Sangrado vaginal o pérdidas en el embarazo
Si es abundante y con dolor abdominal, hay que ir a urgencias
Los sangrados vaginales o pérdidas de sangre, aunque parezca contradictorio, pueden ser un síntoma de embarazo. Es cierto que durante la gestación no hay menstruación. Por eso, cualquier flujo de sangre a través de la vagina se considera irregular. Normalmente estas pérdidas o sangrados presentan sangre más oscura y espesa que la que se produce con la regla, porque se acompaña de moco y está coagulada. No obstante, los sangrados, más frecuentes durante los tres primeros meses de embarazo, en la mayoría de los casos no tiene importancia.
¿Cuándo voy al médico si sangro?
- Siempre que se produzcan pérdidas, aunque sean pequeñas, de sangre de color oscuro o de un rojo más vivo, es necesario consultar al ginecólogo para confirmar que el embarazo sigue su curso correctamente.
- Si las pérdidas son continuas o abundantes, hay que acudir al hospital porque se trata de una urgencia. Más aún si se acompaña de un dolor abdominal o pélvico, porque puede indicar que hay un aborto en curso que quizá puede evitarse si se interviene a tiempo.
¿Por qué se produce el sangrado en el embarazo?
Sangrado de implantación
Se producen cuando el embrión se implanta en el útero, pocos días después de la fecundación. A menudo la mujer ni tan siquiera sabe que está embarazada y puede confundirlo con una “regla rara”.
Amenaza de aborto
Son muy frecuentes en las primeras doce semanas de embarazo y el principal síntoma es un sangrado que puede ser más o menos abundante. En la mayoría de las ocasiones el sangrado desaparece y el embarazo sigue su curso. Pero en un 20-25% de los embarazos se produce una pérdida fetal. En estos casos, se producen otros síntomas, como nos explica el Dr. José Luis Prieto Alonso, ginecólogo del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, de Madrid: “En caso de pérdida fetal, a veces se notan cambios en las mamas. Los síntomas que se habían notado al principio desaparecen. Pero normalmente el primer síntoma suele ser el sangrado”.
Embarazo ectópico o molar
Hay otros motivos por los que se producen pérdidas. Los más significativos son el embarazo ectópico y el embarazo molar (gestación anómala en la que el tejido del útero forma una masa anormal o tumor en vez de la placenta). Ambos se deben interrumpir a tiempo con las técnicas adecuadas, generalmente algún tipo de intervención quirúrgica, ya que no son embarazos viables y dejarlos progresar podría poner en peligro la vida de la madre.
Heridas e inflamaciones
Hay que tener en cuenta que la mucosa vaginal es muy sensible durante el embarazo debido a los cambios hormonales. Pueden existir erosiones de las paredes vaginales, pequeñas heridas o inflamaciones locales. Estos sangrados se pueden dar en el segundo trimestre. “Los sangrados del segundo trimestre son más llamativos y pueden estar producido por problemas locales del cérvix uterino que no influyen para nada en el embarazo”, afirma el Dr. Prieto Alonso.
Placenta previa o desprendimiento de la placenta
El médico deberá explorar la vagina y el cuello uterino: si el sangrado proviene del útero, puede deberse a otras causas más complicadas como una placenta previa, un desprendimiento parcial de placenta o un parto prematuro. El médico deberá decidir qué es lo mejor para la madre y el bebé en cada uno de estos casos.
¿Reposo para evitar el sangrado en el embarazo?
Cuando se produce un sangrado en el embarazo, lo más importante es comprobar que el embarazo sigue su buen curso mediante ecografía y quizá otras pruebas, como la cardiotocografía. Si todo indica que el embarazo no tiene ninguna complicación, a menudo se recomienda el reposo, pero sobre todo es importante que la madre evite el estrés.
"¿Si tengo un sangrado al comienzo del embarazo, debo guardar reposo?"
“Durante el embarazo, cuando se produce un sangrado o pérdida en el primer trimestre, no siempre hay que guardar reposo. Depende de cada caso. En cualquier caso, el reposo siempre será relativo. No hay que estar tumbada en la cama sin moverse. Hay casos en los que se puede llevar una actividad normal, pero ¡ojo!, no hiperactividad.”
Dr. José Luis Prieto Alonso, ginecólogo del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, de Madrid.