Tos y fiebre embarazada, ¿me puedo tomar algo?
El embarazo supone un periodo de máximo riesgo para una mujer que padece cualquier tipo de enfermedad infectocontagiosa como catarros, gastroenteritis o gripe. La gestante se encuentra expuesta a estas patologías comunes y presenta mayor riesgo que el resto de padecerlas, ya que su sistema inmunológico se encuentra deprimido durante el embarazo.
Pero no es necesario sufrir todos los síntomas sin ningún tratamiento. Durante la gestación existen muchas dudas y temores sobre los riesgos de cualquier tratamiento en el desarrollo del futuro bebé. Toda embarazada debe saber que ha de sentirse cómoda y paliar sus síntomas diarios con los fármacos permitidos: el estrés y malestar pueden provocar problemas secundarios más importantes que los producidos por el tratamiento en sí mismo.
Hidratación, descanso, analgésicos y mucolíticos
La tos y la fiebre son algunos de los síntomas más frecuentes en las gestantes enfermas. La tos puede llegar a ser muy incómoda, dada su persistencia, y provocar dolor abdominal e incluso agujetas. Además la sequedad y el picor en la garganta pueden resultar incómodos e incluso impedir el descanso.
El tratamiento obligatorio para estos síntomas:
- Descanso.
- Hidratación abundante.
- Evitar ropas de mucho abrigo que puedan empeorar los síntomas de fiebre
- Humedecer las mucosas faríngeas, para lo que se puede humedecer el ambiente.
- Ventilar el ambiente que respira la embarazada.
En los casos en los que estos medios no son suficientes pueden emplearse medicamentos permitidos durante el embarazo:
- Los analgésicos como el paracetamol.
- Los mucolíticos (n-acetil-cisteína) son tratamientos muy efectivos en este momento.
- Las inhalaciones mentoladas.
- Tomar caramelos suele ayudar a paliar los síntomas locales de sequedad.
Controlar la fiebre en el embarazo es básico
La mujer embarazada tiene siempre miedo de tomar cualquier fármaco ante la sospecha de que pueda afectar a su bebé o por los consejos de la gente de su alrededor del estilo "es mejor es no tomar nada"… Pero en el caso de la fiebre, debemos tener claro que es más beneficioso controlar la temperatura materna con los métodos que precisemos, incluso farmacológicos. Hay una cosa clara: la temperatura elevada en la madre sí que se ha asociado a riesgos para el desarrollo fetal.
La fiebre se trata, primero tratando la causa que lo provoca, con una correcta hidratación de la madre, ropa adecuada, ambiente ventilado; y, por otro lado, con los fármacos denominados antitérmicos. El paracetamol y el metamizol son fármacos permitidos durante el embarazo y que palían de forma eficaz la fiebre. Estar embarazada no significa que debas sufrir sin remedio nada de lo que te pase. Al contrario, has de cuidarte con más ahínco para sentirte bien y disfrutar de este momento único en tu vida.