“Walking” epidural, ¿quita realmente el dolor?
Dentro de las últimas tendencias de parto más humanizado y con menor medicalización, se encuentra la "walking" epidural, una técnica de analgesia menos agresiva cada vez más empleadas y solicitada por las embarazadas.
Desde hace años, la analgesia epidural se ha considerado el mejor método de analgesia durante el periodo del parto. Pero este tipo de analgesia acarrea unos efectos secundarios que pueden llegar a incomodar a la embarazada. El principal de estos inconvenientes ha sido el provocar la limitación de movimiento, lo que en muchas ocasiones acarrea el encamamiento de la parturienta durante todo el proceso.
El movimiento en sí mismo es un método analgésico. Cada mujer en el momento del parto puede sentirse más cómoda en una determinada posición, con determinados movimientos, tumbada, sentada, andando, de cuclillas… Por ello, debemos de plantear esta alternativa a las mujeres en el proceso del parto.
Por ello, desde hace ya algunos años, se ha intentado fusionar la calidad de la analgesia epidural con la libertad de movimiento que solicitan muchas embarazadas. De esta fusión surge la "walking" epidural. Esta técnica busca beneficiarse de la calidad de una analgesia adecuada y permite el movimiento durante el proceso del parto.
Lo que varía es la dosis de los fármacos
Esta técnica es realizada por un anestesista, y no varía en su administración respecto a la técnica de la epidural tradicional. Lo que cambian son las dosis de fármacos empleados.
Los nervios son las estructuras que transmiten las sensaciones dolorosas. Están formadas por unas capas concéntricas que desde fuera a dentro serían: las terminaciones sensitivas y que transmiten el dolor, seguidas de la capa del sistema nervioso autónomo, que controlan el sistema simpático y parasimpático. Por último, la capa más céntrica que son las fibras motoras y que controlan movimiento. Es fácil entender que a mayor dosis, conseguiremos un adormecimiento mayor de fibras desde la superficie hacia el interior. En el caso de una dosis más baja, buscaremos afectar tan sólo a las fibras superficiales, las sensitivas, sin llegar a afectar las motoras más internas.
En la "walking" epidural se emplean dosis bajas de fármacos anestésicos para buscar afectar tan sólo a las fibras superficiales o sensitivas sin afectar a las más internas. Esto puede ocasionar que en ocasiones este tipo de analgesia no sea suficiente para controlar el dolor, aunque éste disminuye mucho en intensidad.
Dependiendo de las necesidades de cada mujer, la "walking" epidural supondrá unos beneficios y una analgesia suficiente que le permita disfrutar del proceso de parto, y para otras puede que no sea lo esperado. En este último caso, pueden emplearse a través del mismo catéter, dosis más altas de fármacos hasta conseguir un estado en el cual la gestante se encuentre cómoda.