Cómo prevenir la infección de orina en el embarazo
Arándanos, probióticos y alimentos ricos en vitamina C
Estás embarazada y notas escozor al orinar, picor en la zona… Son síntomas que te pueden hacer sospechar que tienes una infección de orina o cistitis, una afección muy frecuente en la gestación. Te contamos qué puedes hacer para evitar contraerla.
Infección de orina, por qué tan frecuente
En el embarazo, las infecciones urinarias son muy frecuentes y su incidencia es mayor que en otra etapa de la vida de la mujer. “Durante el embarazo existen cambios fisiológicos a nivel del sistema urinario que van a facilitar o aumentar el riesgo de aparición de infecciones del tracto urinario”, nos explica la doctora Carmen Martín Blanco, ginecóloga del Hospital Nuestra Señora del Rosario, de Madrid.
Esos cambios fisiológicos a los que se refiere la doctora Martín Blanco son:
- “La progesterona segregada durante el embarazo produce una relajación del músculo liso”, señala. Eso quiere decir que se da una disminución del tono muscular de la uretra y la vejiga, lo que provoca a su vez que el flujo de orina a través del sistema urinario se más lento o incluso un reflujo de la misma desde la vejiga a la uretra, lo que favorece que las bacterias tenga más tiempo para crecer.
- El tamaño del útero y el bebé producen una compresión “sobre los uréteres y la vejiga”, afirma la doctora, que también dificulta la progresión de orina y su vaciado.
- En el embarazo también se produce unas alteraciones en las propiedades físico-químicas de la orina, “con un aumento de secreción de azúcares y aminoácidos que elevan el pH urinario y favorece el sobrecrecimiento bacteriano”, añade.
Síntomas de la infección urinaria
En el caso de sufrir una cistitis aguda los síntomas más típicos según nos indica la doctora Martín Blanco, son:
- Dolor, escozor o ardor al orinar.
- Dolor en la parte baja del abdomen a nivel suprapúbico.
- Aumento de la frecuencia de las micciones y sensación de no conseguir orinar o vaciar la vejiga.
- Presencia de sangre en orina o una orina de mal olor y aspecto turbio.
¿Infección de orina sin síntomas? Es posible
No obstante, en algunos casos de infección, la embarazada no tiene ninguna sintomatología. En estos casos, se detecta gracias a los análisis de orina que se realizan en cada trimestre, se puede comprobar la presencia de bacterias.
Por eso es muy importante que la embarazada no se salte ninguno de los controles recomendados. “El 25% de las pacientes embarazadas con bacteriuria asintomática no tratada desarrollarán una pielonefritis aguda”, explica la especialista
La pielonefritis es una infección del riñón, que se produce cuando las bacterias alcanzan estos órganos a través de los uréteres. En este caso, los síntomas son:
- Fiebre mayor de 38ºC.
- Dolor costovertebral y en región lumbar. La percusión con el puño a dicho nivel suele ser positiva.
- Náuseas, vómitos y malestar general.
El tratamiento, antibióticos
Si sufres una infección de orina, el médico te recetará antibióticos, por supuesto seguros para ti y para tu bebé. En casos más graves, “se puede precisar el ingreso hospitalario”, dice la doctora. “Por eso es importante que la mujer embarazada consulte a su médico si comienza con alguno de estos síntomas”, agrega.
Consecuencias de las infecciones de orina
Como ya hemos comentado, si la infección urinaria es leve, puede ser que no notes nada. Por eso es tan importante que te sometas a las revisiones rutinarias que te recomienda el ginecólogo que incluyen los análisis de orina, donde se observa si todo va bien, disminuyendo así el riesgo de progresión a cistitis y pielonefritis aguda.
Ten en cuenta que si no se descubre a tiempo la infección y no se trata con medicamentos para eliminarla puede repercutir en tu embarazo, como nos cuenta la doctora Martín Blanco: “Las infecciones urinarias del embarazo se relacionan con mayor riesgo de parto pretérmino, bajo peso al nacer y aumento de la mortalidad perinatal”.
Cómo prevenir la infección de orina
- Beber mucho, especialmente agua: hay que tomar aproximadamente dos litros diarios de líquidos. “La ingesta abundante de líquidos favorece a diluir la orina y aumenta la frecuencia de micción, lo que evita que la orina quede retenida mucho tiempo y ayuda a la eliminación bacteriana”, explica la doctora del Hospital Nuestra Señora del Rosario.
- Seguir una dieta rica en vitamina C (naranjas, pomelos, kiwis, limones…): “Producen una acidificación de la orina y evitan la colonización por parte de las bacterias además de favorecer el sistema inmune”, señala.
- Disminuir el tiempo entre micciones.
- Conviene asear la zona con jabones neutros para mantener una adecuada flora vulvovaginal.
- Usar productos no adecuados para la zona genital “pueden irritar la piel y alterar el ph y la flora genital que constituyen una barrera natural para las infecciones genitales, favoreciendo así la invasión por bacterias y otros microorganismos.
- Limpiarse de delante hacia atrás. “Es importante a la hora de limpiarse siempre hacerlo desde delante hacia atrás , y nunca al revés. para evitar que la bacteria E. coli y otros microorganismos de la flora intestinal lleguen hasta el tracto urinario”.
- Vaciar la vejiga tras las relaciones sexuales. “Con el fin de disminuir el paso de bacterias desde el área genital a la uretra, es recomendable orinar tras las relaciones, produciendo así un arrastre de las bacterias hacia fuera”, señala la doctora.
- Evitar el uso de ropa interior de fibra o ropas muy ajustadas. Intenta que tu ropa interior sea de algodón al 100%.
- Evitar el estreñimiento, con una dieta rica en fibra (frutas, verduras, cereales integrales…).
- Conviene tomar yogures ya que son ricos en lactobacilos, que ayudan a reducir la presencia gérmenes patógenos.
Arándanos y probióticos, una ayuda
- Los arándanos rojos son bayas que forman parte del grupo conocido como frutos del bosque o "berries". Se destacan entre los frutos del bosque por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y antibióticas. Una de las cualidades más conocidas del arándano rojo es la prevención y tratamiento de infecciones urinarias, “al impedir o dificultar la adherencia de las bacterias de Escherichia Coli (causante más frecuente de infecciones de orina) a las paredes de la vejiga, lo que favorece su eliminación con la orina”, explica la doctora Carmen Martín Blanco.
- El uso de productos probióticos (que contienen microorganismos vivos que forman parte de la flora endógena), solos o en combinación con arándano rojo, para la prevención de las infecciones del tracto urinario puede ser beneficiosa. ”Existen múltiples estudios que han probado su éxito en el control de las infecciones recurrentes, aunque es un campo en el que se sigue investigando en la actualidad”, informa la doctora.
Por eso hoy se recomienda su uso sobre todo en mujeres que suelen tener muchas infecciones de orina, “ya que parecen que ayudan a la estabilización de la microbiota natural y disminuyen la capacidad de desarrollarse de E. coli en la vagina, y en menor medida de otros microorganismos”, añade.
“¿Cómo me he contagiado?”
Existe la creencia de que la piscina es fuente de la cistitis, sin embargo, los gérmenes causantes de las infecciones urinarias en su mayor parte provienen de la flora del colon y solo una minoría de las infecciones están producidas por gérmenes ambientales introducidos en las vías urinarias durante su manipulación”.
Se cree que todas las mujeres en los primeros 40 años de su vida habrán presentado al menos un episodio de cistitis. De ellas, el 75% solo tendrá infecciones esporádicas con posterioridad, con una frecuencia menos de una anual. Pero, el otro 25% presentará tres infecciones o más al año. Estas mujeres probablemente tienen anomalías anatómicas o patologías que justifican ese riesgo mayor de infecciones en el embarazo.