¿Puedo seguir con la lactancia materna estando enferma?
Seguro que si estas leyendo este blog, ya sabes que la lactancia materna es sin ninguna duda el mejor alimento para un bebé, y que la OMS recomienda dar lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida y posteriormente complementada con otros alimentos nutritivos, hasta los 2 años o más.
Lo que no es tan conocido es el hecho de que son pocas las madres que, deseando alimentar a su bebé con leche materna, no puedan hacerlo. La lactancia materna a veces presenta dificultades. Pero con el consejo experto adecuado -y mucha paciencia y constancia por parte de la madre- suelen resolverse adecuadamente.
Hay ciertos mitos y creencias que pueden llegar a plantearnos serias dudas acerca de determinadas situaciones, más aún teniendo en cuenta que la lactancia materna puede prolongarse por un largo periodo de tiempo, como por ejemplo: ¿Puedo amamantar a mi bebé si tengo fiebre?, ¿Y si me contagio de una infección por algún virus o bacteria? ¿Y si tengo un problema dental y me mandan tomar un antibiótico...?
Cuándo no se debe amamantar
Es importante saber que la lactancia materna esta formalmente contraindicada únicamente en tres situaciones debidas a enfermedad: dos enfermedades maternas, el VIH y el virus Leucemia/linfoma de células T (sumamente infrecuente), y una del recién nacido, la galactosemia. También esta contraindicada si la madre consume alcohol y drogas de abuso, ya que pasan a través de la leche materna y pueden dañar al niño.
¿Y si sufro una enfermedad crónica?
Si la madre padece alguna enfermedad crónica, lo más probable es que pueda dar lactancia materna a su bebé, ya que puede hacerse con la mayoría de ellas. Su médico deberá valorar si precisa alguna medicación durante este periodo, y si así fuese, también valorar el medicamento a pautar, para intentar que sea compatible con la lactancia materna. Diremos más, el hecho de dar lactancia materna al bebé de manera prolongada disminuirá su riesgo de sufrir enfermedades crónicas en un futuro.
En determinados casos, la lactancia materna no será posible, por precisar medicamentos citotóxicos o que presenten riesgo para la salud del recién nacido, como en el caso de padecer un cáncer que precise tratamiento quimioterápico, o una enfermedad grave que precise un medicamento no compatible con la lactancia, o que la propia situación materna no lo permita.
Lactancia con hepatitis materna
Hay algunas situaciones concretas en las que la lactancia materna debe individualizarse, y tener en cuenta ciertas consideraciones, como el caso de las hepatitis A y B, en la que con la profilaxis adecuada para evitar la transmisión de la infección podrá lactar sin miedo al contagio, o ciertos errores del metabolismo del recién nacido en los que deben recibir una leche especial, aunque en ocasiones pueden dar lactancia mixta.
Dar el pecho enferma o con pruebas diagnósticas
Y por último existen numerosas situaciones en las que la madre presenta alguna enfermedad transitoria, debe tomar ciertas medicaciones o incluso someterse a alguna prueba diagnóstica que requiera la aplicación de algún contraste, en las que puede continuar amamantando, aunque valorando algunas cuestiones:
- Ante una enfermedad vírica, como la gripe, o el coronavirus, la madre debe continuar amamantando al bebé, a no ser que su propia situación física no se lo permita. Eso sí, con algunas precauciones especiales, como hacerlo en un lugar ventilado, utilizar una mascarilla, adecuada higiene de manos y no acercarse demasiado al bebé para minimizar la posibilidad de contagio del niño.
- Tampoco hay ningún problema para seguir amamantando al bebé con normalidad si se tiene fiebre. Es más, para él es un gran beneficio continuar recibiendo leche materna, ya que, a través de la leche materna, le llegan también los anticuerpos que la madre esta ya produciendo frente a esa enfermedad, lo que le ayudara a defenderse y protegerse de la misma.
- Si padeces mastitis, también debes continuar dando lactancia materna, ya que no hay peligro por el germen que la produce, ni por el antibiótico que te hayan pautado (ya que tu médico antes de pautarlo lo ha tenido en cuenta). Y además, tu bebé es el que más eficazmente va a extraer la leche del pecho, lo que es sumamente importante para tu curación.
- La mayoría de los medicamentos utilizados habitualmente para el dolor y la fiebre, como paracetamol o ibuprofeno, son compatibles con la lactancia materna.
- Si precisas realizarte alguna prueba diagnóstica que precise contraste, o someterte a alguna cirugía o procedimiento menor, no olvides informar al profesional responsable de que estas dando lactancia materna, ya que harán recomendaciones especiales: a veces está indicado no dar lactancia durante algunos días, hasta que el contraste sea eliminado.
¿Lactancia con síntomas de enfermedad? Consúltalo
Por lo tanto, si comienzas con fiebre o con síntomas habituales de enfermedad (fiebre, tos, congestión nasal, diarrea, dolor de cabeza...), lo recomendable es que continúes amamantando a tu bebé con normalidad y te pongas en contacto con tu médico lo antes posible para que pueda valorarte. En el caso de que por alguna cuestión este indicado interrumpir la lactancia durante un periodo concreto de tiempo, puedes extraerte la leche, y pasado ese tiempo, continuar con la lactancia de manera normal. Consulta siempre con tu médico o matrona cualquier duda que te surja sobre la lactancia materna.