Quiero tener un bebé sano, ¿cuándo empiezo a tomarme las vitaminas?
La primera vez que te planteas la posibilidad de quedarte embarazada, aparece en ti un nerviosismo y algún escalofrío que te sumerge en un mar de dudas. ¿Qué hacer? ¿Cuál es el primer paso que tengo que dar? ¿Sería mejor esperar o es el momento ideal? ¿Tendría que hacerme una revisión o una analítica? ¿Cuándo empiezo con el ácido fólico…?
Y sólo una muestra de todas las ideas que surgen en tu mente en décimas de segundo. En algunas de ellas te podemos ayudar a buscar una respuesta; en otras cuestiones te daremos dicha contestación, pero en ciertos asuntos no podemos darte nada más que nuestro apoyo de especialista, porque la decisión es tuya.
Lo que sí tenemos claro casi todas las mujeres es que antes de quedarte embarazada hay que tomar un complemento de ácido fólico. Gracias a la educación sanitaria, esta práctica se ha extendido ampliamente y está bastante arraigada en nuestra sociedad. Pero, también se debe conocer el porqué y el cuándo tomar un suplemento vitamínico.
Ácido fólico contra la espina bífida Los folatos en el cuerpo materno, por lo general son insuficientes, y esta deficiencia puede ocasionar una malformación muy importante en el feto que son los defectos del tubo neural. Dichos defectos son alteraciones congénitas que afectan al cerebro y la médula espinal, ocasionando, principalmente, alteraciones tales como la espina bífida o la anencefalia.
Si se comienza a suplementar con ácido fólico cuando la mujer ya está embarazada, no hemos conseguido alcanzar los niveles óptimos de folatos en la parte más importante de embriogénesis que son las primeras semanas de gestación. Por consiguiente, se aconseja el consumo de ácido fólico desde las cuatro semanas antes de la concepción hasta las doce semanas después de la misma, siendo necesaria una ingesta diaria y regular. No existe evidencia científica que el consumo de ácido fólico en exceso ocasione alguna alteración en el bebé.
Por tanto, es necesaria la suplementación universal de ácido fólico antes de la gestación, para que consigamos mitigar los tan temidos defectos del tubo neural.
¿Necesito más vitaminas o minerales? Pero, ¿con tomar sólo ácido fólico antes de quedarte embarazada es suficiente o necesitas algo más? Se ha planteado la necesidad de administrar complejos vitamínicos asociados al ácido fólico a las futuras mamás, si bien es cierto que son precisos más estudios que nos indiquen cuál es el verdadero papel de dichos suplementos antes de la concepción.
Lo que sí es evidente, que es necesario que la futura mamá acuda a la consulta preconcepcional para que el especialista, valore su estado nutricional, su índice de masa corporal y solicite un control analítico para puntuar si es preciso o no el empleo de dichas vitaminas, puesto que lo que sí está ampliamente demostrado es la gran influencia de dicha circunstancia en el desarrollo embrionario y, posteriormente, su repercusión durante la etapa adulta de ese bebé. Por consiguiente, no se puede menospreciar el empleo de complejos vitamínicos antes de la gestación, siendo necesario individualizar su empleo.
Por último, surgió hace unos años una corriente de estudio del empleo del yodo, no sólo durante el embarazo, sino también antes del mismo. A la conclusión a la que se llegó fue la necesidad de empleo de productos ricos en dicha sustancia, como es la sal yodada, puesto que en algunas zonas -dentro incluso de grandes ciudades- se objetivó niveles bajos de yodo entre sus habitantes. En casos de déficit de yodo en la dieta, puede ser necesaria la administración adicional del mismo. Es recomendable un estudio de las hormonas tiroideas en la consulta preconcepcional antes de su empleo, descartando así cualquier patología tiroidea subclínica.
Es importante que cuando te planteas una nueva gestación, traer al mundo un nuevo ser, lo hagas en las mejores condiciones posibles, tanto físicas como emocionales. Y, en las físicas, podemos ayudarte, administrándote complementos que te pongan a punto y con las reservas suficientes para que tu futuro bebé tenga todos sus requerimientos cubiertos. Acude a tu ginecólogo de confianza para que, tras una historia clínica y exploración física y complementaria adecuada, te indica los complementos necesarios en tu caso.