Maniobra de Kristeller: Todo lo que debes saber
Solo la pueden usar en la segunda fase del parto ginecólogos o matronas
Prohibida en países como Gran Bretaña, la maniobra de Kristeller no se puede usar en España tal y como se ideó, sino sólo para acortar la segunda fase del parto. Tradicionalmente esta maniobra consistía en presionar de modo enérgico con ambos puños o con el antebrazo sobre el fondo del útero, independientemente de la altura de la cabeza fetal. Hoy solo se utiliza de una forma más suave, cuando la cabeza del bebé ya está encajada y la madre siente ganas de empujar. Su objetivo, acortar el parto, en periodos expulsivos muy prolongados. Esta página pretende aclarar dudas sobre esta discutida técnica, cuyo origen se remonta a los partos difíciles de la antigüedad.
Kristeller: Lo que recomienda la SEGO
Pero, ¿cómo tiene que ser esa presión del fondo uterino exactamente? La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) en sus Recomendaciones de 2008 sobre la asistencia al parto indica que la presión sobre el fondo uterino (maniobra de Kristeller) no podrá ser utilizada para que la cabeza del bebé baje por el canal del parto antes de su encajamiento (lo que los especialistas denominan, el primer y tercer plano de Hodge). Solo se permite en la segunda fase del parto, cuando la cabeza ya está encajada.
Escribe Cristóbal Rengel, especialista en Enfermería Obstétrico-Ginecológica, en su Revisión sobre evidencias científicas sobre la maniobra de Kristeller que "debemos ser fieles a la recomendación de la SEGO" y realizar la maniobra de acuerdo a dicha guía: "La presión sobre el fondo uterino, podrá ser utilizada sólo con la intención de ayudar al desprendimiento de la cabeza, pero en ningún caso para facilitar el descenso de la presentación [es decir, la bajada de la cabeza por el canal del parto]".
¿Y cómo se hace exactamente la maniobra de Kristeller?
El matrón Cristóbal Rengel describe en su monográfico sobre el Kristeller dicha maniobra, tal y como la recogen algunos autores (Buhimschi y otros) en un estudio publicado 2002 y titulado "El efecto de la presión sobre el fondo uterino en la presión intrauterina durante el segundo periodo del parto":
"Una fuerza externa ejercida en la porción superior del útero en dirección caudal [hacia la vagina], aplicando una presión con un ángulo de 30-40º con la columna en dirección a la pelvis, y a través de un manguito de presión semiinflado, interpuesto entre la mano que aplica la fuerza y la pared abdominal de la mujer, con el fin de controlar la presión del manómetro entre 80 y 90 mmHg de esfuerzo moderado".
Cuál es la historia de la maniobra de Kristeller
Samuel Kristeller fue el primero en describir en 1867 la maniobra que fue bautizada con su nombre. Según la describe el autor Hoop, era "un nuevo procedimiento para el parto, consistente en la utilización de la presión externa de las manos en caso de contracciones débiles". Y en cuanto al modo primigenio de realizarla: "Debería durar entre 5 y 8 segundos, sincronizada con la contracción uterina, y con una pausa de entre 30 segundos a 3 minutos".
En la antigüedad se recogen diferentes "modalidades" de Kristeller a través de grabados de partos difíciles. Uno que representa un parto complicado en Siam (Tailandia), dibuja a una parturienta en posición vertical con una cincha, y a una comadrona haciendo la presión sobre el fondo el útero, agarrando a la embarazada desde la espalda.Otro grabado similar ilustra un parto con problemas en Egipto. Entonces era el único recurso para afrontar un parto difícil y sin posibilidad de cesárea.
"Esta técnica ha ayudado mucho en los partos antiguos, cuando las cesáreas eran un problema: corría grave riesgo la vida de la madre porque no había quirófanos modernos ni tampoco existían antibióticos, anestesistas…", sostiene el doctor Miguel Ángel Herráiz, Catedrático de Obstetricia y Ginecología por la Universidad Complutense de Madrid.
Kristeller: sólo indicada en el segunda fase del parto
Como hemos visto, la SEGO solo recomienda la maniobra de Kristeller en la segunda fase del parto (cuando la mujer tiene ganas de empujar), pero hace solo unas dos décadas era práctica habitual en España en la primera fase, es decir, para "ayudar" a descender la cabeza del bebé hasta que se encajase.
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Primera fase del parto: la pélvica
La cabeza del bebé tiene que pasar por lo que los citados "tres planos de Hodge", hasta que se encaja. "Damos a las madres, que inician el periodo expulsivo y que no han tenido hijos, y que además tienen aplicada anestesia epidural, hasta tres horas para que descienda la cabeza del bebé hasta el tercer plano de Hodge. El 90 por ciento de ellas da a luz con epidural". Realizar aquí la maniobra, insiste el doctor Herráiz, "está proscrito y prohibido". -
Segunda fase del parto: la pelviana
Sabemos que ha llegado porque la embarazada tiene sensación de pujo. "En el momento actual y con epidural permitimos tanto a nulíparas (mujeres que no han tenido hijos) como a multíparas hasta una hora; más tiempo no puede permanecer encajado el bebé", explica Herráiz. Este especialista aboga por denominar a esta presión "ayuda al fondo uterino", que es además la única modalidad de Kristeller permitida en España. "No se hace con fuerza excesiva: es una ayuda que hacemos, aprovechando la contracción uterina, y es por supuesto menos traumática que un parto instrumental con fórceps o con ventosa", indica el doctor Herráiz.
¿Qué consigue la maniobra de Kristeller en la segunda fase del parto?
Acortar el parto y evitar utilizar en lo posible el parto instrumental: fórceps, la espátula o la ventosa, aunque no hay evidencias científicas recientes que lo respalden, según la citada Revisión sobre la maniobra de Kristeller realizada por Cristóbal Rengel. El ginecólogo Miguel Ángel Herráiz afirma que "es más favorable hacer esta suave presión sobre el fondo uterino que realizar un parto instrumental".
¿Quién debe realizar la presión sobre el fondo del útero?
Siempre ha de ser una matrona o un ginecólogo. No puede haber varias personas ejerciendo presión a la vez, ni encaramadas sobre la tripa de la parturienta por los peligros que acarrea el exceso de fuerza.
¿Qué peligros tiene una maniobra de Kristeller mal realizada?
"La maniobra tradicional de Kristeller no está exenta de riesgos. Si se practica con excesiva fuerza, la madre puede sufrir rotura de costillas, rotura de útero, de la musculatura perineal… En el bebé puede ocasionar parálisis de hombros (parálisis de Erb) por ejemplo", advierte el doctor Herráiz.
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