¿Qué puedo comer embarazada, de viaje y con calor?
Verano, calor, vacaciones, viajes, momentos de ocio… y además, ¡estás embarazada! Quizá notes que no te apetece comer mucho; te ha tocado el embarazo en plena canícula y muy probablemente tu dieta se vea alterada por varios factores:
- El propio calor nos invita a tomar unos alimentos frente a otros. La inapetencia hace que incluso se den pérdidas de peso en gestantes.
- Otro factor es que probablemente tengas algún viaje o unas vacaciones pensadas en las cuales la dieta que sigues habitualmente se va a ver alterada. Es más frecuente comer en restaurantes, hoteles, buffet... Se hace más difícil superar las tentaciones y son más frecuentes las transgresiones dietéticas.
- El calor puede empeorar las características de algunos alimentos y hacerlos peligrosos. En verano aparecen las intoxicaciones por alimentos con más frecuencia.
¡Reunimos los mejores alimentos y nutrientes para embarazadas!
Por todo esto vamos a darte unas pequeñas recomendaciones para sobrellevar al calor lo mejor posible gracias a la dieta y la hidratación:
Come sano 5 o 6 veces al día
Una embarazada debe mantener una dieta equilibrada aunque esté de vacaciones. Toma como ejemplo adecuado nuestra dieta mediterránea. Además, en verano hay que estar ojo avizor frente a la deshidratación: una embarazada es más susceptible de padecerla. Se recomienda comer varias veces al día: de media unas 5 o 6 veces y en pequeñas cantidades. De este modo favoreceremos la hidratación, disminuiremos la sensación de plenitud, las digestiones pesadas, incluso los vómitos. Además, estas pequeñas ingestas disminuyen la posibilidad de desarrollar una hipoglucemia o bajada de azúcar.
Toma alimentos frescos y nutritivos
La dieta mediterránea tiene múltiples recetas muy apetecibles en periodo de calor. Además de alimentarnos pueden servir para refrescarnos: salmorejo, gazpacho, ajoblanco, sopas frías de tomate, las ensaladas, gran variedad de frutas, verduras y legumbres que pueden servirse frías. Todo ello se puede acompañar con un aperitivo de frutos secos. A esto hay que añadir la posibilidad de tomar ensaladas de pasta. Los yogures o batidos naturales pueden emplearse como refresco entre horas, y además su dulzura nos permite que sustituyan a otros productos realizados con azúcar refinado o procesados.
Agua, infusiones y bebidas no azucaradas
Es muy importante para ti mantener una hidratación adecuada durante todo el día. Debemos de llevar siempre una botella de agua fresca. Alternativas al agua: infusiones recomendadas en el embarazo o bebidas no azucaradas. Las bebidas gaseosas no serían recomendables por poder empeorar los síntomas digestivos como el ardor, los gases, la sensación de plenitud, etc. No debemos olvidar que si la embarazada viaja algún lugar en el cual no tenga seguridad de que el agua que está ingiriendo sea potable, debe extremar las precauciones al respecto. Por lo tanto se recomienda en esos casos tomar agua embotellada.
Sin estreñimiento gracias a la dieta
El estreñimiento es un síntoma que aparece muy habitualmente en el embarazo, sobre todo los últimos meses, y puede empeorar en la época de verano debido a una peor hidratación. Por ello, aumentar la fibra en la dieta con esas pautas que vimos antes: tomando frutas y verduras siendo más conscientes de la importancia de la hidratación en esta época del año.
Higiene de los alimentos, esencial
En el caso de las ensaladas, productos frescos como las frutas son seguros siempre para una embarazada si han sido correctamente preparados. En los casos en los cuales no exista cocción, lo recomendable es lavar bien los productos. Simplemente con un buen lavado nos aseguramos de estar comiendo un producto saludable y no peligroso. En los restaurantes y hoteles puedes verificar, preguntando a los camareros, que el lavado de productos que se encuentran en los platos es correcto. En el caso de las frutas, si no estamos seguros del lavado al que han sido sometidos, el pelarlas permite eliminar riesgos de contagio.
Ojo con las intoxicaciones alimentarias
Durante el verano son más comunes las intoxicaciones alimentarias. Esto se debe a la contaminación de algunos alimentos por bacterias, virus y protozoos que crecen de forma fácil con altas temperaturas. En la mayoría de los casos ocurre por una incorrecta refrigeración o mantenimiento del producto y en contra de lo que cree la gente son mucho más frecuentes las intoxicaciones en el hogar que en restaurantes y hoteles.
Los alimentos que más frecuentemente pueden producir este tipo de intoxicaciones son la carne picada cruda, el huevo, la nata, las frutas y las verduras, y los pescados. Por ello, es importante refrigerarlos adecuadamente, evitando las horas de exposición al calor, cocinarlos adecuadamente y el tiempo suficiente y limpiarlos a conciencia. Además, las sobremesas prolongadas pueden poner en riesgo que alimentos que aún estén en la mesa pasen mucho rato a temperaturas elevadas, y que si se van a ingerir en una segunda ocasión, se hayan transformado en sustancias peligrosas.
Date un “pequeño homenaje”
No podemos olvidarnos de que una embarazada que siga todos estos consejos y mantenga una dieta adecuada, puede también premiarse o permitirse tomar algún dulce, helado, o refresco. Ha de ser siempre de forma esporádica, sin abusar. Estos productos nos permiten también soportar las altas temperaturas y disfrutar de este periodo de descanso en familia.