Embarazada, recta final: 7 trucos para sobrevivir al calor
Ya llega esa etapa del final del embarazo, cuando tu bebé y tú ya sois uno. Os comunicáis mediante tu voz, tus caricias y sus movimientos Está tan próximo su nacimiento que es una fase ideal para vivir llena de felicidad. Pero surgen los meses de calor: junio, julio, agosto y septiembre. Irrumpen en nuestras vidas los días de temperaturas elevadas, abanico, sudor constante... Y aguantarlo ahora precisamente, en tu último trimestre de embarazo.
Lo ideal sería que todo el mundo dispusiese de la posibilidad de desplazarse a una casita en una zona de playa, húmeda, o de montaña, con temperaturas refrescantes, que permitiesen pasar estos días lo más tranquilas posible. Pero la realidad es otra muy distinta: tienes que seguir tu mismo ritmo en casa, con tus hijos -si los tienes- tu pareja, tu familia, la limpieza… Quizá sin aire acondicionado.
Y en el trabajo también debes cumplir, levantándote pronto, saliendo tarde de tu jornada laboral, desplazándote en el coche o transporte público. Vamos a darte unos consejos prácticos para que el verano no se haga una cuesta arriba interminable, sino un paseo por los últimos meses de tu embarazo.
Mente positiva y ropa muy cómoda
En primer lugar, lo que debes hacer es cambiar la actitud mental. Has de ser positiva y valorar la buena etapa que te ha tocado vivir en el final de tu gestación, porque tiene cosas también muy positivas. Por ejemplo, puedes realizar actividades al aire libre, cosa que en invierno no puedes hacer con tanta facilidad. Por otro lado, puedes llevar ropa cómoda de años anteriores o mucho más barata que en las estaciones frías, puesto que no precisas abrigos, chaquetones o botas… Por tanto, es clave valorar el lado bueno de esta estación.
7 consejos para combatir el calor en el embarazo
Si sigues ciertas recomendaciones de salud, evitarás en gran medida la parte negativa del verano. Algunas de ellas son:
1. Emplea ropa y calzado ligero, cómodo, que evite la compresión del cuerpo y la sudoración profusa.
2. Lleva siempre una botella de agua, tanto en casa, como en el trabajo o los desplazamientos por la calle. La hidratación abundante evitará no sólo los cuadros sincopales -bastante frecuentes en la embarazada- sino también las incómodas infecciones urinarias, más comunes en verano por los cuadros de deshidratación.
3. Mantén una dieta equilibrada: es importante aumentar la ingesta de frutas a media mañana y media tarde para que exista un mayor aporte de líquido a tu organismo.
4. Evita la exposición en las horas de máximo calor del día. Si es inevitable salir a la calle en esos momentos, emplear las medidas anteriores, junto con protección solar alta en las zonas expuestas y sombreros para evitar una insolación.
5. Intenta mantener los lugares de trabajo y domicilio con una correcta ventilación y humedad, teniendo especial cuidado al uso de los aparatos de aire acondicionado. Debes evitar el contacto directo con el aire que sale de los mismos, puesto que es muy frío y puede producir cuadros catarrales y contracturas musculares.
6. Realiza actividades al aire libre, en especial en las primeras y últimas horas del día, siempre con ropa cómoda y correcta hidratación.
7. Disfruta de la piscina o la playa: puede ser un medio más de evadir la rutina de la actividad laboral que se lleva a cabo en verano y, por otro lado, favorece la realización de ejercicio físico diario en un medio en el que no se tiene porqué incrementar el esfuerzo en ninguna articulación: te encuentras en un estado sin gravedad, tu cuerpo flota y tienes más libertad de movimientos, no te encuentras tan pesada.
Con todas estas recomendaciones, te deseamos que pases un verano muy especial y feliz con tu retoño en el vientre, valorando y disfrutando de todas las posibilidades que te aportan los meses de calor.