La alimentación en el noveno mes de embarazo
¿Podré comer y beber durante el parto?
Como tal vez sepas, clásicamente se ha restringido la ingesta durante el parto hospitalario, e incluso durante el periodo de inducción. Por supuesto, es necesario mantener una hidratación abundante, puesto que el esfuerzo requerido en estos momentos es largo y prolongado. Esto se consigue mediante la administración de sueros intravenosos, pero obliga a la parturienta a soportar una molesta sensación de sed y sequedad de boca.
La justificación de las ayunas durante el periodo de parto es prevenir el eventual riesgo anestésico de regurgitación de alimentos que puede provocar graves neumonías tras una anestesia general en caso de cesárea o parto instrumental (espátulas, fórceps, ventosas). Sin embargo, en la actualidad la mayoría de estos procedimientos se realizan bajo anestesia epidural, que no requiere ayunas. Además, en las ayunas muy prolongadas existe el riesgo de regurgitación ácida de las secreciones gástricas, que es incluso más peligrosa que la de alimentos. Por todo ello, la restricción absoluta de la ingesta durante el parto parece una precaución excesiva en la actualidad, tal como refrendan recientes estudios. Cada vez se preconiza más la ingesta de líquidos durante el trabajo de parto, sobre todo en procesos prolongados. Pregunta a tu matrona si te está permitido tomar algún líquido como agua o té, pero debes evitar los alimentos sólidos y los lácteos.