Por qué un microbioma sano favorece tu fertilidad
Alimentos y nutrientes que mejoran tu flora
Sabemos que en mujeres y hombres estériles o con pérdidas gestacionales recurrentes suele ser más frecuente el tener alterado el patrón del microbioma (microorganismos con los que convivimos). ¿Por qué sucede esto y qué relación tiene el microbioma con la fertilidad? Lo explicamos y recopilamos los alimentos y nutrientes que pueden mejorar la salud de tus microorganismos y, por tanto, de tu fertilidad.
¿Qué es y para qué sirve el microbioma?
La microbiota (o microbioma) humana es el conjunto de los microorganismos que viven en asociación con el cuerpo humano. Puede llegar a suponer entre el 1 y el 3% del peso de nuestro cuerpo.
El microbioma se relaciona con los genes, así como de sus productos generados en ese ambiente. Se dice que es nuestro "segundo genoma”. Lo componen diferentes microbios: bacterias, microorganismos como eucariotas y archeas, protozoos, hongos o virus. El término microbioma fue introducido en el año 2001 por el profesor Joshua Lederberg. Es único en cada individuo, es decir, el microbioma es distinto cada persona y también en cada región de nuestro cuerpo es diferente.
La composición del microbioma, clave para la salud
Y además, estos microorganismos cambian a lo largo de nuestra vida, según la edad que tengamos, higiene, actividad sexual, el ambiente que nos rodee o incluso la dieta o medicación que tomamos (antibióticos, hormonas...). Se sabe que su composición determinan nuestro estado de salud o enfermedad. Y se establece una simbiosis entre el microbioma y nuestras células: es decir, una convivencia “amigable”, existe una asociación íntima de estos microorganismos con nuestro cuerpo para beneficiarse mutuamente en su desarrollo vital.
¿Cómo se relaciona la microbiota con la fertilidad?
Y ¿qué tiene que ver todo esto con la reproducción humana? Sabemos que en mujeres y hombres estériles o con pérdidas gestacionales recurrentes, parece que es más frecuente tener alterado el patrón del microbioma. Es decir, se sabe que en determinadas zonas del cuerpo existe una distribución saludable de esta flora y otra que aparentemente no lo es y que nos puede llevar a desarrollar enfermedades, como cáncer, o ciertas alteraciones gastrointestinales, entre otras patologías.
En el aspecto nivel ginecológico también puede provocar problemas esta alteración de la microbiota, pudiendo aparecer estas dolencias:
- Vaginosis: Es una alteración de la flora vaginal, que en vez de ser rica en Lactobacillus, lo es en otros microorganismos. Esto puede llevar a tener un flujo más abundante, mal olor... Además el hecho de tener esta vaginosis se ha relacionado con más riesgo de desarrollar otros problemas ginecológicos.
- Esterilidad o infertilidad, y pérdidas gestacionales recurrentes.
- Mayor tasa de abortos tardíos e infecciones de la bolsa amniótica que rodea al bebé en el embarazo.
- Partos prematuros e incluso mayor predisposición a infecciones maternas tras el parto.
- Endometriosis, una enfermedad donde se tiene la regla "fuera de su sitio" (ovarios, peritoneo, etc)
- Endometritis o infección dentro del útero.
- Algunos trabajos lo relacionan con preeclampsia o tensión elevada durante el embarazo, y con cáncer endometrial.
- Problemas durante el embarazo: abortos, partos antes de tiempo, infecciones o infecciones puerperales (tras el parto).
Problemas reproductivos: esterilidad, fallos de implantación (que es cuando se transfieren varios embriones buenos sin éxito en técnicas de reproducción asistida), abortos bioquímicos (cuando da positiva sólo la prueba de embarazo), abortos clínicos (cuando ya se ve el embrión). E incluso alteraciones en el seminograma: espermatozoides más lentos, o con muchas células inflamatorias, en menor cantidad.
Cómo lograr una flora rica en Lactobacillus
Ni el útero ni la vagina son estériles, tienen una flora que debe ser rica en Lactobacillus.Y ¿qué podemos hacer para que esta microbiota permanezca con las características que son adecuadas?:
- Mantén una higiene correcta, aunque sin excesos. No es bueno ni pasarse ni quedarse corto. Tampoco es bueno realizar duchas vaginales, ni introducir perfumes en el interior de nuestros genitales pues puede provocar vaginitis y alterar nuestra flora.
- No abuses de los antibióticos. No los tomes por tu cuenta y sin prescripción médica: pueden eliminar no sólo los microorganismos nocivos, sino también alterar la composición de nuestra flora.
- Cuida el ambiente que te rodea: ten la temperatura y la humedad adecuada en el ambiente. No te excedas con la calefacción ni con la humedad, pues ambos factores pueden alterar la composición de estos microorganismos.
Toma una dieta rica en probióticos y prebióticos
Ten una dieta rica en probióticos y prebióticos para mantener tu flora de forma adecuada. Los probióticos se pueden dar en forma de alimentos o preparados de Lactobacillus (con una o varias cepas). Los ya preparados se comercializan refrigerados o liofilizados. Se pueden administrar por vía vaginal u oral. Lo que no queda claro todavía es cuánto tiempo hay que darlo ( hay trabajos que hablan de un mínimo una semana o hasta un año), ni cuál es la mejor forma, ni la dosis adecuada.
Existen alimentos ricos en probióticos como:
- Yogur y kéfir: os recomiendo tomar un yogur al día, como mínimo
- Chucrut y kimchi (preparados de verduras maceradas en salmuera originarios de Corea)
- Sopa de miso
- Encurtidos como pepinillos, aceitunas o cebolletas
- Fermentados como cervezas con y sin alcohol, la sidra o el vino
También hay alimentos, como los prebióticos, que compuestos que estimulan actividad flora. Son alimentos ricos en ellos todos los ricos en fibra como:
- Fruta y verdura cruda
- Chocolate negro
- Microalgas
Por todos estos motivos es importante cuidar de nuestra flora, que nos ayuda a tener una mejor salud en todos los sentidos, también en la fase reproductiva y durante el embarazo.