Consejos y curiosidades en el segundo mes de embarazo
Cuida tu higiene bucal
Puedes comenzar a realizar ejercicios para fortalecer tu suelo pélvico
Puedes empezar a practicar los conocidos como ejercicios de Kegel: contrae varias veces los músculos que rodean tu vagina como si quisieras parar el chorro de orina. Para identificar este grupo de músculos pubococcígeos, las primeras veces puedes practicar tratando de interrumpir el chorro de orina, pero una vez identificados los músculos que tienes que contraer haz los ejercicios fuera de la micción. Hay distintas variantes: puedes practicar contrayendo los músculos de la vagina durante 3 segundos y después relajándolos unas 10 veces y después contrayendo y relajando rápidamente unas 20 veces. Repite estos ejercicios 2 ó 3 veces en cada tanda y haz 2 ó 3 tandas a lo largo del día durante el resto del embarazo. Puedes realizarlos en cualquier posición, aunque al principio es más fácil sentada o tumbada. Cuando tengas más experiencia, prueba a realizarlos en el suelo con las rodillas dobladas y las plantas de los pies enfrentadas. Te servirá para fortalecer tu musculatura pélvica y evitar la incontinencia urinaria.
Comienza a leer sobre cuidados del bebé
Sobre todo si eres primigesta (“primeriza”). Aunque te parezca que queda todavía mucho por delante, una vez que nazca tu niño no vas a tener tiempo para hacerlo. Comienza a interesarte por todos aquellos aspectos que te inquieten o desconozcas. Busca fuentes fiables, para lo cual puedes seguir algunos consejos que te ofrecemos en el apartado “consultando internet” del quinto mes.
Higiene bucal
Era costumbre de nuestras abuelas comentar que con cada embarazo se perdía un diente. Aunque esta afirmación es falsa, sí es cierto que los efectos hormonales del embarazo provocan que las encías sean más sensibles y predispuestas a enfermedades como la gingivitis y periodontitis. No se ha demostrado que el embarazo favorezca la desmineralización dental y la tradicional asociación de la caries dental con el embarazo puede deberse a una mala higiene bucal.
Por otra parte, las infecciones orales durante el embarazo se han asociado al parto prematuro. Estas infecciones se pueden prevenir en gran medida visitando a tu odontólogo antes de quedarte embarazada. Si todavía no estás embarazada y tienes algún tratamiento odontológico pendiente, no dudes en completarlo cuanto antes. Si ya estás embarazada, tu odontólogo y tu médico te dirán qué conviene más ahora.
Por todo ello, a partir de ahora, esfuérzate especialmente en mantener una perfecta higiene bucal, procurando no abusar de los dulces y no olvidar cepillarte los dientes después de cada comida y utilizando hilo dental. Eso sí, evita el cepillado enérgico, ya que durante el embarazo las encías son más propensas a sangrar. Usa cepillos con filamentos de dureza intermedia y tamaño pequeño (pueden valer los de niños), o, mejor aún, emplea un cepillo eléctrico rotacional, ya que han demostrado mayor eficacia en la prevención de la placa bacteriana y las enfermedades periodontales que el cepillo tradicional. En lugar de enjuagues y colutorios (que pueden llevar alcohol), utiliza agua con sal.
Curiosidad: el épulis
La palabra épulis procede etimológicamente de las griego Epi (sobre) y Oulon (encía) y se utiliza para designar a pseudotumoraciones de 0,5-2cm aproximadamente, que pueden surgir de las encías durante el embarazo como consecuencia extrema del efecto hormonal sobre el tejido gingival. Se trata de formaciones benignas que suelen regresar tras el parto, aunque en ocasiones es necesaria su extirpación quirúrgica y no es infrecuente que recurran en posteriores embarazos.