La alimentación en el sexto mes de embarazo

Suplementar con hierro para corregir la anemia

En este momento del embarazo se pone de manifiesto una disminución de la concentración de glóbulos rojos y hemoglobina en sangre que originan un cierto estado de anemia. Puede haber varios condicionantes para la aparición de esta anemia. El más importante suele ser el aumento del volumen de sangre, que provoca una disminución en la concentración relativa de los glóbulos rojos. Es decir, hay los mismos o incluso más, pero están más "diluidos". Este hecho que se detecta ya desde el primer trimestre del embarazo, es mucho más evidente en la analítica del segundo trimestre. Si este es el principal mecanismo que origina la anemia, no suele producir una caída de la hemoglobina por debajo de los 11 g/dL y se le ha denominado "pseudoanemia fisiológica del embarazo", que no requiere tratamiento. Por tanto, no es cierto que todas las embarazadas necesiten tomar hierro desde el sexto mes, sino sólo las que tengan esta carencia. Sin embargo, si realmente existe anemia, puede tener repercusiones en tu hijo, ya que se relaciona con un mayor riesgo de bajo peso, prematuridad y mortalidad perinatal. Además, aumentará el riesgo de transfusión tras el parto.

anemia

La falta de hierro es con gran diferencia la causa más frecuente de anemia "verdadera" durante el embarazo. La disminución de los niveles férricos se debe principalmente a los elevados requerimientos de este elemento durante la gestación, que en muchas ocasiones no son satisfechos con la dieta. Durante el embarazo se requiere la absorción de más de 3 mg/día, lo que supone más del doble respecto a una mujer no embarazada y en muchos casos las mujeres llegan al embarazo con escasas reservas de hierro. Por todo ello, la anemia por déficit de hierro (anemia ferropénica) aparece en el segundo trimestre en un tercio de embarazadas aproximadamente.

Las mejores fuentes de hierro en la dieta son las carnes y especialmente el hígado. También son fuentes de hierro, aunque menos efectivas, algunas verduras y legumbres, como las lentejas, espinacas, brécol, etc. La vitamina C, presente en los cítricos, facilita la captación del hierro, mientras que el café y el té pueden interferir en su absorción intestinal. Con una dieta rica en hierro y los pequeños suplementos que de este elemento llevan la mayoría de los complejos vitamínicos para el embarazo en muchos casos no es necesario añadir un hierro.

Sin embargo, cuando la hemoglobina en la analítica del segundo trimestre está por debajo de 11 g/dL se debe tratar la anemia. La confirmación de la existencia de una anemia ferropénica puede hacerse mediante el estudio de los niveles de hierro plasmático, índice de saturación de la transferrina y ferritina, pero al ser una causa tan frecuente de anemia en el embarazo en muchos casos se opta por iniciar el tratamiento con hierro sin esta confirmación analítica. Solamente si no hay respuesta al hierro o si se sospecha la existencia de otros tipos de anemia se piden estudios adicionales.

Si desde este mes comienzas a tomar hierro, tienes que saber que te puede provocar estreñimiento, por lo que debes aumentar la ingesta de fibra. También tiñe las heces de un color más oscuro del que no te debes asustar.

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