¿Tienes terror a los fórceps, ventosa y espátulas en el parto?
Miedo, terror, horror e incluso negación de las pacientes embarazadas a someterse a un parto instrumental es lo que muchos obstetras nos encontramos en el quehacer habitual de un paritorio. Existen muchas leyendas al respecto, muchos comentarios que no son reales sobre los riesgos de un parto instrumental y que debemos de olvidar si estamos embarazadas. ¿Qué hay de cierto en esas historias?
Existen tres instrumentos obstétricos que pueden emplearse durante el expulsivo de un parto:
- Fórceps
- Ventosa
- Espátulas
Dentro de estos tres instrumentos, aunque hay algunos matices, la decisión de emplear un tipo u otro depende principalmente del ginecólogo que esté asistiendo al parto. Esta decisión puede depender de muchos factores como la colocación de la cabeza del bebé, del periné de la mujer, o sencillamente de la experiencia del ginecólogo en el empleo de cada uno.
Cierto es que los partos instrumentales aumentan la morbilidad materna: hay más riesgo de realizar episiotomía (incisión en el periné para agrandar el canal del parto) -aunque no es obligatoria en todos los casos-, así como la posibilidad de desgarros perineales, aumenta levemente la tasa de incontinencia urinaria en el posparto, o aumentar las molestias y el tiempo de recuperación.
En la medicina actual, podemos estar tranquilos con el empleo de los instrumentos obstétricos durante el parto. Su empleo se realiza en aquellos fetos con unas condiciones obstétricas determinadas: la bolsa rota, dilatación completa, la cabeza del bebé en el tercer plano de Hodge (cabeza descendida), etc… Estas condiciones no suponen mayor seguridad de su empleo frente a los riesgos de una cesárea en esas condiciones.
No se usan cuando la cabeza del bebé está "alta"
Es decir, los riegos que antiguamente se veían o se describían asociados a los partos instrumentales se debían principalmente a aquellos realizados en las llamadas presentaciones altas o cuando la cabeza del bebé se encontraba muy alta en la pelvis materna y no alcanzaba un punto que denominamos el tercer plano de Hodge. Actualmente, esos partos instrumentales están "proscritos", no indicados, y por lo tanto, no se realizan, con lo que disminuyen mucho los riesgos asociados.
Antiguamente se realizaban este tipo de partos instrumentales dado que el riesgo de una cesárea era mucho mayor que el del parto instrumental en una mujer embarazada. En la medicina actual, estos riesgos asociados a una cesárea han ido disminuyendo, por lo que la balanza frente a un parto instrumental de una presentación alta no está justificado.
Cuándo se aplica el parto instrumental
Las indicaciones del parto instrumental pueden ser varias, pero principalmente son tres:
- 1. Aliviar el expulsivo. Es decir ayudar a la madre a que los pujos sean menos intensos. Esto puede ser por cansancio materno o por alguna enfermedad materna o fetal que nos indique que es mejor disminuir este periodo.
- 2. Acortar un expulsivo prolongado. Cuando esta fase se prolonga, dependiendo de los protocolos de cada centro, aumentan los riesgos asociados, principalmente por agotamiento del músculo uterino. En estos casos se indica un parto instrumental para disminuir este periodo de tiempo.
- 3. Evitar el sufrimiento fetal o pérdida de bienestar fetal. Se indica cuando mediante el registro de la frecuencia cardiaca fetal nos indica que pudiera existir una hipoxia que pueda afectar si se mantiene a la oxigenación de los tejidos fetales.