Cuándo se usa resonancia magnética fetal

Diagnostica anomalías del paladar y espina bífida

La resonancia magnética (RM) está adquiriendo mucha importancia en los últimos años debido a que su utilización permite confirmar los casos de diagnóstico ecográfico dudoso. Esto es debido a la capacidad de la RM para proporcionar detalles anatómicos del feto que con la ecografía no se llegan a visualizar. Por ejemplo, la visualización del paladar blando es muy difícil de evaluar con la ecografía, y la resonancia magnética permite verlo fácilmente y así diagnosticar algunos casos de paladar hendido o fisura palatina.

Para detectar la espina bífida


Otra aportación de la RM es la evaluación de los fetos antes de la cirugía fetal intraútero, técnica que ya se realiza en algunos hospitales. Uno de los terrenos donde la RM fetal  ha demostrado ser más útil es en la valoración del sistema nervioso fetal (SNC), donde la ecografía tiene más limitaciones. La RM permite la visualización directa de múltiples planos del sistema nervioso central, lo que permite la evaluación detallada de su anatomía. Las dos indicaciones más frecuentes de la RM fetal en las malformaciones del SNC son las ventriculomegalias y la disgenesia del cuerpo calloso.

Otra utilidad de la RM es la evaluación de los defectos del tubo neural como es el caso de la espina bífida, ya que permite visualizar la altura exacta de los defectos, sobre todo a nivel caudal donde  con la ecografía es más difícil. Fuera del SNC, la RM fetal permite definir masas abdominales, pulmonares y pelvianas. Un caso típico es la hernia diafragmática fetal, donde la ubicación del hígado es fundamental para el pronóstico fetal.

resonancia magnetica

También es útil en los casos de malformaciones renales fetales o de alteraciones pumonares como la adenomatosis quística pulmonar fetal. Un área rápida de expansión de la RM es la evaluación de fetos subsidiarios de cirugía intraútero o intraparto.

No está contraindicada ni para la madre ni para el feto


En cuanto a la seguridad materna, es una técnica contraindicada únicamente en gestantes con marcapasos o con un clip ferromagnético para aneurisma cerebral. En el resto de la embarazadas no se han descrito riesgos. En relación a la seguridad fetal, no se han detectado riesgos biológicos para el feto, ni secuelas tardías tras la realización de una resonancia magnética.  Por tanto, se considera que esta prueba no es un procedimiento peligroso para el feto y puede realizarse en cualquier trimestre de la gestación en los casos en los que el ginecólogo y el radiólogo consideren que los hallazgos de la RM puedan afectar a la atención de la madre o del feto. Lo que no se recomienda es el uso de contrastes en la RM, como  el gadolinio, durante el embarazo, pues se ha demostrado que atraviesa la placenta y puede afectar al feto.

La RM fetal debe realizarse en centros especializados con experiencia en esta técnica, ya que, al contrario que en los adultos, el feto está en continuo movimiento durante la realización de la prueba y puede dificultar el diagnóstico.  La gestante se coloca en decúbito dorsal o lateral, entrando primero los pies en el tubo magnético para minimizar la claustrofobia. Se introduce un almohada debajo de las rodillas de la paciente y un magneto de superficie centrado sobre la región que se va a estudiar. El tiempo de realización suele ser de unos treinta minutos.

En conclusión, aunque la ecografía sigue siendo el método de evaluación fetal más rápido y económico, la resonancia magnética se utiliza cada vez más para completar  el estudio anatómico de las dudosas malformaciones diagnosticadas por ecografía. Esta prueba diagnóstica permite obtener imágenes mucho mejores de las estructuras anatómicas del feto y una mejor evaluación del feto.