Antojos, ¿es peor aguantarse que caer en la tentación?
La respuesta al título de este "post" es clara y corta: depende del antojo que tengas. El embarazo puede crear nerviosismo, intranquilidad, dudas, y no sólo por la nueva etapa que te llega tras nueve meses de espera, sino también por los cambios hormonales que van aconteciendo en tu interior. Debido a la suma de ambos factores, puede que te entren ganas de hacer o de comer cosas que en la vida te habían apetecido.
No obstante, durante la gestación se produce también un cambio en el organismo; por ejemplo, la dificultad de metabolizar los hidratos de carbono, que mira tú por dónde, suele ser el antojo más habitual entre las futuras mamás. Cuando te planteas comer una pieza de fruta o un bollo de chocolate; si piensas en un pescado a la plancha o un plato de lasaña, te ofrecen un poquito de pavo o un helado... Creo que está bien claro lo que cada una de nosotras elegiríamos estando o sin estar embarazadas.
Lo que sí es cierto, es que toda gestante se da más permiso a la hora de malcomer, porque... "como ahora tengo que comer por dos", "si lo desgasto rápidamente, con el bebé…" No te engañes, todo lo contrario, se engorda más que si no estuvieras esperando un niño/a. Y no sólo eso, puede ser perjudicial para tu embarazo si sufres una diabetes gestacional. Por tanto, si estos caprichos son tus antojos, puedes modificar la elección y decidir que tu gestación sea la puerta para una etapa de comida sana y saludable.
Caprichos, una vez a la semana
Sin embargo, en algunas ocasiones, el reprimir un antojo puede ocasionar un sentimiento de opresión, incluso de rechazo hacia tu persona que no debes permitir. Por ello, todo el mundo debe de darse un capricho una vez a la semana, siempre y cuando el resto de los días esté manteniendo una alimentación equilibrada.
Otra vertiente en la que nos gustaría hacer hincapié es en la idea de necesitar un antojo para llamar la atención, fundamentalmente de tu pareja. No utilices este medio para conseguir un tiempo con él. Intenta encontrar unos minutos para hablar -en la ducha, en la cena-, disfruta de un paseo junto a él, porque además es sano, o simplemente arrímate cuando estés sentada a su lado y pídele un abrazo cuando estéis en la cama. Todo esto te permitirá generar un nexo de unión difícil de romper y perdurable en el tiempo.
El peligro de los antojos no es si caer en la tentación o no, sino la dependencia que se origina de ellos, tanto si caes en la tentación como si la reprimes. Sí, es más sano intentar eliminar de la cabeza la idea de "embarazo=antojo", puesto que no es cierto. Puedes intentar sustituir esta igualdad por "embarazo=vida sana" o "embarazo=unión de pareja". No te dejes llevar por los estereotipos y busca que tu embarazo sea distinto, que sea tuyo.