¿Cómo sé si me estoy poniendo de parto?

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señales de parto
17 Sep 2012

Estás en la última fase de tu embarazo, cerca de la fecha probable de parto -según los cálculos de tu ginecólogo- la esperanza y la ilusión inundan el ambiente, pero también los nervios y la tensión de no saber exactamente cuándo será el momento, cuándo va a ocurrir el nacimiento, si estaremos preparados... Además de esta situación, comienzan más molestias propias de esta etapa de gestación. Aparecen contracciones uterinas que cada vez son más intensas y molestas. Ya no se perciben como contracciones leves, como dolor tipo menstruación, sino como contracciones en las que la tripa se pone dura, comienza un dolor intenso, que te hace parar, no poder deambular, te impide un correcto descanso... Estas contracciones en muchas ocasiones llevan a las mujeres a consultar en urgencias por sospecha de haber comenzado el trabajo de parto. Y en muchas de las ocasiones, tras valoración por el ginecólogo, con exploración vaginal y registro de la dinámica uterina, puede ser que no se haya comenzado tu parto de forma completa y que ten den el alta hospitalaria. La modificación del cuello uterino, clave El momento que llevamos tanto tiempo esperando sigue sin llegar, pero las molestias aumentan, permanecen igual o descienden. Esto es lo que los obstetras y matronas denominamos pródromos de parto. Corresponde al periodo latente del trabajo de parto. Durante este tiempo comienzan las modificaciones del cuello uterino. Este cuello comienza a reblandecerse, acortarse y comienza a dilatarse, no necesariamente por este orden. Éste es uno de los aspectos que el obstetra debe de valorar para considerar si una gestante está realmente de parto. Dicha fase puede ser más o menos prolongada, dependiendo de las características de cada mujer. Evidentemente existen diferencias individuales y es muy difícil de valorar el tiempo que tardará una mujer en superar esta fase y entrar en el periodo denominado como fase activa del parto. En general una mujer que haya parido alguna vez tendrá un periodo de latencia más corto y la evolución será más rápida. Por el contrario, una mujer que se ha quedado embarazada por primera vez, puede presentar un periodo de latencia más largo. Además de valorar el cuello del útero, en este periodo el obstetra o matrona deben de valorar la dinámica uterina o contracciones. Se debe medir principalmente la intensidad de las mismas y su frecuencia. Durante los pródromos de parto estas contracciones pueden ser irregulares, menos intensas o escasas e ir evolucionando hasta hacerse contracciones de parto propiamente dichas, lo que conllevaría mayor intensidad y mayor frecuencia de las mismas. Pero puede suceder lo contrario, que estas contracciones cedan o se hagan menos intensas. En este momento consideraríamos que se ha detenido la actividad uterina y, por lo tanto, no nos encontramos en el denominado parto activo en sí. Se trata entonces de la fase de latencia: los odiados pródromos de parto.