¿Es peligrosa para el bebé la ecografía transvaginal?
La ecografía transvaginal como su propio nombre indica, se realiza a través de la vagina con una sonda ecográfica con una morfología especial para ello. Se trata de una sonda estrecha y alargada a la que se le adapta un protector de látex u otro material desechable que se emplean para cada paciente.
Habitualmente estas ecografías son muy empleadas en la revisiones ginecológicas o en el estudio de cualquier tipo de patología uterina o ovárica ya que sus proximidad a estas estructuras mejora nuestra capacidad diagnóstica. Y sorprendentemente muchas mujeres tienen miedo de que la realización de esta ecografía pueda perjudicar el estado de salud del bebé e incluso sean las causantes de un aborto.
Mejor visualización del embarazo precoz
En el caso de los embarazos las ecografías transvaginales se utilizan en las primeras semanas de gestación cuando existe algún tipo de patología asociada como la presencia de sangrado o dolor, que puede hacer sospechar que el embarazo no se había implantado de la forma adecuada o en el lugar adecuado, o que no esté evolucionando correctamente. En estas primeras semanas la ecografía transvaginal nos permite una visión mucho mejor del contenido uterino, de la vesícula gestacional, del embrión y de su latido, lo que muchas veces es imposible de objetivar cuando se emplea la vía abdominal, ya que los tamaños pequeños de los embriones e incluso la presencia de los gases intestinales impide una visualización correcta.
Transvaginal, sin riesgo de aborto
Muchas mujeres tienen temor a que le realicen ecografías transvaginales ya que asocian que una realización de ésta ecografía pueda desencadenar un aborto. La realidad es que no existe ninguna relación entre la ecografía transvaginal con la posibilidad de un aborto. No obstante hay que tener en cuenta que la mayoría de las pérdidas gestacionales se producen en las primeras semanas de desarrollo embrionario que es cuando justamente se emplean de elección las ecografías transvaginales.
Además su empleo suele desencadenarse por algún problema coincidente del embarazo, ya sea sangrado o dolor que son más frecuentes en las gestaciones que por desgracia acabarán en aborto. Por esto, no es el empleo de la ecografía en sí lo que se asocia a aborto, sino es la causa que hizo necesario la realización de la ecografía la que se asocia con esta pérdida.
Para medir el cuello de útero y diagnosticar sangrados
En otros momentos del embarazo la ecografía transvaginal puede ser útil para medir el cérvix uterino. Es una medición que nos permite establecer la probabilidad de que una mujer pueda tener o no un parto prematuro. De igual forma antes sangrados inesperados del embarazo o inexplicados, nos permite establecer si existe algún vaso sanguíneo o la cercanía de la placenta el cérvix que pudiera justificar los manchados que se presentan.
Algo molesta y con sangrado leve
- La ecografía transvaginal evidentemente puede resultar algo incómoda ya que su propia realización requiere la introducción de la sonda vía vaginal pero por lo demás no debe de resultar dolorosa.
- En ocasiones después de la realización de la ecografía, puede presentarse un pequeño sangrado.
- Los sangrados escasos y no asociados a dolor no deben preocupar a la mujer embarazada.
- Si el sangrado es en cuantía como una regla o más. Sobre todo si se presenta con dolor, sí que debe hacer que la gestante consulte con el ginecólogo.
Cada vez es más habitual que las mujeres embarazadas demanden ecografías en el embarazo de forma temprana. Por ello es cada vez más frecuente que las mujeres se realicen ecografía transvaginales aunque no exista ninguna complicación del embarazo ni dolor ni sangrado. A este grupo de mujeres que realizan esta ecografía de manera selectiva y por decisión propia transmitimos la tranquilidad de que este método no va a perjudicar su salud ni la de su bebé.
