Otoño: embarazo, más frío y vuelta a la rutina
Empieza el otoño... Pero, además, este año tienes una novedad, te enfrentas a esta nueva etapa con un ser maravilloso en tu interior. ¡Estás embarazada! Te adentras en la maternidad, una de las etapas más bonitas que se nos permite experimentar a las mujeres. Ahora te toca lidiar con los cambios de temperatura, nuevos horarios y rutina familiar.
Consejos para la embarazada de otoño
- La vestimenta. Durante el verano, no has tenido problema, al contrario, te sentías bellísima con todo lo que te has comprado, te han prestado o bien te servía de antes, pero ahora empieza el frío. Debes utilizar ropa que no te comprima. El objetivo es no aumentar el riesgo de insuficiencia venosa o aparición de arañas vasculares; y que no te ajuste al abdomen, por la incomodidad y el incremento de gases que puede verse relacionado. Los zapatos también deben ser cómodos, que no te compriman, para minimizar los edemas, y, por otro lado, que te sujeten el pie, evitando las torceduras o esguinces frecuentes en el embarazo por la pérdida del equilibrio.
- Los horarios ajustados. Iniciar la rutina obliga a que comiences a dormir cuando puedes y, a lo mejor, tener dificultad para poder tumbarte esa media hora después de la comida principal (que tanto bien te hacía durante las vacaciones). Hay que poner remedio, debes realizar descansos a lo largo del día, aunque sean de diez minutos, para, de esa manera, no llegar tan cansada a la noche, que te duela todo el cuerpo y no puedas conciliar el sueño. El insomnio también es frecuente en el embarazo y debes intentar estar lo más relajada durante el día, para que el estrés o la irritabilidad no lleve consigo un incremento del mismo. Si, por el contrario, tienes mucho sueño y pocas horas para cumplir tu deseo de descansar, lleva a cabo la recomendación de hacer pequeños momentos de relajación a lo largo del día, incluso cerrando los ojos.
- Dieta sana. En las comidas sí se debe ser exigente con los horarios, por lo menos y, aunque a veces no sea fácil, tienes que obligarte a realizar las cinco ingestas al día y que sean a unas horas acordes, para no pasar mucho tiempo en ayunas, puesto que es perjudicial tanto para ti como para tu bebé.
- Ejercicio, imprescindible. No olvides realizar algún tipo de actividad física. Caminar durante 40 minutos todos los días es suficiente, pero si lo puedes completar con natación, ejercicios aeróbicos que no sean de impacto o bien yoga/pilates, vas a ver como el descanso, la comida e incluso el estado de ánimo va a ser mucho mejor.
Y, a todas estas recomendaciones se añade una que es muy sencilla y favorece todo lo anteriormente expuesto, ¡sonríe! Cada época del año tiene su lado positivo y tú ya te has quitado el calor intenso del verano.