Cómo cambian los genitales durante el embarazo
Puedes notar la aparición de varices vulvares
Como bien sabes, el embarazo no es una enfermedad, sino un estado fisiológico que acarrea determinados cambios físicos, funcionales y psicológicos para adaptarse a la nueva situación, que aun siendo normal, ejercen una sobrecarga que va a ser percibida de forma diferente por cada mujer embarazada.
Algunos cambios son globales y otros más locales, es decir afectan, a unos órganos concretos. Uno de los órganos protagonistas de la gestación es el útero, por tanto es uno de los que más cambios experimenta.
En ocasiones, enfermedades que existen antes del embarazo se pueden agravar y excepcionalmente pueden aparecer patologías propias de la gestación.
¿Qué cambios se producen durante el embarazo en los organos genitales?
Vamos a referirnos a los genitales externos, vagina y cérvix o cuello uterino. Desde las primeras semanas del embarazo, la zona genital va a sufrir una serie de cambios. En estas modificaciones, desempeñan un papel fundamental los cambios hormonales:
- El cuello del útero se reblandece, cambia la coloración y produce una secreción viscosa conocida como tapón mucoso que protege de forma muy eficaz al feto de posibles gérmenes que pueblan la vagina.
- La vagina aumenta su tamaño en anchura y longitud. Se hace más elástica y distensible debido a que las células musculares de sus paredes aumentan de tamaño y las fibras de colágeno que contienen también se alargan y separan entre sí.
- Los vasos sanguíneos de la vagina, al igual que en el cuello del útero, se dilatan a la vez que se forman nuevos. Esta vasodilatación junto con el aumento del flujo sanguíneo hace que con cierta frecuencia se produzcan dilataciones varicosas superficiales en la vagina y vulva. También se produce un cambio de coloración de las mucosas de la vagina y de la vulva, su tono rosado pasará a ser rojo-purpúreo.
- El aumento de riego sanguíneo hace que las paredes de la vagina al igual que las del cuello del útero produzcan mayor secreción lo que determina la leucorrea gestacional que, puede ser lechosa y fluida o más espesa, está secreción o flujo, aunque fisiológica, es capaz de alterar la comodidad de la embarazada requiriendo más cuidados higiénicos.
¿Cómo tiene que ser mi higiene íntima?
- Realiza una higiene adecuada, en tu ducha diaria: con un jabón líquido suave, limpiarás la zona genital de delante atrás para que cualquier microorganismo depositado en la zona anal no se traslade a la vagina. Asearse adecuadamente no significa hacer lavados vaginales; todo lo contrario, hay mujeres que introducen productos en al vagina (antisépticos, jabones…) con el riesgo de alterar la flora vaginal que protege de infecciones. Lavarse una o dos veces al día es suficiente, descartando las duchas vaginales: la vagina se limpia sola.
- Para evitar infecciones por hongos conviene que utilices ropa interior de algodón y limitar el uso de protectores (protege slips y/o compresas), tampoco conviene que utilices ropa interior tipo tanga. En general, evita ropas ajustadas. Si se dieran síntomas como picor, quemazón o irritación debes consultar al medico o matrona.
- Si se te detecta una infección vaginal, el médico te recetará un tratamiento y te recomendará un producto específico para la higiene íntima (solución limpiadora sin detergente, podrá ser de tomillo, bardana, árbol de té…) y te insistirá en los hábitos higiénicos adecuados.
¿Qué son las varices vulvares?
Las varices vulvares o vulvo perineales son dilataciones varicosas de las venas superficiales de la vulva y periné que aparecen como consecuencia de los cambios que suceden en la gestación, más concretamente alrededor de las 20 semanas de gestación. Se observan como protuberancias azuladas que al ir avanzando el embarazo se van congestionando y aumentan su tamaño. Se pueden presentar sólo en la vulva y con frecuencia en un solo lado de la misma, pero en ocasiones también se encuentran en recto (hemorroides) vagina y los miembros inferiores.
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¿Producen alguna incomodidad?
Las varices vulvares, suelen ir acompañadas de incomodidad, sensación de pesadez en la zona genital, a veces prurito e incluso dolor. Las complicaciones no se suelen producir y mucho menos frecuente es aún la rotura traumática por compresión.
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¿Las presentan todas las embarazadas?
No, son muy poco frecuentes, las presentan entre un 4 y 7 por ciento de las embarazadas, según distintos autores consultados.
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¿Cuál es el tratamiento de las varices vulvares?
El tratamiento más recomendado durante el embarazo es conservador, dirigido a aliviar las molestias, el dolor y disconfort. Las medidas higiénicas que se indican en esta situación son evitar estar periodos prolongados de pie, el calor y la ganancia excesiva de peso.
Es recomendable ejercicio moderado como paseos cortos o natación, e intercalar en el día periodos de reposo, con piernas un poco elevadas o tumbada de lado. En algunos casos, la sintomatología se logra aliviar aplicando presión en la zona vulvar. Puede ser de ayuda aplicar crema de caléndula en la zona. También es posible utilizar remedios homeopáticos.
En otros casos, el médico recomienda medidas farmacológicas como flebotónicos a partir del segundo trimestre de embarazo, para aliviar los síntomas. En cualquier caso, déjate aconsejar por tu obstetra o matrona.
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¿Las varices vulvares suponen un inconveniente para el parto vaginal?
No se han encontrado estudios clínicos que comparen el parto vaginal con la cesárea en pacientes con varices vulvares. Pero el parto vaginal se realiza habitualmente sin mayores complicaciones en la mayoría de los casos. En lo posible, se evitaría realizar episiotomía: la matrona o el obstetra siempre decidirán lo más adecuado en cada caso.
Una preparación del periné, mediante la práctica del masaje perineal durante el embarazo es útil para reducir el trauma perineal en el parto (como desgarros espontáneos o la necesidad de realizar episiotomía). Generalmente los síntomas mejoran o desaparecen después del parto.
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¿Y las varices en las piernas?
Las varices de los miembros inferiores son una complicación más frecuente en el embarazo que las vulvares: se presentan en un 30 o 40 por ciento de los embarazos, según diversos autores consultados. De ello podemos deducir que, aun siendo frecuentes, las varices no las produce el embarazo, sino que éste actúa como factor desencadenante en mujeres con predisposición a presentarlas.
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¿Qué mecanismos están implicados en la aparición de varices durante el embarazo?
Ya en el primer trimestre de embarazo, se produce una relajación de las paredes venosas. Estos cambios están mediados por una hormona llamada progesterona, que es la encargada de garantizar la implantación del huevo fecundado en el útero y su evolución.
A partir del segundo trimestre se produce un aumento del flujo venoso hacia la vena cava, que es una vena de gran calibre donde, además de llegar la sangre que proviene de los miembros inferiores, se suma la que proviene del útero gestante a través de las venas uterinas. Esto provoca que la circulación de retorno al corazón sea más lenta.
Según avanza el embarazo y sobre todo en el tercer trimestre, debido al aumento del útero, se produce compresión de la vena cava inferior, dificultando aún más el retorno de la sangre hacia el corazón. Por todo ello y sobre todo en el tercer trimestre de su gestación, se acentúan los síntomas de pesadez y cansancio, sumándose con frecuencia hinchazón y dolor de piernas sobre todo en mujeres que ya tenían varices antes de la gestación.
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¿Existen factores que predisponen a las varices?
Sí, hay una predisposición genética o factor familiar. Así, mujeres con antecedentes de varices, tienen un 50 por ciento más de posibilidades de desarrollarlas. Otros factores que pueden favorecer su aparición son: haber tenido más embarazos (multiparidad), la obesidad, trabajos que requieren estar de pie de forma prolongada o la exposición a fuentes de calor. Si existen varices previas al embarazo, la gestación suele empeorarlas.
¿Qué medidas preventivas y autocuidados puedo emplear contra las varices?
Lo que debes evitar:
- Estar de pie durante periodos largos, por ejemplo planchando.
- El sedentarismo, las exposiciones al sol y el calor local.
- La ganancia excesiva de peso.
- Llevar la ropa ajustada sobre en las ingles, como pantalones estrechos.
Medidas muy recomendables en la prevención y autocuidados:
- Realizar ejercicio físico moderado como paseos cortos, flexión, extensión y rotación de tobillos o natación.
- Usar zapatos cómodos de tacón medio, que son los más recomendables para lograr la contracción de la pantorrilla y estimular el retorno venoso.
- Aplicarse duchas de agua fría alternando con tibia.
- Reposo con piernas elevadas dos o tres veces al día para facilitar el retorno venoso.
- Dormir de costado, sobre todo del izquierdo, para disminuir la compresión del útero grávido sobre la vena cava.
- Masajes de forma ascendente de los pies a las caderas.
- El uso de medias de elásticas de compresión (tipo panty) resulta de gran eficacia en la prevención.
- Se pueden prescribir remedios homeopáticos. Si hay muchas molestias, el médico puede recetar flebotónicos, pero hay que recordar que sólo mejoran los síntomas, no la evolución del proceso. Por lo general, las varices mejoran después del parto.