Síntoma de embarazo: el cerebro de la madre cambia
¿Cómo cambia el cerebro de la madre cuando está embarazada? ¿Qué sucede realmente en el cerebro durante el embarazo y que cuáles son los síntomas de esas modificaciones?¿Es cierto que las hormonas crean un vínculo entre la madre y su hijo? ¿Qué áreas cerebrales interactúan durante el desarrollo del embarazo?
El cerebro cambia en el embarazo
A diferencia del cerebro de cualquier individuo, en el cerebro de las mujeres próximas a ser madres sucede un evento único y se producen cambios tanto neuronales como estructurales.
Con el embarazo, tu cerebro se encoje, tienes más despistes, pero también te vuelves más inteligente.
¿La razón? El desarrollo del bebé produce un aumento hormonal que activa mecanismos neuronales.
El cerebro se "encoje"
Durante el embarazo existe una disminución del contorno cerebral, así como de otras estructuras. Diferentes estudios han demostrado que, a pesar de que el tamaño cerebral se puede reducir hasta un 7% durante el embarazo, esta disminución no se debe a una pérdida de neuronas. Se produce una “poda neuronal” que reorganiza la estructura cerebral con el fin de favorecer el vínculo de la madre con el bebé.
El tamaño cerebral recupera la normalidad aproximadamente a los seis meses después del parto. Los científicos no saben por qué se produce esta reducción del tamaño cerebral, pero se sospecha que se debe a diferentes modificaciones.
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Algunos investigadores consideran que, debido a que en la gestación se están organizando nuevas conexiones entre las neuronas, se puede dar un ligero estado de confusión, sobre todo al final del embarazo y primeros días del posparto.
¿Los despistes son un síntoma?
"Muchas mujeres notan que se vuelven “más despistadas” durante el embarazo, esto se debe a que el centro de su atención cambia. Ahora todo gira en torno a su futuro bebé y lo demás parece ser secundario. De hecho, aunque resulte paradójico, estos despistes son la prueba de una mayor capacidad de concentración de la embarazada: la mujer presta más atención a lo que hace o deja de hacer y magnifica la importancia de dichos despistes".
Cristina González Hernández, matrona
El cerebro de la embarazada se prepara para la maternidad
Hace tiempo que se demostró la capacidad que tiene el cerebro humano de adaptarse a las nuevas necesidades. En el caso de la maternidad, los cambios empiezan a ocurrir mucho antes de que tengamos que enfrentarnos al desafío de cuidar de nuestra criatura.
El embarazo te hace más inteligente
La maternidad nos vuelve más inteligentes. Hay que tener en cuenta que existen múltiples tipos de inteligencia puesto que en la vida hay múltiples problemas que resolver. Para la mujer embarazada su prioridad va a ser la supervivencia de la cría. El recién nacido dependerá de su capacidad como madre para proveerlo de alimentación y protección. Por eso el cerebro de la mujer embarazada cambia potenciando determinadas habilidades útiles para la consecución de sus objetivos maternales:
- El cerebro multitarea: La maternidad mejora la memoria espacial y el aprendizaje. Un bebé requiere una vigilancia constante y la capacidad de controlar mejor lo que ocurre a nuestro alrededor se empieza a desarrollar durante el embarazo. Sin embargo, no podemos descuidar el resto de tareas, de ahí que mejore nuestra capacidad de hacer varias cosas a la vez.
- El cerebro anti-estrés: Una madre puede perder unas 700 horas de sueño durante el primer año de vida de su hijo. Tal pérdida de sueño sin el respaldo de un cerebro anti-estrés podría afectar negativamente a su salud y a sus capacidades diarias.
- El cerebro social: La maternidad mejora las habilidades para el lenguaje no verbal, y parece razonable que esto sea así pues los bebés no van a ser capaces de hablar hasta pasado bastante tiempo. Por otro lado, las posibilidades de supervivencia de una cría aumentan notablemente cuando la madre dispone de ayuda dentro de su grupo, por lo que la sociabilidad es una habilidad valiosa que había que fomentar.
- El cerebro sin miedo: Todas las hembras se vuelven extremadamente agresivas y protectoras tras el parto. La causa de esto está en la reducción de la amígdala, que es la responsable de las reacciones de huída-lucha.
Como dice la psicóloga perinatal Cristina Silvente: “Así es que, según la evidencia, el cerebro de la mujer se halla en uno de sus momentos más plásticos (es decir, momentos de más crecimiento neuronal y mayores conexiones entre neuronas), durante la maternidad. Nada más lejos de volverse tonta. Seguramente, la mente de una madre no está para memorizar o acordarse de ciertos detalles que son superfluos en comparación con cuidar de su bebé, su cerebro está muy ocupado. Tiene un objetivo de mayor trascendencia: criar a un ser humano”.