de evitar los cambios bruscos de posturas, favoreciendo que la embarazada se levante de forma lenta, progresiva y si es posible acompañada o ayudada por alguien.
Rayos solares: efectos positivos y negativos
Los efectos perjudiciales del sol pueden observarse tanto a corto plazo -como serían las conocidas quemaduras solares- o a largo plazo, produciendo envejecimiento de la piel de forma prematura y enfermedades neoplásicas malignas como melanoma.
Pero tomar el sol no tiene efectos negativos únicamente, los efectos beneficiosos son también ampliamente conocidos. La luz del sol permite el metabolismo en la piel de la vitamina D transformándola en su forma activa, de forma que favorece el metabolismo mineral y óseo de la mujer.
En las últimas décadas se ha dado tanta importancia a la protección frente al sol (justificada por sus efectos dermatológicos), que mucha población ha presentado déficit de vitamina D por este hecho. Se considera una exposición solar adecuada y suficiente para sintetizar una cantidad normal de vitamina D, oscila entre 15 y 20 minutos al día, siendo suficiente exponer manos, brazos, escote y cara.
Protector solar, imprescindible para embarazadas y niños
Si bien es conocido que la protección solar en verano es muy necesaria y recomendada para todas las edades, esta recomendación es mucho mayor en el caso de niños y mujeres embarazadas. Un protector solar se clasifica según su factor de protección solar o SPF de esta forma:
- Protección baja cuando su SPF se encuentre entre 6 y 10
- Protección media cuando su SPF se encuentra entre 15 y 25
- Protección alta cuando su SPF se encuentra entre 30 y 50
- Protección muy alta cuando su SPF es mayor de 50