Afecciones propias de la piel en el embarazo
La gestantes pueden sufrir herpes, picores, erupciones y ronchas
El embarazo es un estado en el que pueden producirse cambios, tanto en la piel como en el pelo, debido fundamentalmente a modificaciones hormonales, inmunológicas y bioquímicas.
Lo importante es diferenciar las afecciones fisiológicas, propias de la gestación, de las patológicas. Para ello, el obstetra o ginecólogo ha de buscar la ayuda de un dermatólogo para catalogar las diferentes lesiones dérmicas que pueden aparecer en la embarazada.
Se denomina dermatosis del embarazo a las afecciones de la piel que aparecen especialmente durante la gestación y que cursan con características peculiares. A continuación hablaremos de las afecciones de la piel más frecuentes en las mujeres en estado de buena esperanza
Herpes Gestationis
Tiene un incidencia muy variable que oscila entre 1 por 4.000 hasta 1 por 50.000 embarazos. Suele afectar a mujeres que ya han tenido más hijos (multíparas) y en el 70% de los casos son de raza blanca.
Consiste en la aparición de un prurito o picor exasperante que se sigue al cabo de unas semanas de lesiones ampollosas o en forma de urticaria en la piel. Estas lesiones se localizan en el abdomen, alrededor del ombligo y se van extendiendo de forma centrífuga al resto del cuerpo sin llegar a afectar a la cara ni las mucosas. La lesiones comienzan en forma de placa circular y posteriormente se transforman en vesículas o ampollas tensas de contenido transparente. Normalmente se produce una remisión parcial en la última parte del embarazo, produciéndose una exacerbación en el momento del parto o en el postparto.
En la mayoría de los casos aparece entre la semana 28 y 32, pero a veces puede presentarse en el postparto.
El origen del herpes gestationis es autoinmune y se debe a la producción de anticuerpos antimembrana basal durante el embarazo.
El diagnóstico se hace por la clínica y por el estudio directo de las lesiones tras ser biopsiadas. Con técnicas de inmunomicroscopía e inmunofluorescencia se visualizan los depósitos de anticuerpos antimembrana, que nos dará el diagnóstico de certeza.
El tratamiento adecuado es el tratamiento tópico con corticoides y antihistamínicos. Pero éstos suelen resultar insuficientes, por lo que en la mayoría de los casos se termina tratando con corticoides vía oral a dosis de 0,5 a 1 mg/Kg/día. El uso de corticoides durante el embarazo no afecta al bebé. El desarrollo del feto intraútero puede verse afectado, pudiéndose producir crecimiento retardado y prematuridad. En cuanto al recién nacido, algunas veces puede presentar una erupción moderada por todo el cuerpo que desaparece en unos días o semanas.
Es importante recordar que la lactancia materna disminuye las lesiones y la duración del brote de herpes gestationis. Cuando se termina el brote, suelen permanecer, en la zonas donde estaban las lesiones, áreas pigmentadas que dejan cicatriz.
Erupción polimorfa del embarazo
Es la dermatosis más frecuente del embarazo. Su incidencia es de 1 de cada 150 embarazadas. Afecta fundamentalmente a primíparas (su primer embarazo). Las mujeres embarazadas de gemelos también son más propensas a la aparición de esta erupción. También es más frecuente en gestantes que aumentan mucho de peso.
El cuadro clínico comienza con un picor intenso e insoportable tanto por el día como por la noche. Al cabo de unas semanas, aparecen las lesiones en la piel en forma de pápulas (lesiones palpables y elevadas de color rojizo). Estas lesiones van confluyendo hasta formar placas bien delimitadas que a veces se transforman en vesículas, pero nunca en ampollas.
Se localizan en el abdomen a nivel de la sínfisis del pubis y las caderas, a la altura de las estrías, pero no alrededor del ombligo como el herpes gestationis. Se extiende al tronco y a las raíces de los miembros inferiores y superiores, respetando brazos, manos, pierna y pies. Tampoco afecta la cara ni las mucosas. El estado general de la madre es bueno. No se ha descrito afectación fetal de ningún tipo.
La causa de esta afección es desconocida, pero la localización a nivel de las estrías sugiere que puede estar relacionado con la distensión abdominal. El hecho de que aparezca en mujeres que ganan mucho peso, apoya la teoría de la distensión abdominal.
El diagnóstico se hace por la clínica. La gestante presenta picor seguido de erupción. La biopsia de la lesión demuestra al microscopio imágenes varias como paraqueratosis o espongiosis, pero nunca infiltrado por anticuerpos como en el herpes gestationis. Por otra parte, la inmunofluorescencia es negativa.
El tratamiento consiste en corticoides tópicos de elevada potencia aplicados sobre las lesiones varias veces al día. A veces pueden requerirse antihistamínicos si el picor es insoportable.
Foliculitis
Se trata de una erupción a base de pequeños granitos acompañada de mucho picor. Se localiza por todo el cuerpo, aunque fundamentalmente en abdomen y mamas. Aparece en el segundo trimestre, aunque a veces también se manifiesta al final del embarazo. Desaparece de forma espontánea después del parto.
Su origen es desconocido. Se ha interpretado como una "reacción acneiforme", debido a su similitud con el acné, producida probablemente por las alteraciones hormonales propias del embarazo.
El diagnóstico se hace mediante la clínica, ya que no hay ninguna prueba analítica que lo confirme. No se ha descrito afectación del feto ni del recién nacido.
El tratamiento idóneo son los corticoides sobre la piel. También se ha utilizado el peróxido de benzoilo y los rayos ultravioleta B. La foliculitis desaparece tras el parto.
Es importante recordar que puede volver a aparecer en embarazos posteriores.
Prúrigo del embarazo
Aparece en 1 de cada 300 embarazos.
Suele aparecer en el primer trimestre del embarazo, aunque a veces también lo hace en el segundo trimestre. Se caracteriza por la aparición de lesiones palpables y elevadas de menor de 1 centímetro de diámetro y nódulos rojos en la piel. Estas lesiones producen mucho picor. Se localizan en las superficies extensoras de los brazos y las piernas. A veces pueden aparecer también en el abdomen.
No se ha encontrado un mayor riesgo para el feto. No se conoce cuál es la causa, aunque se piensa que se debe a los cambios propios del embarazo.
El tratamiento son los corticoides aplicados directamente en el piel. Si existe mucho picor, pueden administrarse antihistamínicos.
Colestasis del embarazo
Es una afectación que suele aparecer durante el tercer trimestre de embarazo.
Se caracteriza por un intenso picor o prurito, seguido de lesiones de rascado. Es decir, las lesiones que presenta la embarazada en la piel, no las produce la enfermedad si no las uñas durante el rascado. El picor aparece en primer lugar en las palmas de las manos y las plantas de los pies, y posteriormente se extiende a brazos, piernas, tronco y cara. A veces se acompaña de ictericia (color amarillo de la piel y del cristalino de los ojos), orina oscura y problemas de malabsorción, sobre todo de grasas.
La causa más constatada es la alteración en el aclaramiento del hígado de una sustancia llamada bromo sulftaleína. Esta alteración está producida por el aumento de los estrógenos que se produce en el embarazo.
El diagnóstico se hace, no sólo por el picor, sino también mediante unos análisis de sangre, donde se pone de manifiesto el aumento de la fosfatasa alcalina y las transaminasas y a veces la bilirrubina.
El tratamiento es la resincolestiramina vía oral. También deben administrarse antipruriginosos. Aunque en la actualidad, el ácido ursodesoxicólico parece ser el tratamiento que garantiza mayor alivio de los síntomas, sin que se hayan demostrado efectos adversos sobre el feto.
El pronóstico de la madre es bueno. Sin embargo, se ha descrito un aumento de la morbilidad fetal como prematuridad y muerte intraútero.
Conclusiones
En general, aunque para muchas embarazadas, la piel pasa por la mejor época de su vida, con una mayor luminosidad y ausencia de acné, otras sufren cambios más desagradables que pueden llegar a ser importantes para su salud y la de su hijo.
Es importante recordar que hay que extremar la limpieza, beber al menos un litro de agua al día y ponerse cremas con altos filtros solares, ya que las hormonas del embarazo estimulan la producción de melanina, que es la sustancia que pigmenta la piel y algunas parte del cuerpo pueden oscurecerse (preferentemente la cara).
Para evitar las estrías, utiliza un hidratante en la zona del abdomen y muslos una o dos veces al día.
Por último, debes saber que con respecto al pelo, se cae menos en el embarazo. Notarás el cuero cabelludo más fuerte. Sin embargo, en el postparto experimenta una mayor caída que luego se repone